La magia demoníaca era como arcilla que se podía moldear si eras la fuente de poder. Belial hizo que el oro de los meteoritos que Mammón lanzaba indiscriminadamente hacia ellos, se volvieran grandes lanzas que lanzaba hacia sus atacantes, una ya le había dado a uno de los demonios metido en un dragón.
Mammón que era el señor de la avaricia, tenía como don aparecer el oro y la plata en grandes cantidades que podían usarse como armas. Era conocido por atormentar las almas de los pecadores bañándolos en oro fundido que los quemaba por toda la eternidad. Aunque sabía que su mayor don era esa retorcida mente que creaba las peores bestias y artefactos con intenciones nefastas.
Para mala suerte de Mammón, Belial no sólo manejaba la tierra sino todos los materiales que podía obtener de ellas. Volaba de un lado a otro desviando uno de los grandes proyectiles hacia el mar y otros los convertía en armas para sus atacantes. Las protecciones mágicas ya habían sido derribadas. Así que su trabajo era agotar y mantener a raya a los dragones. Sabían que no podían evitarlo por mucho tiempo, que la única que podría matar a Mammón era Lilith. Sin embargo, debían evitar que hicieran demasiados estragos en el Reino.
Uno de los dragones le lanzó una llamarada de fuego y Belial formó inmediatamente una cúpula de tierra a su alrededor para protegerse. Cuando todo pasó y se liberó de su protección vio como Abigor prendido en fuego atravesaba con su lanza a uno de los dragones que él había lastimado, partiendo su cuerpo por la mitad.
Mammón hizo que uno de sus proyectiles de oro se fundiera y fuera por Abigor, pero Belial hizo aparecer una gran pared de piedra maciza que protegió a Abigor.
Belial se apareció detrás de este, pero cuando vio sus ojos, se dio cuenta que era Bael.
—Abusamos de la conexión al atravesar el dragón —habló Bael sonando agitado—, tuvimos que usar casi todo mi poder para proteger mi cuerpo al atravesarlo. Así que descansará un momento antes de que Abigor tenga de nuevo el control.
La tormenta se volvió mucho más agitada a su alrededor y el viento soplaba tan fuerte que tuvieron que sujetarse de la pared de piedra de Belial porque sus alas no podían contra eso.
Todo estaba muy nublado y las descargas eléctricas que generaba Abaddon tronaban el cielo alumbrando todo en una exhibición de su poder. Entonces lo vieron, si la situación no fuera tan peligrosa y se estuvieran jugando la vida en ellos, tal vez disfrutarían del espectáculo que estaba dando Abaddon.
Se había formado un remolino gigante y en medio de todo estaba Abaddon montando a uno de los dragones que no podía controlar su vuelo porque estaba dando vueltas sin control.
Abaddon soltó un grito que parecía de una alegría terrible, a la vez que varios rayos brillantes y zigzagueantes surgían entre las nubes e iban dirigidos hacia ellos. Abaddon en el cuerpo de Estefan alzó su brazo y los cientos de rayos se concentraron en su puño, el cual dirigió con toda su fuerza hacia la parte superior del dragón donde estaba montado.
Bael y Belial intentaron cubrirse con sus alas en el momento en que toda esa electricidad ingresó en el cuerpo de la bestia haciendo que explotara en miles de pedazos.
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THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN 2
Manusia SerigalaEste libro es la quinta y ultima parte de la saga de Alfa King.