Capítulo 39

41 6 0
                                    

La puerta se abrió y Jazz apareció, su rostro iluminado por una sonrisa radiante que rápidamente se desvaneció en una expresión de sorpresa al verme. Antes de que pudiera reaccionar, ella corrió hacia mí, y en un instante, nos abrazamos con fuerza.

—¡Agatha! —gritó, sus ojos brillando de lágrimas—. No puedo creer que estés aquí.

—¡Jazz! —exclamé, sintiendo cómo las lágrimas también brotaban en mis ojos. La abracé con todas mis fuerzas, dejando que la emoción nos envolviera—. Te he extrañado tanto.

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas mientras la sostenía. La veía tan feliz, pero también tan vulnerable.

—He estado tan asustada desde que me separaron de ti —murmuró, su voz entrecortada por el llanto—. Pensé que no volvería a verte.

—Shhh, ya estamos juntas de nuevo —le dije, acariciando su cabello, tratando de consolarla mientras las lágrimas se deslizaban por su rostro—. Estoy aquí y siempre estaré.

Apolo nos observaba con una expresión comprensiva, y después de un momento, se acercó y dijo suavemente:

—Chicas, creo que necesitarán un poco de privacidad.

—Gracias, Apolo —respondí, sonriendo mientras Jazz se aferraba a mí, sin querer soltarme.

—Agatha, cuéntame todo lo que ha pasado. No puedo creer que estés aquí y que finalmente podamos estar juntas —dijo Jazz, limpiándose las lágrimas, su voz aún temblorosa.

—Tienes que escucharme —comencé, tomando su mano—. Ha sido una locura. Apolo es increíble, y... bueno, ya sabes, el lugar es tan hermoso, y hay tantas cosas que descubrir.

—¿Increíble? —repitió Jazz, mirando a Apolo con curiosidad—. ¿Qué más?

—Oh, ya verás —dije, sonriendo—. Pero primero, cuéntame de ti. ¿Cómo te ha ido?

Compartimos historias sobre lo que habíamos vivido desde nuestra separación. Entre risas y lágrimas, me dio consuelo saber que, a pesar de la distancia y los desafíos, nuestra conexión seguía siendo fuerte.

Después de un rato, Apolo volvió con una bandeja llena de comida.

—Espero que tengan hambre —dijo, con una sonrisa.

La comida era simple pero deliciosa, preparada por Yolek, su ama de casa. Mientras comíamos, Jazz y yo reímos y hablamos sobre los días pasados, y Apolo nos miraba, encantado.

—Entonces, mañana tendrás una habitación en la casa donde está Agatha —dijo Apolo, mirando a Jazz—. Estoy en remodelación, pero no debería demorar mucho. Así que, por esta noche, dormirán aquí.

—Muchas gracias por todo, eres increíble.— lo miré mientras tocaba su  mano, él solo me cerró un ojo. 

Jazz sonrió, aunque parecía un poco cansada.

—Creo que necesito dormir un poco —dijo, y Apolo asintió, comprendiendo.

—No te preocupes, yo me encargaré de que tengas una buena noche —le dijo Apolo con amabilidad.

Después de la cena, Jazz se despidió, deseándome buenas noches antes de dirigirse a la habitación donde iba a dormir. La vi marcharse, su silueta desvaneciéndose mientras se alejaba, y una parte de mí se sintió tranquila al saber que estaba a salvo.

Apolo y yo nos quedamos en el salón, y el ambiente se volvió más íntimo.

—¿Te gustaría quedarte un rato más? —me preguntó, acercándose a mí mientras tomaba un lugar a mi lado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Apolo ArsenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora