El regreso de Sungmin y Namjoon a la casa fue mucho más silencioso que antes. La música todavía sonaba y las luces de la fiesta seguían encendidas, pero el ambiente había cambiado. Era como si una sombra invisible se hubiera cernido sobre ellos. Algo estaba mal, y ambos lo sentían. Al entrar en la casa, notaron cómo el aire se había vuelto tenso, cargado con una extraña sensación de peligro.
Los chicos seguían hablando y riendo, pero todos estaban más atentos de lo habitual, como si esperaran que algo ocurriera. Taehyung fue el primero en notar la incomodidad de Sungmin y Namjoon cuando entraron, y levantó una ceja, curioso.
—¿Todo bien? —preguntó, pero antes de que pudieran responder, un aullido largo y profundo resonó en la distancia, interrumpiendo el ambiente relajado.
El sonido congeló a todos en su lugar. Era un aullido que no parecía normal. Tenía una intensidad feroz, casi sobrenatural. Jimin fue el primero en ponerse de pie, alertando a los demás. Hoseok, que aún estaba sonriendo, dejó de hacerlo al instante, mientras sus ojos se dirigían hacia las ventanas.
—¿Qué fue eso? —preguntó Jin, con una expresión de preocupación.
Antes de que alguien pudiera responder, el aullido se repitió, esta vez más cercano. Todos intercambiaron miradas de alarma. Yoongi, siempre el más tranquilo, fue hacia la ventana y se asomó al exterior. Su rostro se tensó.
—No estamos solos. —dijo, su voz apenas audible.
De repente, de la oscuridad del jardín, surgieron sombras rápidas y ágiles. Eran lobos, pero no eran comunes. Sus ojos brillaban con un fulgor sobrenatural, y sus cuerpos, mucho más grandes de lo normal, se movían con una velocidad y fuerza inquietante. Eran criaturas salvajes, pero también había algo más, algo que los hacía parecer más calculadores, más letales. No había duda de que no eran simples animales.
—¡Lobos! —gritó Jungkook mientras retrocedía, con los ojos abiertos de par en par. —¡Están aquí!
En un abrir y cerrar de ojos, la jauría irrumpió en el jardín. No había forma de escapar rápidamente. Los chicos se agruparon instintivamente, protegiendo a Sungmin en el centro, pero los lobos ya habían comenzado a rodearlos. Había docenas, gruñendo y mostrando sus colmillos afilados.
—¡Esto no es una coincidencia! —gritó Hoseok, poniéndose en posición de lucha. —¡Nos han encontrado!
Namjoon inmediatamente supo lo que eso significaba. Estos no eran simples depredadores; eran enviados. Sabía que tarde o temprano los enemigos que habían estado esquivando los encontrarían. Pero no esperaba que fuera tan pronto.
—¡Tenemos que sacarla de aquí! —gritó, mirando a los demás con urgencia.
Yoongi, que estaba analizando la situación, asintió rápidamente. Sabía que su prioridad era Sungmin. Si la atacaban, todo estaría perdido.
—¡Nos quedamos! —dijo Yoongi con firmeza. —Jungkook, Hoseok, Taehyung y yo nos quedaremos a luchar, ustedes llévenla a un lugar seguro.
Pero Sungmin, al escuchar esas palabras, negó con la cabeza con fuerza. Se adelantó, con los ojos llenos de determinación.
—¡No! —exclamó. —¡No voy a dejarlos aquí! ¡No puedo dejar que luchen solos!
—¡No hay tiempo para discutir! —gritó Jungkook, lanzando una mirada rápida hacia los lobos, que se acercaban cada vez más. —¡Tienes que irte, Sungmin!
—¡Yo no me iré! —insistió ella, desafiando la orden de Namjoon y los demás.
No podía aceptar la idea de abandonar a sus amigos, sus protectores, mientras se enfrentaban a una amenaza que claramente había sido enviada para destruirla. Namjoon, que estaba desesperado, sabía que no había tiempo que perder. Tomó a Sungmin por el brazo con fuerza, aunque con cuidado de no lastimarla.
—Sungmin, no hay opción. —dijo con una firmeza que no admitía réplica. —Esto es por tu seguridad ¡Tienes que irte!
Antes de que Sungmin pudiera protestar de nuevo, Namjoon comenzó a arrastrarla hacia la salida, pero ella luchaba por liberarse.
—¡Déjame, Namjoon! ¡No puedes hacer esto! —gritó, intentando soltarse. —¡No quiero que se queden a pelear solos!
Namjoon apretó los dientes, sabiendo que esto la estaba haciendo sufrir, pero también sabiendo que era necesario. Los lobos ya habían comenzado a atacar. Los gruñidos y el sonido de las garras rasgando el suelo llenaron el aire. Jungkook y Taehyung saltaron hacia adelante, bloqueando el primer ataque, mientras Yoongi y Hoseok cubrían los flancos.
—¡Corre! —gritó Hoseok sin apartar la vista de los lobos que se lanzaban sobre ellos.
Sungmin miró hacia atrás, viendo cómo sus amigos luchaban con todas sus fuerzas. La desesperación llenó su corazón. Sabía que cada uno de ellos estaba dispuesto a dar su vida por ella, pero no podía aceptar la idea de dejarlos atrás.
—¡No quiero perderlos! —gritó mientras las lágrimas comenzaban a llenar sus ojos.
Pero Namjoon, con el corazón roto por lo que tenía que hacer, simplemente la sujetó más fuerte y la llevó a la fuerza.
—No los perderás, Sungmin. —dijo, su voz llena de angustia mientras la sacaba de la casa. —Confía en ellos, pero ahora tú eres la prioridad.
A pesar de su resistencia, Sungmin finalmente dejó de luchar contra Namjoon, pero no pudo evitar sentir una ola de impotencia. Su corazón latía con fuerza, y aunque sabía que Namjoon tenía razón, no podía dejar de pensar en los demás, en el sacrificio que estaban haciendo por ella. Sabía que la protegerían a toda costa, pero la culpa la consumía.
Namjoon la guio hacia el exterior, alejándose del caos que había comenzado en la casa. Los aullidos y gruñidos de los lobos resonaban a lo lejos, junto con los sonidos de la batalla que se libraba detrás de ellos. Mientras corrían hacia la oscuridad, Sungmin no podía dejar de mirar hacia atrás, con la sensación de que algo estaba cambiando, de que esta pelea era solo el comienzo de algo mucho más grande y peligroso.
—No los dejaré. —murmuró para sí misma. —No permitiré que mueran por mí.
Namjoon la miró de reojo, viendo la determinación en su rostro. Sabía que, aunque lograran escapar esta noche, el conflicto no había terminado.
La oscuridad de la noche parecía envolver el paisaje mientras Namjoon corría, aferrando a Sungmin con fuerza. La respiración de ambos era pesada, pero él no aflojaba el paso. Detrás de ellos, la batalla continuaba con una intensidad aterradora, y cada aullido de los lobos resonaba como una advertencia de lo que podía pasar si no se alejaban lo suficiente. Sungmin, aunque luchaba contra el miedo y la impotencia, no podía dejar de pensar en los demás.
—Namjoon, por favor. —suplicó mientras intentaba detenerse. —No quiero dejarlos no puedo.
ESTÁS LEYENDO
Blood Heirs [K.NJ][Book #1] [✓]
FanfictionElla era una chica normal, con una vida normal, una chica de pocas palabras, una chica un poco antisocial. Ella nunca pensó o se llegó a imaginar que por ese hecho en su vida lo conocería a él y él nunca pensó encontrar a su complemento en aquella c...