Belial miró su habitación, era lo mismo y a la vez era tan distinto. El día de ayer era un ser y hoy era otro, su mente cada vez se acentuaba más, volviendo a hacer lo que era, pero a la vez seguía siendo el mismo Belial que conocían las personas de esa casa.
Por un momento pensó que iba a hacer difícil interpretar al Belial inocente antes de que su recuerdos volvieran, pero delante de su falsa familia fue muy fácil. Fue casi como respirar.
Tenía que irse con cuidado, Angel le había contado después de todo el reencuentro familiar que Bael se había puesto paranoico. Se dio cuenta también de las miradas sospechosas de su "Hermano mayor", el maldito de Abigor debía estar asomando su cabeza.
Belial se levantó en medio de la noche y bajo las escaleras, mirando su hogar por algunos años. Extrañaba su palacio en el inframundo, pero aquí se sentía cálido y maldijo a Agares por dejar que su hombre lobo lo criará como a un hijo.
Todo era un embrollo de sentimientos luchando dentro de él.
Sin embargo, no era tan estúpido. No importa que bando tomara, esto terminaría en una aniquilación, Lucifer era estúpido por creer que podía ganar una guerra celestial y Lilith era mucho más estúpida por aliarse con la diosa.
Ninguno seria vencedor, terminarían extintos, además Belial ya había aprendido su lección. Sería más inteligente esta vez. Se largaría a su territorio en el inframundo y se quedaría ahí donde estaría salvo por la eternidad y ahora ya no estaba solo, tenía un compañero al cual se llevaría consigo.
No iba a quedar atrapado ni ser asesinado como la última vez, jugaría sus cartas y tal vez ayude que algunos demonios se queden en su lugar para que todos no corran con la misma suerte.
—¿No puedes dormir?
Belial miró al pequeño Haniel con la cara manchada de chocolate, el niño lobo tenía tantas similitudes con su demonio. Era lógico, Paimon, el demonio que llevaba el pequeño en su interior. Era el maestro de la Erudición, era conocido por su vasto conocimiento y sabiduría. La razón de que este niño fuera tan despierto a su corta edad.
Lo que no entendía, era que hacía uno de los más fieles de Lucifer dentro la cría del lobo de Agares.
¿Acaso se había cambiado de bando?
Debía haber tomado una difícil decisión para largarse del infierno, tal vez intentó hacer entrar en razón a Lucifer y se fue cuando este no escucho razones.
—¿Y tú qué haces aquí? —pregunto Belial—, es muy tarde, el chocolate te hará daño.
Haniel solo se encogió de hombros y le dio otro mordisco a su tableta de chocolate.
—Soñé que los hechiceros vinieron de nuevo por nosotros —dijo Haniel.
Belial que estaba hurgando en el refrigerador se mordió los labios, él también odiaba demasiado a los hechiceros. Le costó mucho dejarse tocar por el hechicero que era su supuesto tío, cuando lo revisó, le dieron ganas de asfixiarlo.
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THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN 2
WerewolfEste libro es la quinta y ultima parte de la saga de Alfa King.