Tercer día del juicio

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Cuando acabó el día, no todo resultó como esperaba

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Cuando acabó el día, no todo resultó como esperaba. Hubo quienes mantuvieron la postura de tomar acciones contra Wynga, en cambio, el resto retrocedió cuando vieron lo que la extraterrestre era capaz de hacer.

Eva no lo entendía, después de lo que pasó en la base de Nueva Jersey, a todos les debió quedar claro que no había forma de ganarle a Wynga en una guerra. La terquedad, supuso, fue algo que heredaron de los neeren.

Al final de ese día, eran dos los bandos. Quienes decidieron retirarse de la cumbre fueron Norteamérica, China, el Estado Japonés, la Península iberica y Europa Mediterránea y Continental. De su lado, Eva tenía a Rusia, Europa Nórdica, India y -cosa que aún sorprendía a todos- Gran Bretaña. Esos eran, al menos, los sectores con líderes organizados con los que se pudo establecer contacto para la cumbre. Del resto del mundo no se sabía mucho, apenas que vivían como si aún fueran los primeros días del Apocalipsis.

En honor a la verdad, Eva agradeció que todos sus detractores se largaran, al menos con los que quedaban podrían trazar algo. Lo terrible era que las acciones de los demás terminarían afectándolos, por lo que convencer a Wynga de que no los destruya era la prioridad.

—No nos van a quitar el castigo —expuso Igor a nombre de Yul—. Pero tal vez acepten darnos sanciones. Ahora que somos conscientes de donde venimos, y por qué seremos castigados, podemos exponer que lo más justo sería que la vida humana se siga desarrollando, pero con un control estricto que garantice la seguridad de todos. —Ella asintió, pues eso era justo lo que tenía en mente.

—De todo lo que Wynga me mostró —continuó Eva—, sé que hay algo que nos diferencia de los antiguos neeren, y es que nosotros sí logramos alcanzar una iluminación espiritual y religiosa. No todos, pero la extraterrestre reconoce que hay gente que merece piedad. Puedo apelar a eso, y a la niñez. Las nuevas generaciones ni siquiera han sido parte de lo que pasó con el mundo en los últimos años, no merecen un castigo.

—Eso podría hacerla flaquear —dijo Hans, el nórdico—. Si lo que quieren es arrestarnos, o someternos a un juicio, podemos aceptarlo. Abogando por los más inocentes, quizá logremos que entiendan que la humanidad merece piedad.

—El gobernador Williams sostiene que debemos empezar a preparar nuestra defensa —añadió el intérprete de Gran Bretaña. El hombre en cuestión era un galés de mediana edad que fue concejal de condado cuando llegó la tragedia—. No sabemos cuanto tardará en reaparecer la extraterrestre, pero debemos tener algo que mostrarle.

—Estoy de acuerdo. Pueden dar la orden de que sus satélites se movilicen. Si está en los cielos, lo sabremos. Ahora solo nos queda prepararnos —les dijo Eva, y entraron en acción.

Después de dar los órdenes para el rastreo de la nave, todos los gobernadores dieron ideas generales de como plantear la cuestión ante la extraterrestre. Decidieron que Eva sería quien mantendría el contacto, pues ya estaba familiarizada. Sus nuevos aliados querían confiar en ella. Y ella... Ella no sabía cómo decirles que mandó al demonio a la alien por meterse en su mente.

Los desterrados hijos de EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora