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Lo encontré. En la entrada de mi casa. Mirando alrededor.
Bajé las escaleras con calma suspirando y manteniendo la calma.
-¡Inspira, expira.
Inspira, expira Sol-ah! — me repetí.

Jungkook me miraba hacía arriba con cara de cansado, pero con una sonrisa encantadora. Simplemente Jungkook, con un abrigo largo y un ramo de flores amarillas con lila en sus manos.

—¡Heeeey! Jungkook ¿Qué haces aquí? — sonreí y bajé las escaleras.

—Pues una chica está de cumpleaños y me animé a venir.

—No tenias que hacerlo — dije recibiendo en mis manos las flores — ¡Son hermosas gracias Jungkook!

—A ti. Por nacer, por seguir aquí, y por permitirme estar contigo aquí y ahora.

Solo sonreí apenada.

—¡Felicidades! — dijo y estiró sus brazos para pedirme un abrazo.

Así lo hice. Lo abracé. No era raro el momento, de hecho, se me hacía cómodo estar con él.

—Deja que me cambie de ropa, y bajo. Ponte cómodo ¿Almorzaste? — dije subiendo las escaleras corriendo.

—¡Ten cuidado de caerte! ¡NOOO VENGO DE TURNO! —gritó.

—¡COOL! ¡ENTONCES QUEDATE A ALMORZAR!
—grité.

No escuché respuesta. Pero supuse que estaba cómodo abajo.
Me puse ropa bonita. Elegí el negro. Pantalón y chaleca. Y un cintillo lila.
Me encrespé las pestañas y le apliqué máscara de pestañas y rubor. Eso sería todo.
Bajé las escaleras.

—¡Pero qué hermosa estás! — dijo cuando me vió.

—¡Gracias! — sonreí y bajé.

—Te... — dijo con cautela, pero pausó cuando vió mis ojos sobre él.

—¿Hmm? — pregunté.

—Te traje un regalo — sacó de su bolsillo una cajita pequeña.

—¡Aaaawww! ¿Por queeee? — dije recibiéndolo.
—¡Graciaaaas!

La abrí y lo miré a los ojos. Ellos brillaban de alegría o no sé qué.

—¡Es un collar hermosoooo Jungkook! ¡Gracias!
Le dije mirándolo. Era una mariposa de plata.
—¿Por qué una mariposa? — cuestioné tratando de ponerme el collar.

—Por que cuando dormías — se refería al coma — sentía que eras una mariposa, no sé...

—¡Awww! Gracias Jungkook.

—De nada. ¿Te ayudo? — dijo viendo mi esfuerzo con el collar.

—Bueno — dije y sus dedos rozaron mi cuello. Y estaban fríos.

—¡Estás helado! — me reí y me estremecí.

Él se rió. Y mis papás entraron con las cosas.

Pasamos un buen rato con mi familia y Jungkook. Hacía y decía cosas graciosas que hacían que Jimin se riera mucho con unos trucos de magia en el jardín donde estabamos haciendo la celebración.

—¿No has pensado tener algo con este chico?
—dijo mi mamá.

—No ma. — solté de inmediato.

—Es bueno, a nosotros nos agrada.

—A mi igual, pero somos amigos, y me incomoda que ustedes piensen así todo el tiempo.

—¿Aun te gusta Taehyung?

—No quiero hablar de temas complicados mamá.

—Entiendo — se paró y bailó una canción con papá.

EL AMIGO DE MI HERMANO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora