Capítulo 16

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Después de la fogata, Kalum y yo comenzamos a caminar hacia nuestra cabaña. La noche era fresca, y las estrellas brillaban intensamente en el cielo, como si cada una de ellas tuviera algo que contar. Mientras avanzábamos, sentí que la conexión entre nosotras se fortalecía, como si un hilo invisible nos uniera en esta nueva aventura.

—Agatha —comenzó Kalum, su tono curioso y lleno de asombro—, estoy intrigada por lo que dijiste sobre el beso. ¿Cómo intimidan los humanos?

No pude evitar sonreír ante su curiosidad. Era encantador ver a alguien tan desconcertado por algo que para mí era tan cotidiano y, al mismo tiempo, tan nuevo.

—Oh, bueno, un beso es... diferente —dije, sintiéndome un poco nerviosa—. Es como un gesto que puede significar muchas cosas. A veces, puede ser una forma de mostrar afecto o de compartir un momento especial, algo que queda grabado en la memoria.

Kalum frunció el ceño, claramente interesada, como si cada palabra que pronunciaba fuera una pieza de un rompecabezas complicado que intentaba resolver.

—¿Qué tipo de gestos? —preguntó, su mirada fija en mí, ansiosa por entender.

—Bueno, hay diferentes tipos de besos. A veces, es suave y tierno; otras, puede ser más apasionado. Pero... no tengo mucha experiencia con eso —respondí, sintiendo que me sonrojaba un poco. La verdad era que mi inexperiencia me hacía sentir vulnerable—. Soy virgen, así que, para mí, todo esto es un poco nuevo.

Kalum detuvo su paso, mirando fijamente hacia adelante mientras procesaba lo que le decía. Sus ojos reflejaban sinceridad y curiosidad.

—¿Virgen? No comprendo completamente lo que significa —dijo, con una mezcla de confusión y interés.

—Es... bueno, significa que nunca he estado con alguien de esa manera —le expliqué, intentando encontrar las palabras correctas, deseando que pudiera entender—. En mi mundo, eso a menudo significa que hay una conexión especial con la persona.

Kalum asintió lentamente, como si cada palabra que pronunciaba fuera un pequeño misterio que estaba resolviendo.

—¿Y cómo saben cuándo es el momento adecuado para hacerlo? —inquirió, moviendo su cabello hacia atrás mientras se giraba hacia mí, su rostro iluminado por la curiosidad.

—Ah, eso depende del momento. A veces, simplemente sientes que el momento es perfecto. Es como un instinto. Pero también puede ser un poco travieso —dije, tratando de transmitir un tono ligero a la conversación, deseando que no se notara lo nerviosa que estaba.

—¿Travieso? —repitió Kalum, su expresión llena de curiosidad, como si quisiera descifrar cada palabra.

—Sí, a veces un beso puede ser divertido. Pero también puede ser serio. Todo depende de la conexión que tengas con la persona —dije, encogiéndome de hombros. Aunque, como te dije, no tengo mucha experiencia en eso.

Kalum me miró con atención, como si estuviera esperando a que revelara un secreto.

—¿Y a las mujeres les gusta? ¿Es algo que esperan? —preguntó, ahora caminando a mi lado, cada vez más intrigada.

—A muchas mujeres les gusta sentir esa chispa, esa emoción. Pero también depende de la conexión. Algunas pueden no quererlo, y eso está bien. Cada una es diferente —dije, tratando de ser honesta y abierta con ella.

Finalmente, llegamos a la cabaña. Kalum se detuvo en la entrada, su mirada aún distante, como si estuviera contemplando un vasto universo de posibilidades.

—Tienes una forma interesante de describirlo, Agatha. Nunca lo había considerado de esta manera —dijo, su voz suave pero firme, y sentí que mi corazón se aceleraba un poco.

Apolo ArsenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora