CAPÍTULO 70.- segundo fragmento

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Taylor estaba agitada limpiándose la sangre de la cara, primero luchó con varios osos polares zombies asquerosos que no dejaban de moverse a pesar de que los destrozaron. Después resultó que esa era la fase final del laberinto. Les dieron la noticia de que eran el primer grupo en lograrlo, inmediatamente pasaron a la tercera y última fase de la competencia. Los cazadores que terminaban el laberinto debían atravesar un valle habitado por espíritus árticos. Estos seres son invisibles y solo pueden ser percibidos a través de hechizos especiales, los cuales ellos no contaban porque eran simples humanos. Los espíritus intentarán desorientar a los cazadores y hacer que se pierdan en el frío eterno.


Taylor odio con cada parte de su cuerpo ese desafió, odiaba las cosas que jugaban con su mente, por un momento creyó que perdería su cabeza por completo, pero sus amigos lograron sacarla de un trance terrible.


Para empeorar las cosas, después de atravesar el valle debían rastrear y capturar a un Yeti Blanco, una criatura mágica extremadamente peligrosa y esquiva que habita las montañas heladas.


Cuando Taylor escuchó "Yeti Blanco" se rio mucho, pero al ver la cara seria del organizador supo que no era mentira. Los Yetis eran reales y el desgraciado de Gerard se encargó de encontrar uno para que ellos lo atraparan.


Según las instrucciones no debían matarlo, tenían que colocarle un collar mágico de plata en el cuello para que se volviera manso y estuviera bajo el control de los cazadores.


Subir la estúpida montaña de nieve fue un suplicio, Taylor sintió partes de su cuerpo que no sabía que podían congelarse. A pesar de todo, lograron encontrar el bendito Yeti, que era más grande de lo que los cazadores jóvenes imaginaron, le pusieron el collar después de que la criatura se defendiera ferozmente y por fin la competencia terminaba.


—¡Felicidades! —exclamó Gerard bajando de uno de los helicópteros que llegaron a la cima de la montaña—, ¡Sabía que llegarían!, de hecho, creo que son los únicos que han podido pasar todas las pruebas, varios grupos sucumbieron en el laberinto, solo dos lograron salir, pero cayeron en el valle de los espíritus...


—Ven —Taylor ya harta de todo el teatro, sujeto a Gerard del brazo y lo jalo a la cueva donde habitaba el Yeti ahora domesticado—, necesitamos decirte algo.


Gerard miró hacia atrás, sus guardias quisieron seguirle, pero él negó con la cabeza. Taylor llamó a sus compañeros, el Yeti los siguió dando saltos.


—No creo que nos oigan desde aquí —Steve alumbró la cueva con su antorcha—, esto no huele tan mal como pensé.


—¿Qué está pasando? —Gerard observó al pintoresco grupo.


—¡Creemos que esto es una distracción! —exclamó Aiko desesperada—, pensamos que están detrás de la manada de Natsuki.


Gerard maldijo y llamó de inmediato a los semidemonios que estaban cerca. Bael y Estefan aparecieron en la cueva. Naoki retrocedió espantado.


—¿Qué pasa? —Bael miro la cara de preocupación de todos—, ¿Saben algo de los cazadores radicales? ¿Qué carajos es esa cosa?


THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora