THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN 2

Capítulo final - Parte II

—No me gusta cómo se ven sus caras —dijo Liam al entrar desanimado al despacho del Rey. Había pasado una hora junto a Leia, tratando de disfrutar de su compañía y de la pequeña Olivia, pero la verdad era que cada minuto lo sumía más en la incertidumbre. Leia había ido a ayudar a la Reina Rosali a preparar una cena por el "regreso" de Liam, y él, aunque trataba de disimular, no podía quitarse de la mente que todos le estaban ocultando algo importante, algo que lo estaba carcomiendo; el paradero de Odette y Noel.

—Bonita manera de llamarnos feos —intentó bromear Estefan, esbozando una sonrisa triste que apenas lograba ocultar su propio dolor.

Liam no sonrió. Se sentó frente a su padre, sintiéndose aplastado por el peso de la atmósfera sombría que reinaba en la sala. Todos lo miraban con una mezcla de compasión y tristeza, como si no supieran cómo empezar a darle la noticia.

—Por favor, díganme de una vez qué pasó —suplicó Liam, su voz temblando—. ¿Qué pasó con Noel y Odette?

Oliver suspiró profundamente, sus ojos se posaron en Matt, quien permanecía en silencio, luchando por contener sus propias lágrimas. Dylan no había querido estar presente; el dolor de revivir la pérdida de su hija era demasiado para él, apenas comenzaba a aceptar que Odette no volvería a ser parte de su vida.

—Tenemos que contarte todo desde el principio —dijo Oliver con voz firme, aunque sus ojos reflejaban el peso de cada palabra—. Hay cosas que, hasta la batalla, eran desconocidas para muchos de nosotros. Lo que pasó nos afectó a todos, y no saber si tú vivirías hasta hoy ha sido lo más difícil que he atravesado como padre.

Liam asintió, sintiendo una punzada de culpa por el dolor que había causado a su padre, pero sabía que haría todo de nuevo si significaba salvar a las personas que amaba. Oliver comenzó a relatar lo que había ocurrido, los eventos de la batalla que Liam desconocía. Narró con detalle la muerte de Ángel y su posterior regreso a la vida, la caída de su tío Jaime y la tragedia que rodeó a Gabriela y Odette. Las palabras de su padre lo atravesaban como cuchillas, y cuando Gabriela y Belial añadieron más detalles, Liam sintió un escalofrío recorrer su espalda. La idea de los demonios pidiendo sacrificios y la aceptación de Gabriela le resultaba casi insoportable; no solo había perdido a Odette, sino que estuvo a punto de perder también a Gaby.

—¿O sea que no los volveremos a ver? —sollozó Liam, su voz ahogada por el llanto—. Les fallé... les fallé a todos.

Theo fue el primero en acercarse y apretó el hombro de Liam con fuerza, tratando de infundirle el consuelo que él mismo necesitaba.

—No le fallaste a nadie, Liam —dijo Theo con severidad, aunque su voz temblaba—. Salvaste a cientos de vidas, nos trajiste de vuelta de un destino fatal. Gracias a ti, varios de nosotros estamos aquí hoy.

—Pero no todos... —murmuró Liam, intentando contener las lágrimas, pero sin éxito; cada palabra traía consigo un torrente incontrolable de emociones—. Falta Odette... le prometí que haría lo imposible por salvarla, que daría todo de mí para... le... le fallé...

Antes de que pudiera darse cuenta, Oliver ya estaba frente a él, envolviéndolo en un abrazo firme y reconfortante, como si intentara protegerlo del dolor que lo consumía.