Capítulo 11

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La atmósfera estaba cargada de anticipación cuando Kalum me llevó hacia un área donde varias mujeres se preparaban para la ceremonia de iniciación. La luz del cielo, de un amarillo-naranja vibrante, brillaba a través de las ramas que se asemejaban a árboles, creando un ambiente mágico que me envolvía como un abrazo cálido.

—Hoy es un día especial, Agatha —me dijo Kalum con una sonrisa que iluminaba su rostro. Su emoción era contagiosa, y no pude evitar sonreír de vuelta.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunté, sintiendo una mezcla de nervios y emoción que burbujeaba en mi interior.

—Primero, tenemos que prepararte —respondió, mientras me guiaba hacia un grupo de mujeres que se estaban arreglando con esmero.

Kalum me condujo a una sala donde una hermosa tela plateada brillaba intensamente bajo la luz. Era un vestido que caía en cascada, casi transparente, y al tocarlo, sentí que me transportaba a un cuento de hadas, como si la magia estuviera en cada hilo.

—Este es el vestido perfecto para ti —dijo Kalum, mientras me ayudaba a ponérmelo—. Los Wrellyn valoran la pureza y la conexión, y este vestido simboliza ambas cosas.

Mientras me vestía, comenzó a peinarme. Sus manos eran suaves y cuidadosas, y mientras me miraba en el espejo, me sentí transformada. Mi cabello caía en suaves ondas, y el vestido reflejaba la luz de una manera hipnotizante, como si estuviera destinada a brillar en esta noche especial.

—Te ves impresionante, Agatha. Recuerda, hoy celebramos la conexión con la cultura Wrellyn y todo lo que representa —me dijo, su voz llena de cariño y aliento.

Una vez lista, me sentí un poco nerviosa. El vestido era hermoso, pero la transparencia me hacía sentir vulnerable, expuesta. Sin embargo, sabía que era un momento importante, y debía estar a la altura.

Kalum me llevó hacia el claro donde se llevaría a cabo la ceremonia. Las llamas de una gran hoguera parpadeaban en el centro, danzando al ritmo del viento, y un grupo de Wrellyn se había reunido alrededor, sus voces resonando en un canto que parecía vibrar en la tierra misma. La energía en el aire era palpable, y a medida que entramos, sentí una mezcla de ansiedad y emoción, como si el aire estuviera cargado de posibilidades.

La ceremonia comenzó con una serie de rituales que celebraban la conexión con la naturaleza y los ancestros. Los Wrellyn danzaban, sus cuerpos musculosos y tatuados brillando bajo la luz del fuego, creando un espectáculo que me dejaba sin aliento. Cada movimiento era poderoso y lleno de gracia, y no podía evitar sentirme atraída por la cultura vibrante que se desplegaba ante mí.

Mientras la celebración continuaba, me di cuenta de que las mujeres que me rodeaban compartían miradas de asombro y emoción, como si todas estuviéramos sintiendo lo mismo en ese momento. Kalum me susurró al oído:

—Este es un momento de transformación. A medida que participamos en esta ceremonia, estaremos conectando nuestras almas con la de los Wrellyn.

Poco a poco, la música se intensificó y el ritmo de la danza se volvió más frenético. Las llamas de la hoguera se alzaban, iluminando el claro con un brillo dorado que envolvía a todos en una atmósfera casi mística. Era un espectáculo impresionante, y cada paso de los Wrellyn parecía estar lleno de significado.

Justo cuando la ceremonia alcanzaba su clímax, el murmullo de la multitud se desvaneció y sentí una oleada de energía que recorría el aire, como si algo grande estuviera a punto de suceder. Sin embargo, aún no había visto a Apolo. Kalum me tomó de la mano, guiándome hacia un lado, tratando de encontrar un lugar donde pudiéramos observar mejor.

Mientras la música resonaba en mi pecho, mi corazón latía con fuerza. Sabía que algo importante estaba por ocurrir, pero no tenía idea de lo que estaba a punto de vivir.

Finalmente, cuando el canto alcanzó su punto culminante, un nuevo resplandor iluminó el claro. Las miradas se dirigieron hacia la entrada. Apolo Arsen apareció en el horizonte, y el mundo pareció detenerse a su alrededor. Su figura imponente y la luz que lo rodeaba lo hacían parecer casi celestial, como un rey en medio de su corte.

No intercambiamos palabras, pero su presencia era tan poderosa que sentí que mi corazón se aceleraba. Me quedé paralizada, asombrada por la fuerza de su aura. A pesar de la multitud a su alrededor, parecía que solo existía él y este momento, como si todo lo demás se desvaneciera en un susurro.

Kalum, a mi lado, murmuró:

—Esa es la presencia del líder. Su llegada es un símbolo de esperanza y conexión.

A medida que la ceremonia continuaba, me sentí atrapada entre la emoción de lo que estaba sucediendo y la inquietud de no saber qué significaba todo esto para mí. La conexión que sentía hacia Apolo era indescriptible, un hilo invisible que parecía unirnos, aunque aún no nos habíamos encontrado.

La celebración siguió, y el ritmo de la música creció más fuerte, resonando en mis venas, pero mi mente seguía centrada en la figura de Apolo. Era el comienzo de algo extraordinario, un viaje que apenas comenzaba, y aunque el camino ante mí era incierto, no podía evitar sentir que estaba destinada a formar parte de esta historia.

Apolo ArsenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora