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El anuncio resonó por los altavoces del avión:

"Attention we're descending into Madrid. Please fasten your seatbelts and turn off electronic devices. Thank you for flying with us."

Maddy parpadeó varias veces, despertando de su ligera siesta. A su lado, Julieta dormía profundamente, con la boca entreabierta y soltando pequeños ronquidos. Maddy sonrió divertida y, con una ligera risa, le dio un codazo.

— Juli, despierta, ya casi llegamos.

Julieta gruñó en respuesta, girando la cabeza sin abrir los ojos. Maddy, conteniendo la risa, la sacudió un poco más fuerte y se acercó a su oído.

— ¡JULIETA, DESPIERTA!

Julieta dio un salto brusco, abriendo los ojos de golpe y enderezándose en su asiento, claramente desorientada.

— Qu..e.. qué pasó? — preguntó, con la voz aún adormilada y los ojos entrecerrados mientras se limpiaba la saliva que había quedado en su mejilla — ¿Ya llegamos?

Maddy no pudo evitar reírse al verla, con su pelo alborotado y la cara de confundida.

— Casi —respondió Maddy con una sonrisa divertida, señalando por la ventana del avión, donde ya empezaban a verse las luces brillando sobre la ciudad de Madrid — Estamos a punto de aterrizar

— ¡Al fin! —dijo Julieta, alzando las manos — ya no siento mi culo, mierda me volvi más plana

Maddy soltó una carcajada al oírla, negando con la cabeza.

— No seas exagerada — respondió entre risas

Mientras Maddy y Juli se preparaban para bajar del avión, retrocedamos unos días para entender cómo llegaron hasta ese momento.

Después de aquella conversación de Alba y Maddy, todo había avanzado rápido. Sus equipos se pusieron en contacto, y en cuestión de días, habían organizado su viaje a Madrid para escribir y grabar juntas. Tanto Maddy como Alba estaban emocionadas por la oportunidad de trabajar juntas, y la idea de crear algo desde cero con Alba tenía a Maddy completamente ilusionada.

Pero antes de partir, Maddy hizo algo que sabía que necesitaba: se quedó unos días más en México con su abuela, cuidándola. Pasaron tiempo juntas, disfrutaron de sus últimos momentos compartidos y, cuando llegó el momento de despedirse, su abuela la abrazó con fuerza, asegurándole que todo estaría bien. Maddy prometió regresar pronto, aunque la despedida, como siempre, dejó un nudo en su pecho.

Después de esa despedida, voló a Los Ángeles para hacer una breve parada: agarrar nueva ropa, preparar algunas cosas y organizarse antes de tomar el vuelo a Madrid junto a Julieta.

Ahora, mientras el avión comenzaba a descender sobre Madrid, Maddy no solo estaba emocionada por la música que crearía, sino porque alguien muy especial la esperaba en el aeropuerto.

Vicky.

Habían pasado semanas desde la última vez que se vieron en persona, y la idea de volver a encontrarse hacía que el corazón de Maddy latiera más rápido. Sabía que Vicky también la esperaba con ansias, contando los días, las horas. Y ahora, por fin, estaban a minutos de estar juntas de nuevo, listas para abrazarse con la misma fuerza con la que lo habían deseado todo este tiempo.

Cuando el avión tocó tierra, Maddy y Julieta se levantaron de sus asientos, comenzando a prepararse para bajar. Al salir, el cálido aire de Madrid las recibió, acariciando sus rostros, y el sol del atardecer brillaba sobre ellas mientras avanzaban por la terminal.

Maddy caminaba rápido, con una sonrisa que no podía contener. Cada paso la acercaba más a Vicky, y con cada uno de esos pasos, su corazón latía más rápido. A pesar de todo lo que había logrado en su carrera y la emoción por la música, lo único que realmente la hacía sentir viva en ese momento era la certeza de que, en unos segundos, estaría abrazando a Vicky. El reencuentro tan esperado, por fin se iba a hacer realidad.

INTERLINKED  ✉︎  Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora