XXV

94 12 3
                                    

Esa mañana el sol estaba más brillante y el cielo más azul; la tostada que comió en su desayuno fue más crujiente y por primera vez no pegó un pequeño saltito de sorpresa cuando la bocina de un auto sonó fuera de su hogar. Había despertado antes que su alarma sonara y no le molestó en lo absoluto, tuvo tiempo de sobra para regar sus plantas y alimentar a Alan, que le agradeció con un maullido. Se encontró más de una vez tarareando una canción de amor mientras se arreglaba frente al espejo, nadando en su recuerdo de lo que había ocurrido el día anterior. Estaba tan distraído que no sintió la mirada insistente de su padre cuando iban en el auto camino al trabajo. Apenas sí había cruzado palabra con el hombre, pese a que siempre lo hacía para no sentirse tan nervioso al momento de estar dentro del vehículo, pero estaba tan concentrado en sus recuerdos que no fue necesario hablar. Sonreía sin poder evitarlo al recordar los besos de Crowley sobre su piel, y si se concentraba lo suficientemente, creía que podía escuchar el sonido de su respiración tranquila junto a su oído. Suspiraba sin querer mientras observaba el camino a su trabajo a través de la ventana, y apenas sí escuchaba cuando Marco le hacía alguna pregunta sobre su fin de semana pues, de forma muy extraña, nos los había ido a visitar para cenar juntos como lo hacía cada semana.

Cuando quiso bajar por la puerta del copiloto en cuanto llegaron a la empresa, la mano de su padre cruzando su espacio para volver a cerrarla, le sorprendió. "Aún nos quedan diez minutos. No vas a bajar hasta decirme que es lo que te ocurre." Las palabras inquisidoras de Marco Fell, sólo en ese momento, le hicieron comprender que había actuado de forma extraña durante todo el trayecto. "Si bajas y no me dices, apenas ponga un pie en la oficina llamaré a tu madre para contarle que estás actuando raro." Sin poder evitarlo, soltó una suave risita. La sobreprotección de sus padres era algo a lo que aún no se acostumbraba del todo, pese a todos los años que ya llevaba viviendo cerca de ellos; suponía que eso se daba a todos los años que pasó viviendo solo con su soledad en un departamento en Londres durante plena edad formativa. Entendía su preocupación, tantas cosas habían pasado en su vida -desde una adicción al alcohol y a las pastillas, y un trágico accidente que podría haber puesto fin a su vida- que un poco de cambio, aunque mínimo fuera, en la rutina podría asustar a cualquiera. "¿Y bien?"

No sabía con qué palabras empezar, ni tampoco con cuál acontecimiento comenzar a narrar. ¿Qué le diría a su padre? ¿Qué se había reencontrado con el amor de su vida luego de diez años y pasó junto a él el mejor fin de semana que haya podido recordar a lo largo y ancho de su existencia? De tan sólo pensarlo le daban ganas de reír. Ni siquiera él era capaz de representarse todo lo que había ocurrido el día anterior, antes de que su amor lo dejara en la estación de trenes con destino a Manchester. En pocos segundos logró preguntarse si es que su padre recordaba a Crowley, después de todo, habían pasado más de quince años desde la primera vez que lo vio, y los encuentros después de eso habían sido pocos... La última vez que supo de él fue cuando el, en ese entonces, joven escritor había viajado hasta esa ciudad para advertirle al matrimonio sobre el peligroso estado en el que se encontraba su hijo a causa de su baile, el alcohol y las pastillas sin prescripción. Se preguntó si cuando Marco había conocido a Anthony, pudo darse cuenta de lo que el, entonces, muchacho significaba para él; después de todo, el escritor había sido la primera y única persona en ser presentada ante sus padres, luego de él no hubo a nadie a quién introducir a sus vidas, no existió ni siquiera un atisbo de lo que era su vida amorosa nunca más.

"Estuve en Londres durante el fin de semana, llegué a casa ayer por la tarde." Comenzó al fin, bajo la mirada expectante de su padre. Se sentía como un adolescente en un interrogatorio, esa conocida presión en la boca de su estómago no había aparecido hace tanto tiempo que por un momento la había olvidado. "Me encontré con Crowley..." Haber dicho su nombre en voz alta, hizo que de pronto todo se sintiera más real. "... Y creo que nunca me he sentido tan feliz en mi vida."

Never Gonna Dance Again [Aziracrow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora