Capítulo 20: «Orígenes»

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Después de la charla con todos, la atmósfera seguía siendo densa. Sungmin necesitaba procesar todo lo que había escuchado, pero más que nada, necesitaba respuestas. A medida que los demás salían de la sala, ella se quedó sola con Jin, el único con el que siempre había sentido una conexión más cercana y en quien más confiaba.

Se sentaron en silencio por unos momentos. Sungmin observaba el suelo, sus pensamientos eran un torbellino de dudas y confusión. Finalmente, rompió el silencio.

-Jin. -dijo, su voz suave, pero llena de incertidumbre. -¿Cómo supieron que yo era... especial? ¿Qué me hacía diferente de los demás?

Jin se giró hacia ella, con la misma serenidad que siempre lo caracterizaba. Había esperado esa pregunta, sabiendo que Sungmin no se conformaría con medias respuestas.

-Desde que llegaste a este mundo, eras diferente, Sungmin, se supo desde el principio. -Sus ojos la observaron con suavidad, y después de un momento, habló. -La mayoría de los vampiros nacen con un crecimiento acelerado, los niños vampiros, en cuestión de semanas, ya son lo suficientemente fuertes y maduros para empezar a entender su poder, pero tú. -hizo una pausa, como si recordara aquellos tiempos. -tu crecimiento fue completamente distinto.

-¿Distinto cómo? -Sungmin lo miró con los ojos entrecerrados, buscando entender.

-Tu crecimiento fue increíblemente lento. -continuó Jin. -Mientras otros niños vampiros crecían en cuestión de meses, tú pasaste siglos siendo una bebé para muchos, era un misterio, pero se supo que no era una simple casualidad, era una señal de que había algo en ti que te hacía única.

Sungmin se quedó en silencio, tratando de asimilar esa revelación. ¿Siglos? ¿Realmente había sido tan pequeña durante tanto tiempo? Siempre supo que algo en su vida no cuadraba con las demás experiencias que había fotos de ella de bebé, pero no podía haber imaginado algo así.

-¿Siglos? -susurró, incrédula. -¿Por qué fui así?

-Eso es parte del misterio que rodea tu origen, no solo eres una vampira, Sungmin. -Jin esbozó una pequeña sonrisa. -Hay algo más en tu sangre, algo antiguo que aún no comprendemos del todo y tal vez por eso tu crecimiento fue tan lento, como si tu propio cuerpo estuviera preparándose para algo mucho más grande de lo que podíamos imaginar.

Sungmin dejó caer sus hombros, sintiendo el peso de todo lo que le estaban revelando. Ahora sabía por qué siempre había sentido que no encajaba del todo, ni siquiera entre los vampiros. Su crecimiento, su poder latente, todo indicaba que había algo mucho más profundo en su interior, algo que ni siquiera los chicos entendían del todo.

-¿Eso fue lo que los hizo... elegirme como sus guardianes? -preguntó, su voz temblorosa.

-No, Sungmin, tú nos elegiste, algo en tu interior, tu esencia, nos atrajo hacia ti. -Jin negó suavemente con la cabeza.
-Nosotros simplemente respondimos a esa llamada, pero sí, sabíamos que eras diferente, y desde el principio, entendimos que debíamos estar a tu lado para protegerte.

Sungmin sintió una mezcla de alivio y temor. No estaba sola en este camino, y aunque su destino parecía más incierto que nunca, al menos sabía que siempre tendría a Jin y a los demás a su lado.

-Gracias... por estar aquí conmigo -susurró.

-Siempre, Sungmin. -Jin le sonrió con calidez y puso una mano sobre su hombro. -Siempre estaremos aquí para ti, sin importar lo que venga.

Al amanecer, los rayos de luz apenas asomaban por el horizonte cuando todos en la casa comenzaron a preparar sus cosas. Sabían que el lugar ya no era seguro, especialmente ahora que Sungmin estaba empezando a descubrir su verdadera naturaleza. Todos acordaron que debían marcharse, buscando un lugar donde pudieran estar a salvo por un tiempo. Esta vez, Sungmin fue asignada para viajar con Jimin y Taehyung.

Mientras el auto avanzaba por caminos vacíos, el silencio en el vehículo era palpable. Sungmin, aun procesando las revelaciones de la noche anterior, miraba por la ventana, pero había algo más que la inquietaba. Finalmente, se armó de valor para romper el silencio.

-Jimin... Taehyung... -dijo, mirando a ambos con curiosidad. -¿Ustedes nacieron siendo vampiros?

La pregunta hizo que ambos intercambiaran una mirada rápida, como si recordaran algo que los conectaba a un pasado oscuro y misterioso.

-No, Sungmin. -Fue Jimin quien habló primero, con la voz baja y tranquila, aunque había una sombra de dolor en sus ojos. -Nosotros no nacimos vampiros.

Taehyung, desde el asiento del copiloto, añadió con su tono más profundo y melancólico.

-Los siete nacimos siendo humanos. -explicó. -Éramos niños normales, con vidas normales... hasta que todo cambió de un momento a otro.

Sungmin frunció el ceño, sorprendida por esa revelación. Sabía que los chicos eran especiales, pero nunca imaginó que alguna vez hubieran sido humanos como ella.

-¿Qué pasó? -preguntó en un susurro, intrigada.

Jimin respiró hondo, como si las memorias lo arrastraran a un lugar lejano en su mente.

-Todo comenzó cuando nos encontramos con una rosa roja. -contó. -Cada uno de nosotros, en diferentes momentos, nos pinchamos con sus espinas... y después de eso, todo cambió, fue como si la rosa estuviera destinada a transformarnos, a unirnos en un destino que no comprendíamos.

Sungmin se quedó callada, procesando sus palabras. Una simple rosa roja. ¿Cómo algo tan hermoso podía ser el desencadenante de algo tan oscuro?

-Lo más extraño. -intervino Taehyung. -es que solo nos ocurrió a nosotros, ningún otro niño en el pueblo se vio afectado, fue como si la rosa nos hubiera elegido específicamente a los siete.

-Y luego. -continuó Jimin, su voz temblando levemente. -llegaron las masacres.

Sungmin sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

-¿Masacres? -repitió.

-Después de nuestra transformación, llegaron personas... cazadores, o al menos eso parecían, atacaron nuestro pueblo, masacraron a nuestras familias. -Taehyung asintió, con los ojos sombríos mientras recordaba. -No entendíamos por qué, solo sabíamos que ya no éramos los mismos, nos habíamos convertido en vampiros, y desde entonces, hemos estado huyendo de ese pasado.

Sungmin sintió una mezcla de tristeza y comprensión. Ahora entendía un poco más por qué los chicos parecían tan cercanos entre sí. Compartían un dolor y un destino que los había unido desde el principio, uno que les había arrebatado su humanidad y los había lanzado a una vida llena de sombras.

-Lo siento. -murmuró Sungmin, sintiendo empatía por lo que habían vivido.

-No es tu culpa, Sungmin. -Jimin negó con la cabeza, esbozando una pequeña sonrisa. -Solo queríamos que entendieras que todos nosotros también hemos tenido que aceptar lo que somos igual que tú lo harás.

-Lo importante es que ahora estamos juntos. -Taehyung miró por el espejo retrovisor, sus ojos encontrándose con los de Sungmin. -Y eso es lo único que importa.

Sungmin asintió lentamente. Aunque aún tenía muchas preguntas, al menos sabía que no estaba sola en este viaje. Los chicos no solo eran sus guardianes, sino compañeros que compartían un destino complicado y misterioso. Un destino que apenas comenzaba a revelarse.

Blood Heirs [K.NJ][Book #1] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora