CAPÍTULO 75.- segundo fragmento

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El dragón dorado aterrizó en medio del campo de batalla rugiendo y escupiendo fuego por todos lados. Entonces ella caminó despacio hacia él, sin ningún miedo o temor de daño. Tenía que acabar con Mammón de una vez por todas. No solo debía acabar con su cuerpo, debía desaparecer para siempre de la existencia.


Noto que Agares se enfrentaba al dragón que deducía que era el demonio Andras. Su fiel compañera era totalmente capaz de acabar con el perro faldero de Mammón, así que no se preocupó en lo absoluto.


Se paró enfrente del dragón de Mammón esperando que la bestia gigante donde estaba metido el demonio la notara. Cuando lo hizo, este se tambaleó feliz como si hubiera visto un dulce que masticar.


—¡Hasta que por fin das la cara después de tanto tiempo! —exclamó Mammón con la voz profunda que le daba su cuerpo de dragón—, has estado escondida como una sabandija desde hace varias décadas, maniobrando tu ejército de ratas desde las sombras.


—No me he estado escondiendo Mammón —sonrió Lilith con una voz seductora—, simplemente que jamás has podido alcanzarme, siempre llegando al último como siempre.


Mammón soltó un silbido peligroso.


—Te jactas de que no quieres ver más destrucción —replicó con un tono burlón—, pero mira a tu alrededor Lilith, mira la destrucción que has causado a esta tierra, mira toda la miseria y muerte que les has provocado, ¿Alguno de estos perros saben que los elegiste porque eran poderosos? ¿Qué no son más que piezas de ajedrez en tu tablero? ¿Qué has estado manipulando por años para crear tu grupo de perros semidemonios para que te sirvan?


—El único causante de toda esta muerte es Lucifer y tú —respondió Lilith sin inmutarse—, sabes que los celestiales encontraron la manera de borrarnos de cualquier existencia, que una vez empiece lo que Lucifer quiere provocar, no quedará nada de nosotros. Puede que a él y a ti no les importe en lo más mínimo, pero he encontrado a una familia entre los nuestros, nos hemos podido levantar a pesar de que nos desecharon como si no fuéramos nada. Nuestra gente no merece ser aniquilada por su terquedad.


—¡Siempre creyéndose mejor y superior a todos! —estalló Mammón—, ¡Tu ni siquiera eras un ángel antes! ¡Eres solo el desecho de la creación y si no hubiéramos sido expulsados no tendrías nada! ¡Lucifer te dio parte de su poder porque creyó en ti y fue su mayor error!


—Su mayor error fue dejar que le envolvieras la cabeza con ideas nefastas —gruño Lilith—, no pudiste con el rechazo, así que decidiste ser el más poderoso para que yo no tenga más opción que estar contigo ¿crees que no vi tus verdaderas intenciones aquí?, el traidor aquí eres tú, lo utilizas para subir y anteponerte ante los otros. Y no te importa exterminarnos con tal de lograr tus objetivos —Lilith resopló mirando con asco a su adversario—, pues te salió todo mal Mammón, prefiero ser exterminada antes de agachar la cabeza ante ti.


Mammón lanzó un rugido que hizo temblar a toda la isla, Lilith ni se inmuto.


—¡Hoy te cerraré esa boca de una vez por todas! —exclamó Mammón—, ¡Basta de juegos, esto se acaba de una vez!


THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora