Capítulo 16: «Bajo presión»

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—Sungmin. —dijo Namjoon con la voz tensa por el esfuerzo y la preocupación—No hay tiempo, si te quedas, estarás en peligro, ellos pueden manejar esto, pero necesitamos ponerte a salvo.

—No lo entiendes. —gritó ella, su voz quebrándose. —Ellos están luchando por mí ¡Yo no puedo simplemente huir y dejarlos a su suerte!

Namjoon la miró de reojo, sabiendo exactamente lo que ella sentía. No era la primera vez que estaban en una situación así, donde el peligro se cernía sobre ellos, pero esta vez era diferente. Los lobos no eran sólo criaturas salvajes; eran enviados, y su misión era clara: Capturar o destruir a Sungmin. Eso lo hacía todo más peligroso, y también más personal.

—No estás huyendo, Sungmin. —Namjoon hizo una pausa para mirarla a los ojos mientras corrían. —Estás confiando en nosotros, ellos pelean para protegerte porque te quieren ¿No lo entiendes? Si te quedas, nos arriesgamos todos.

Sungmin sintió un nudo en el estómago. Sabía que él tenía razón. Los chicos se estaban quedando atrás, arriesgando sus vidas para que ella pudiera escapar. Pero la culpa la consumía por dentro. No podía dejar de pensar en Yoongi, en Jungkook, en Taehyung y Hoseok, enfrentándose a esos lobos sin saber si sobrevivirían. El sonido de sus gritos y los gruñidos de los lobos la perseguían.

—Pero, ¿Y si…? —intentó replicar, pero Namjoon la cortó rápidamente.

—No hay ‘y si’, confía en ellos, tienen habilidades que no hemos visto completamente. —le dijo. —Yoongi es increíblemente astuto, Taehyung es rápido, Jungkook es fuerte, y Hoseok… Hoseok sabe cómo sobrevivir, tienen todo bajo control, nosotros tenemos que alejarnos lo más posible.

A pesar de las palabras de Namjoon, Sungmin no podía calmar su corazón. Mientras seguían corriendo, los recuerdos de los últimos meses comenzaron a inundarla: el entrenamiento, la protección, las risas compartidas, los momentos en que sentía que todos la cuidaban, pero también la trataban como si fuera alguien especial. Sin embargo, ahora, toda esa sensación de protección se convertía en algo sofocante. ¿Por qué todos debían sacrificar tanto por ella? ¿Por qué su vida tenía que ser más importante que la de ellos?

De repente, Namjoon se detuvo en seco, lo que hizo que Sungmin casi tropezara. Ambos quedaron en medio de un claro en el bosque, con la luna llena iluminando la escena con una luz pálida y fantasmal. Namjoon estaba respirando con dificultad, y su mirada se clavó en los alrededores, escaneando el terreno en busca de una ruta de escape.

—Aquí. —dijo mientras la dirigía hacia un árbol caído que ofrecía algo de cobertura. —Descansa un momento.

Sungmin asintió, aunque todavía sentía esa opresión en el pecho. Mientras se inclinaba contra el tronco, Namjoon se puso de cuclillas frente a ella, observándola con una mezcla de preocupación y tristeza.

—Sé que esto es difícil. —dijo en voz baja. —No es justo que tengas que cargar con esto, pero es nuestra realidad, has sido elegida por una razón que aún no entendemos del todo, y por eso debemos protegerte a toda costa.

Sungmin levantó la cabeza, sus ojos brillantes por las lágrimas que había estado conteniendo. La elección. Siempre se hablaba de esa elección, de ese destino del que parecía no haber escapatoria. Pero, ¿Quién la había elegido? ¿Y por qué? Todo lo que sabía era que estaba atada a esos siete chicos, y qué juntos compartían un vínculo que iba más allá de la amistad o la camaradería. Algo más grande los unía, algo que aún no podía comprender completamente.

—No quiero que mueran por mí. —dijo finalmente, su voz temblando.

Namjoon suspiró y se inclinó un poco más, acercándose a ella. Sus ojos oscuros reflejaban la luz de la luna.

—Nadie quiere morir, Sungmin, pero tampoco queremos perderte. —le dijo. —Estamos en esto juntos, hasta el final tú eres la clave, lo sabemos. —la tomó de las mejillas. —Y por eso, incluso si tenemos que enfrentarnos a jaurías de lobos o lo que sea que venga, lo haremos porque te necesitamos.

Las palabras de Namjoon resonaron en su mente mientras intentaba asimilar la magnitud de lo que estaba ocurriendo. Ser la clave. Era una responsabilidad que ella nunca había pedido, y aun así, ahí estaba, en el centro de una batalla que la superaba.

—Pero, ¿Por qué yo? —preguntó finalmente. —No entiendo por qué soy tan importante.

Namjoon la miró con una mezcla de compasión y frustración. Sabía que no tenía todas las respuestas, pero lo que sí sabía era que su conexión con Sungmin iba mucho más allá de lo que cualquiera de ellos podría haber anticipado.

—No lo sé, Sungmin. —admitió. —Pero lo que sí sé es que te necesitamos, hay algo en ti que nos une a todos y tal vez sea tu fuerza, tal vez sea algo más.

Antes de que Sungmin pudiera responder, un sonido fuerte, como un rugido, rompió el silencio de la noche. Ambos se pusieron de pie al instante, alerta. El rugido fue seguido por un gruñido profundo, más aterrador que el de los lobos anteriores. Algo más estaba acercándose.

Namjoon maldijo en voz baja y tomó a Sungmin por la mano, comenzando a correr de nuevo.

—No podemos quedarnos aquí. ¡Vamos!

El miedo creció en el pecho de Sungmin mientras corrían una vez más a través del bosque. Pero esta vez, el miedo no solo era por su propia vida, sino por los chicos que habían quedado atrás. ¿Estarían bien? ¿Podrían detener a esos lobos y salir con vida?

Mientras corrían, Namjoon no soltaba la mano de Sungmin, guiándola entre los árboles. Pero ambos sabían que no podían correr para siempre. Tarde o temprano, tendrían que enfrentarse a lo que fuera que los estaba persiguiendo.

Finalmente, después de lo que parecieron horas corriendo, llegaron a un pequeño claro, donde Namjoon se detuvo una vez más, esta vez mucho más cansado. Estaba jadeando, pero no podía permitir que Sungmin viera su preocupación.

—Aquí estaremos a salvo por un momento. —dijo, aunque ambos sabían que ese respiro sería breve.

Sungmin no pudo evitar mirar a su alrededor con desconfianza. Algo se sentía mal. Como si los estuvieran cazando, observando desde las sombras.

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó ella, su voz apenas audible.

Namjoon no respondió de inmediato. Sabía que tenían que regresar por los demás, pero también sabía que dejar a Sungmin sola sería aún más peligroso.

—Primero, debemos asegurarnos de que estés segura. —dijo, con determinación en su voz.

Los aullidos en la distancia les recordaron que el tiempo estaba en su contra, y que tarde o temprano, la pelea llegaría hasta ellos.

Blood Heirs [K.NJ][Book #1] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora