CAPÍTULO 73.- segundo fragmento

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Ella abrió la puerta con lentitud. Como predijo Jose estaba doblando su ropa con cuidado, poniéndola sobre una maleta mediana. A él nunca le gustó mucho tener sirvientes que hicieran todo por ellos. Jose fue criado de forma humana y después vivió mucho tiempo en su mundo. Así que a veces aún luchaba con la forma en que vivía la realeza.


—Amor...


—No —Jose cerró su maleta con fuerza—, estoy muy enojado contigo ahora mismo.


—No quiero que nos despidamos enojados.


Jose bufo y se dio la vuelta para mirarla. En el pasado Gabriela solía ponerse a la defensiva incluso cuando ella estaba equivocada y la discusión era causada por sus tonterías, pero en ese momento no quería discutir, quería mirar a Jose una eternidad, quería recordar porque hacía lo que hacía.


A pesar de que eran de edades muy diferentes, a Gabriela siempre le parecía que Jose era muy guapo. Comprendía ahora porque la mitad de sus tías habían caído enamoradas de él. No solo era atractivo, era arrebatadoramente adorable. Con una sonrisa coqueta que derretía cualquier defensa.


Gabriela agonizaba pensando que esta sería la última vez que ellos se verían.


—¡¿Por qué siempre tienes que menospreciarme de ese modo?! —Jose estaba muy ofuscado—, entiendo el motivo porque debo ser yo el que se quede con Zephyra, soy una persona pensante, aunque ustedes no lo crean. Pero lo que a mi me molesta es que no te sentaras conmigo a conversar estas cosas y explicarme lo que sucede, pero no ¡Tenía que enterarme justo enfrente de toda tu familia como siempre!, de verdad haces que me sienta como un juguete para ti. Como si no te importara nada.


Gabriela solo se quedó mirándolo, soñando con la vida que no tendrían, soñando que tenían un par de hijos más, que envejecerían juntos rodeados de muchos nietos y sobrinos, viendo como ellos corren por la playa al lado de su casa seguidos por su tigre.


Soñando despierta en cada amanecer a su lado, cada caricia, cada beso.


—Eres todo lo me importa en realidad —respondió después de mucho tiempo en silencio que pronto iba a hacer roto por otros gritos de Jose.


Él iba a responder algo sarcásticamente cruel, pero sintió por fin esa oleada de dolor por el lazo de mates que casi hace que se retuerza. Después vio las lágrimas corriendo por las mejillas de su esposa.


Suspiro y la atrajo para abrazarla.


—Perdóname —sollozo Gabriela en su regazo—, no quise herirte.


Jose sintió su sinceridad y concluyó que era suficiente.


—Eres una tonta —Jose besó su cabello apretándola con más fuerza porque Gabriela empezaba a llorar con más ímpetu —, ¿Pensaste que si no me ordenaban que me fuera no iba a hacerlo cierto?


Gabriela no respondió.


—No estoy feliz de esto, pero comprendo que los dos no podemos entrar en batalla dejando a Zephyra sola, además de que yo soy más frágil de los dos y puede que las ponga en peligro —Jose la balanceo en sus brazos —, lo entiendo amor, lo entiendo, pero a la próxima intenta advertirme antes ¿Bien?

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora