Sungmin observaba atentamente cómo Yoongi y Jimin se enfrentaban en una pelea cuerpo a cuerpo. La velocidad de ambos era asombrosa, sus movimientos casi imposibles de seguir para el ojo humano. Cada golpe que intercambiaban era preciso y lleno de poder, pero también fluido, como si estuvieran perfectamente sincronizados.
Yoongi, con su frialdad calculadora, era metódico en sus ataques, aprovechando cualquier oportunidad para encontrar una debilidad en Jimin. Sus movimientos eran rápidos, pero controlados, como si ya supiera lo que vendría a continuación.
Por otro lado, Jimin era pura agilidad, moviéndose con una gracia casi felina. Evitaba los ataques de Yoongi con saltos y giros que parecían sacados de una coreografía, pero cada vez que contraatacaba, lo hacía con fuerza y precisión, mostrándole a Sungmin la importancia de combinar velocidad con estrategia.
Sungmin miraba cada habilidad con asombro, pero también con una creciente admiración. Ambos tenían estilos muy diferentes, pero igual de efectivos. Se daba cuenta de que aún le faltaba mucho para alcanzar ese nivel, y comprendía que no se trataba solo de fuerza bruta, sino también de la precisión en los movimientos, el autocontrol y el instinto.
Cada golpe, cada esquiva, era una lección silenciosa para ella. Mientras veía el intercambio entre Yoongi y Jimin, empezó a entender que más allá del dolor y del entrenamiento físico, había una danza en el combate, una especie de armonía que conectaba al cuerpo con la mente.
—Así es como quiero pelear algún día. —murmuró para sí misma, sabiendo que para llegar a ese nivel, tendría que superar muchas pruebas, pero estaba más decidida que nunca.
El enfrentamiento terminó cuando Yoongi bloqueó un ataque de Jimin con un movimiento rápido, dejando claro que ambos se respetaban mutuamente, incluso en el combate. Al verlos relajarse después de la pelea, Sungmin sintió una nueva chispa de motivación. Sabía que algún día estaría ahí, enfrentándose de igual a igual con ellos, dominando tanto su cuerpo como sus dones.
Sungmin, llena de curiosidad y admiración después de verlos pelear, decidió preguntar a cada uno de los chicos sobre sus habilidades. Quería entender mejor los dones que los hacían tan poderosos.
—¿Cuáles son sus habilidades? —preguntó con interés, dirigiéndose primero a Jimin.
Jimin sonrió, levantando una mano frente a ella. Con un simple gesto, una serie de dagas brillantes y afiladas se materializaron en el aire, flotando a su alrededor. Las dagas eran hermosas, pero también letales.
—Puedo crear y controlar dagas con mi energía. —explicó, haciendo que las hojas giraran en el aire antes de desvanecerlas con otro movimiento de su mano. —Son rápidas y precisas, perfectas para un ataque directo o a distancia.
Sungmin asintió, impresionada por la habilidad. Sabía que Jimin ya era increíblemente ágil, y con esa destreza extra, era aún más peligroso en combate.
Luego miró a Yoongi, quien no tardó en mostrar lo suyo. Extendió la mano hacia adelante, y de la nada, un remolino de fuego comenzó a formarse en su palma, creciendo y girando con una fuerza intensa. El calor era palpable, pero Yoongi lo controlaba con calma, su expresión completamente serena.
—El fuego es mi aliado. —dijo Yoongi, haciendo que las llamas giraran aún más rápido antes de apagarlas con un chasquido de sus dedos. —No solo lo controlo, sino que puedo moldearlo a mi voluntad.
Sungmin sintió la intensidad del poder de Yoongi. El control sobre un elemento tan destructivo como el fuego requería un equilibrio perfecto entre fuerza y autocontrol.
—Eso es increíble. —murmuró, asombrada por las habilidades de ambos.
Los chicos solo habían mostrado una parte de lo que podían hacer, y Sungmin comenzó a darse cuenta de lo único que era cada uno de ellos. Sabía que, para protegerse y proteger a los demás, tendría que aprender a controlar sus propios dones con la misma destreza y maestría como de igual forma aprender los dones de los chicos.
Taehyung, Jungkook y Hoseok se acercaron curiosos, habiendo notado que Sungmin estaba interactuando con Jimin y Yoongi. Al ver las dagas que Jimin había creado y el remolino de fuego de Yoongi, sabían exactamente de qué estaban hablando.
—¿Están mostrando sus habilidades? —preguntó Taehyung con una sonrisa mientras se cruzaba de brazos—. ¿Quieres ver las nuestras también?
Sungmin, emocionada, asintió rápidamente. Quería conocer más sobre lo que cada uno de ellos podía hacer.
Jungkook fue el primero en adelantarse. Cerró los ojos brevemente, y cuando los abrió de nuevo, su cuerpo se movió a una velocidad tan rápida que apenas fue un destello. En un segundo, estaba al otro lado del campo, y en un parpadeo, había regresado justo frente a Sungmin.
—Velocidad sobrehumana. —dijo Jungkook con una sonrisa confiada. —Puedo moverme más rápido de lo que los ojos pueden ver.
Sungmin se quedó asombrada. Su rapidez era desconcertante, y pensó en lo poderoso que debía ser en combate con esa velocidad.
Luego fue el turno de Taehyung. Levantó una mano lentamente, y de repente, la atmósfera a su alrededor cambió. El viento comenzó a soplar con fuerza a su alrededor, girando como una tormenta controlada. Taehyung miró a Sungmin y, con un simple movimiento, hizo que las ráfagas de viento formaran una barrera protectora a su alrededor.
—El viento me obedece. —dijo Taehyung, su mirada tranquila pero intensa. —Puedo usarlo para atacar, defender y desplazarme a cualquier lugar.
Sungmin sintió el poder del aire a su alrededor y se maravilló ante el control que Taehyung tenía sobre los elementos. Al igual que Yoongi con el fuego, él podía moldear algo tan salvaje como el viento a su antojo.
Finalmente, Hoseok se adelantó, sonriendo ampliamente. Se tomó un momento antes de cerrar los ojos, y de repente, el suelo bajo los pies de todos comenzó a vibrar ligeramente. La tierra se abrió en pequeños surcos alrededor de Hoseok, como si él mismo fuera parte de la naturaleza.
—Mi conexión es con la tierra. —explicó Hoseok. —Puedo manipular el terreno, controlar la gravedad y crear barreras o abrir caminos, soy uno con la tierra bajo nuestros pies.
Sungmin quedó sin palabras. Cada uno de los chicos tenía un don único, y la forma en que lo manejaban con tanta precisión y control la llenaba de asombro. Pero también le recordó lo lejos que aún tenía que llegar para dominar sus propios poderes. Sabía que ese camino sería largo y desafiante, pero con ellos a su lado, confiaba en que podría llegar a ser tan poderosa como ellos algún día.
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Blood Heirs [K.NJ][Book #1] [✓]
FanficElla era una chica normal, con una vida normal, una chica de pocas palabras, una chica un poco antisocial. Ella nunca pensó o se llegó a imaginar que por ese hecho en su vida lo conocería a él y él nunca pensó encontrar a su complemento en aquella c...