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+18 leer bajo tu responsabilidad


Al entrar, Vicky me acostó suavemente sobre la cama y se quedó de pie unos segundos, observándome con esa mirada que me ponía nerviosa pero al mismo tiempo me hacía sentir segura. Yo me recargué en mis codos y le sonreí, tratando de ocultar lo rápido que me latía el corazón.

Ella también sonrió y comenzó a acercarse. Podía sentir cómo el colchón se hundía con cada movimiento suyo hasta que estuvo lo suficientemente cerca para besarme. Nuestros labios se encontraron y todo lo demás desapareció.

Su mano se deslizó a mi cintura y me atrajo hacia ella con fuerza. Yo la rodeé con mis piernas, sin dejarle espacio para alejarse. El beso se volvió más intenso y mis manos recorrieron su espalda, sintiendo la tensión de sus músculos bajo mis dedos.

Con un impulso la giré, quedando encima de ella. La miré y vi en sus ojos esa chispa que me hizo sonreír antes de volver a besarla, lento al principio, luego con más hambre, como si el aire no fuera suficiente.

Vicky se incorporó un poco y terminé sentada sobre ella. Mis manos bajaron por sus hombros, explorando su piel caliente. Sus caricias empezaron a recorrer mi cuerpo con cuidado, pidiéndome permiso sin decir nada. Yo lo entendí y la besé con más fuerza, mis dedos temblorosos enredándose en su cuello.

Cuando sus manos se metieron bajo mi camisa, un gemido escapó de mis labios contra su boca. Sentí cómo mis caderas se movían solas, buscando más contacto. Ella se detuvo un instante y me miró, esperando una señal. Yo solo asentí, con una sonrisa nerviosa pero segura.

Vicky levantó mi camisa con delicadeza y la dejó caer a un lado. Me miró con tanta intensidad que me sentí expuesta, pero al mismo tiempo completamente protegida.

—Eres hermosa —murmuró, sin apartar sus ojos de mí— Cada centímetro de ti me vuelve loca

Acarició mis brazos, trazando suaves líneas con sus dedos, y me atrajo hacia ella nuevamente. Nos perdimos en un beso lento y profundo, como si cada movimiento hablara por nosotras.

—Mads, si en algún momento quieres parar, solo dime, ¿okay? —susurró, mirándome a los ojos, buscando mi aprobación.

Sonreí con tranquilidad y asentí, sintiéndome más segura.

Vicky continuó, sus labios bajando lentamente por mi cuello, besando y mordisqueando suavemente, arrancándome gemidos que no podía contener. El calor entre nosotras aumentaba con cada roce, y yo, sintiendo lo cerca que estábamos, tomé con suavidad el extremo de su camisa. La miré a los ojos, buscando su consentimiento.

—¿Puedo? —pregunté, apenas un susurro, mientras mis dedos tocaban la tela.

Vicky asintió con una sonrisa y con cuidado, subí su camisa y se la quité por la cabeza, dejando a la vista su sport bra

Rápidamente la atraje a mi y nuestros besos se volvieron más intensos. Vicky deslizó sus manos por mi espalda, atrayéndome hacia ella. Solté un gemido al sentir cómo me sostuvo de las caderas y me acomodó acostada sobre la cama, con la cabeza en la almohada y ella encima de mí.

Sus labios se movieron desde mi boca hasta mi cuello, besando y mordisqueando suavemente, haciendo que los gemidos escaparan sin control.

Me miró directamente a los ojos mientras deslizaba la tira de mi sostén sobre mi hombro, pasó su mano por mi espalda para desabrocharlo y lo retiró, dejándome expuesta. El calor subió a mi rostro mientras su mirada recorría cada centímetro de mí. Sin pensarlo, levanté las manos para cubrirme, avergonzada por lo vulnerable que me sentía.

INTERLINKED  ✉︎  Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora