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Sabía lo que le esperaba, y no era de su interés invertir tiempo en reclamos inútiles

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Sabía lo que le esperaba, y no era de su interés invertir tiempo en reclamos inútiles. Si decidió regresar no fue porque ellos la forzaron, sino porque Eva tenía razón y no podía arriesgarla quedándose a su lado. O poniendo en duda su postura como líder.

Wynga tenía en mente numerosos argumentos para dejar claro que su voto a favor de la humanidad no fue solo por Eva, sino porque de verdad creía en lo que era justo. 

Ella escuchó todos los argumentos del juicio, reflexionándolos en silencio, y entendiendo por qué una condena de aniquilación total no iba a solucionar nada. Al contrario, los haría genocidas a todos ellos, como dirían los humanos.

Así que allí estaba, andando con calma y pretendiendo que no tenía preocupaciones. Dejó su nave en el mismo lugar de donde despegó, y subió por el elevador hacia la zona de reuniones. Mentiría si dijera que no estaba preocupada por el destino de Eva, incluso de sus protegidos. La reacción de ese humano fue desproporcionada, y todo parecía indicar que iba a seguir por el mismo rumbo. Si algo entendió de las personas de ese mundo era que, una vez llegado al extremo de la locura, no había marcha atrás.

Por eso, la líder de Egel hizo acopio de toda su fuerza interna para aparentar serenidad. De bloquearse a ella misma para que ninguna de las razas empáticas en esa nave pudiera intuir la tormenta que se vivía en su interior.

No sabía que iba a pasarle si esos humanos desquiciados se cobraban las ofensas con la vida de Eva. Podía intuir que su dolor y desesperación solo se iba a comparar a cuando fue una niña y perdió a su clan familiar. O cuando durante todos esos años de guerra con Neeredia vio morir a seres valiosos durante batallas. Sí, tal vez sería algo así. No, sería peor. Sin duda peor.

Porque si le quitaban a Eva, la luz de su vida se apagaría. Ya no querría ver la existencia nunca más. No encontraría la calma, no podría. Porque a ella se entregó como a ninguna otra, porque ella siempre sería su ser más preciado. Podía intuir lo desolada y desesperada que la dejaría esa pérdida, pero en verdad no podía asegurar que sería de ella, o si podría recuperarse alguna vez.

Lo que sí sabía era que, si le quitaban a Eva, todos iban a pagar. Todos y cada uno de ellos. No habría piedad, arderían en las llamas de su furia. Sería capaz de abrir la tierra solo para hundirlos en las profundidades y aplastarlos lento hasta su muerte. Wynga sabía que si Igor y sus aliados se atrevían a tocarla, sería tan insoportable el dolor que les provocaría que de rodillas rogarían su perdón.

Con eso en mente, Wynga entró al salón de reuniones donde aún se encontraban en estado físico algunos líderes que llegaron para el juicio. Otros ya habían partido a sus planetas, pero mantenían la comunicación a través de transferencia de conciencia, presentándose de forma incorpórea.

Entre los ausentes físicos estaba el líder Izzpur, Sitshi del centro de la galaxia, y Dericbe de Andrómeda. Los que se quedaron, aparte de ella y Masshis, fueron Shah del borde exterior, Sa'lldra de los akgi, y Tecte.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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Los desterrados hijos de EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora