Hoseok cayó al suelo, su rostro pálido y cubierto de sudor, mientras los demás miraban con horror. La herida en su brazo, infligida por uno de los lobos, se había infectado con un veneno oscuro y venenoso. El aire en la habitación se volvió denso, cargado de preocupación y miedo. Namjoon, Jin y Jimin se acercaron rápidamente, sin saber qué hacer para ayudar a su amigo.
Sungmin, todavía en un estado de trance tras haber desmayado y despertado, sintió una extraña conexión con Hoseok. Su mente estaba nublada, pero una voz interior le decía que debía actuar. Con pasos firmes, se levantó de la cama y se dirigió hacia él, mientras los demás la observaban, incrédulos y asombrados.
Cuando llegó al lado de Hoseok, se agachó y acarició suavemente su rostro, sus dedos temblando al tocar su piel caliente. En ese instante, una oleada de energía recorrió su cuerpo, un poder que parecía fluir desde lo más profundo de su ser. Sin pensarlo dos veces, se inclinó y le dio un beso en la frente.
El momento fue mágico. La conexión que sintió al besarlo era indescriptible, como si algo en su interior se activará. Al instante, Hoseok abrió los ojos, su expresión llena de confusión y dolor. Pero cuando sintió el toque de Sungmin, algo cambió. La energía que ella había invocado se intensificó, y una luz suave comenzó a emanar de su cuerpo.
Los chicos miraban en silencio, atónitos, mientras Hoseok parecía recuperar la conciencia. Sus heridas empezaron a sanar rápidamente, la piel tornándose de un color saludable mientras el veneno se disipaba como humo en el aire. La transformación era casi mágica, y la atmósfera en la habitación se llenó de esperanza.
—¿Sungmin? —murmuró Hoseok, su voz apenas un susurro mientras la miraba con gratitud. —¿Qué… qué pasó?
—Estabas herido, y yo… solo quise ayudarte. —Sungmin sonrió, aunque aún parecía un poco aturdida.
Los demás se acercaron, asombrados por lo que acababan de presenciar. Jin fue el primero en romper el silencio.
—Eso fue increíble, Sungmin. —dijo sorprendido. —No sabía que podías hacer algo así.
—Parece que tienes un don. —agregó Jimin, sus ojos brillando de admiración.
Namjoon asintió, sintiendo que el poder de Sungmin era más profundo de lo que habían imaginado. A medida que Hoseok se levantaba lentamente, los chicos se dieron cuenta de que el veneno ya no lo afectaba. La vitalidad regresaba a su rostro, y su energía se renovaba.
—Gracias, Sungmin. —dijo Hoseok, sonriendo de oreja a oreja. —No sé qué haríamos sin ti.
Pero Sungmin, aunque aliviada, todavía sentía un nudo en su estómago. No podía evitar pensar en lo que había sucedido. ¿Cómo había podido hacer eso? ¿Qué significaba? La realidad de su poder comenzaba a instalarse en su mente, y aunque estaba contenta de haber salvado a Hoseok, la incertidumbre sobre su nueva habilidad la inquietaba.
—No sé qué me pasó… —murmuró, su voz llena de confusión.
Namjoon se acercó y le puso una mano en el hombro.
—No te preocupes, Sungmin. —la animo. —Lo importante es que estás aquí con nosotros, y ahora tenemos que entender lo que realmente puedes hacer.
Hoseok, aun recuperándose, miró a Sungmin con admiración.
—Eres increíble. —suspiro. —No sé si alguno de nosotros podría haberlo hecho.
La sala se llenó de un nuevo aire de esperanza y unidad. Sungmin sintió que, a pesar de las dificultades, sus amigos estaban a su lado.
—No quiero ser una carga. —dijo Sungmin, su voz firme. —Quiero aprender a controlar esto y ser parte de todo.
Namjoon sonrió, sintiendo que su grupo era más fuerte que nunca.
—Entonces vamos a descubrirlo juntos. —la tomo de la mano. — No solo somos un grupo, somos una familia, y vamos a enfrentarlo todo, como siempre lo hemos hecho.
Los demás asintieron, sus miradas llenas de determinación. Sungmin sintió una oleada de calor en su interior al escuchar esas palabras. Tenía un camino por delante, lleno de incertidumbre, pero también de oportunidades para crecer y aprender. Y, con sus amigos a su lado, sabía que nada podía detenerlos.
Esa noche, el peligro parecía alejado, pero la realidad de su nueva vida apenas comenzaba a desplegarse. Los desafíos que enfrentarían juntos fortalecerían sus lazos, mientras se preparan para enfrentar cualquier amenaza que pudiera surgir en el horizonte.
En una habitación oscura, apenas iluminada por un candelabro antiguo, Jin convoca a los seis chicos: Jungkook, Jimin, Yoongi, Taehyung, Hoseok y Namjoon. El ambiente está cargado de tensión, como si todos sintieran que el momento que han temido durante tanto tiempo finalmente había llegado.
—Es hora. —dice Jin, su voz firme pero contenida. —Sungmin ya está mostrando signos y sus habilidades están despertando, y no podemos seguir escondiéndole la verdad.
Todos asienten lentamente. Jimin, siempre protector, cruza los brazos y suspira.
—Lo he notado también. —murmura, sus ojos brillando con preocupación. —No va a ser fácil para ella, pero es lo mejor.
—No podemos arriesgarnos a que descubra todo por su cuenta. —Yoongi, apoyado contra la pared, interviene de manera pragmática. —Necesita entender lo que está sucediendo.
—Estoy de acuerdo. —agrega Hoseok, aunque su tono refleja la misma preocupación que comparte el grupo. —Pero… ¿Estamos seguros de que está lista?
Taehyung, en silencio, asiente. No hay dudas en su mirada.
Namjoon, sin embargo, permanece en silencio por un momento más largo, observando a los demás. Finalmente, habla con una expresión pensativa.
—No sé si esto es lo correcto aún, sí sus habilidades están despertando, pero no podemos predecir cómo reaccionará. —los vio. —Y si se siente traicionada por no haberle dicho antes… podríamos perder su confianza.
Jin lo observa con calma, sabiendo que la preocupación de Namjoon es válida. Pero ya no había marcha atrás.
—Es un riesgo. —concede Jin. —Pero no podemos protegerla si no sabe lo que es y más importante aún, ella no puede protegerse sola sin esa verdad.
El silencio cae sobre el grupo una vez más, hasta que finalmente, todos asienten en señal de acuerdo. El destino de Sungmin ya estaba decidido, y pronto, ella conocería la verdad sobre quién es realmente.
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Blood Heirs [K.NJ][Book #1] [✓]
Fiksi PenggemarElla era una chica normal, con una vida normal, una chica de pocas palabras, una chica un poco antisocial. Ella nunca pensó o se llegó a imaginar que por ese hecho en su vida lo conocería a él y él nunca pensó encontrar a su complemento en aquella c...