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Volví del supermercado con las bolsas colgando de mis brazos y la cabeza hecha un nudo. El sol entraba tibio por la ventana de la cocina, pero yo solo pensaba en una cosa: Vicky. O bueno... intentaba no hacerlo. Fracasando.

Puse música para distraerme y empecé a sacar los ingredientes sobre la encimera. Pasta, tomates, albahaca... todo listo. Me até el cabello con una liga vieja que encontré en la muñeca y me puse a cocinar como si eso pudiera calmarme.

Pero claro, ¿tranquilidad? ¿Yo? Qué chiste.

Estaba tan metida en mis pensamientos —más específicamente, en una sonrisa que se me había quedado grabada en la mente— que no noté cuando la salsa empezó a hervir de más. Una burbuja explotó y me salpicó la mano.

— ¡Ay, joder! — solté, dando un brinquito hacia atrás.

Volví del supermercado cargando las bolsas, me quité los zapatos, dejé las bolsas sobre la encimera y empecé a sacar los ingredientes para hacer pasta, con el sol bajando lento por la ventana y una playlist sonando bajito en el fondo. Me até el cabello con una liga vieja que encontré en la muñeca y me puse a cocinar como si eso pudiera calmarme.

Pero claro, ¿tranquilidad? ¿Yo?.. Ja

Estaba tan metida en mis pensamientos —más específicamente, en una sonrisa que se me había quedado grabada en la mente— que no noté cuando la salsa empezó a hervir de más. Una burbuja explotó y me salpicó la mano.

— ¡Ay, joder! — solté, agarrandome donde la salsa caliente me quemo

Me giré de golpe para buscar un trapo, pero al hacerlo, uno de mis pies se enredó con una de las bolsas que aún no había recogido del suelo. Perdí el equilibrio y casi termino de cara al piso, pero por suerte logré agarrar a tiempo de la mesada.

Me quedé en silencio un momento, recuperando el aliento, con el corazón latiéndome fuerte en el pecho y los cachetes calientes por la vergüenza... aunque estuviera sola.

—No puedes ser tan torpe Madeline... —murmuré mientras limpiaba las salpicaduras con el trapo— Dios, qué vergüenza

Me obligué a sacudirme el momento y me concentré en dejar la cocina decente. Pero justo cuando me sentí en control otra vez, recordé, no le había escrito a Vicky.

— ¡Mierda! — exclamé, soltando el trapo y saliendo disparada por mi teléfono.

Salí corriendo a buscar el teléfono, que estaba olvidado en el sillón. Lo desbloqueé y entré directo a su contacto. Sin pensarlo, toqué su foto de perfil.

Ahí estaba ella.

Con esa sonrisa ladeada y esos ojos azules que me hacen olvidar como respirar. Me quedé mirándola un rato.

"Le voy a poner Vicky :)", pensé, sin poder evitar sonreír como boba mientras lo hacía.

Entré al chat.

Y me congelé.

Me quedé con los dedos suspendidos sobre el teclado, inmóvil.

"¿Qué carajos le voy a escribir?"

— hola... no muy seco, holaaaa.. ay no parezco desesperada....— dije mientras escribía pero borraba— ya see!!

Maddy:
Holaa Vicky, soy Maddy la del súper
Esta es mi dirección: -dirección Maddy-

En cuanto toqué enviar, apagué la pantalla y solté el teléfono como si me quemara. Mi corazón estaba desbocado, latiendo a mil por hora. Los nervios me comían viva.

Sin pensarlo, corrí hacia la otra esquina de la cocina, mordiendo con ansiedad las uñas recién pintadas mientras esperaba su respuesta.

Pasaron apenas unos segundos, pero para mí se sintieron como horas.

INTERLINKED  ✉︎  Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora