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La habitación estaba envuelta en un cálido silencio, interrumpido solo por el suave vaivén de sus respiraciones. Maddy y Vicky dormían profundamente, entrelazadas bajo las mantas. El brazo de Vicky descansaba despreocupadamente sobre la cintura de Maddy, quien, acurrucada contra ella, apenas se movía.

De repente, un sonido estridente irrumpió en la quietud.

Bip, bip, bip.

La alarma resonó en el cuarto, deshaciendo de golpe la paz que las envolvía.

Vicky soltó un gruñido, moviéndose apenas mientras enterraba el rostro en la almohada, intentando escapar del ruido.

- Ugh, no... -murmuró con voz rasposa, negándose a abrir los ojos.

Maddy, aún medio dormida, extendió la mano para apagar la alarma rápidamente. En lugar de levantarse, se acurrucó más contra Vicky, rodeándola con los brazos.

- Cinco minutos más... -susurró Maddy, su voz adormilada mientras escondía el rostro en el cuello de Vicky.

Vicky, aún con los ojos cerrados, soltó un suave suspiro y pasó una mano por el cabello de Maddy, acariciándolo lentamente. Sus dedos se deslizaron entre los mechones pelirrojos con un ritmo tranquilo

- Está bien, mami, pero solo cinco minutos ma' -susurró Vicky con una sonrisa suave, acariciando los mechones de Maddy con ternura.

Maddy asintió lentamente, disfrutando del calor de Vicky, sin querer separarse de ella.

Unos minutos después, Maddy levantó la cabeza, sintiendo cómo la calidez de Vicky la envolvía. Al voltear para mirarla, se encontró con los ojos de Vicky fijos en ella. Había algo en su mirada, una mezcla de ternura y una sutil tristeza, que hizo que Maddy sintiera un nudo en el estómago. Sonrió débilmente y, con un pequeño suspiro, exhaló.

- Tenemos que levantarnos, Vicky... -murmuró, su voz aún ronca por el sueño - Si no, Mari nos mata

- Lo sé, princesa... -respondió Vicky, acariciando su mejilla antes de dejar un suave beso en su frente.

Se quedaron acurrucadas unos minutos más, sin querer levantarse, disfrutando de la calidez y la cercanía que compartían. Vicky, con la cabeza apoyada en el pecho de Maddy, escuchaba los latidos de su corazón, mientras Maddy acariciaba suavemente su pelo y su espalda desnuda.

- Dale vamos a ducharnos rápido... -dijo Maddy, dejando un beso suave en la cabeza de Vicky antes de levantarse de la cama.

Vicky sonrió, sin poder evitar que su mirada se quedara unos segundos más sobre la figura de la chica que había estado a su lado toda la noche, Vicky no pudo evitar sonreír con ternura. La imagen de Maddy frente a ella, su cuerpo ligeramente desordenado por el sueño, aún con el cabello alborotado y los ojos brillando de cansancio, le llenaba el corazón de una calidez inesperada.

Finalmente, Maddy la miró con una mezcla de urgencia y cariño, sabiendo que el tiempo se les escapaba, y la llamó de nuevo mientras le tendía la mano.

- Vicky, vamos, que no quiero que Mariana nos mate.

Vicky soltó una risita y con una sonrisa juguetona, aceptó y se levantó de la cama.

La ducha fue rápida pero tranquila. El agua caliente caía sobre ellas mientras se ayudaban mutuamente a enjabonarse, sus manos rozándose con delicadeza y sus miradas llenas de complicidad. Rieron suavemente, disfrutando de la conexión en cada gesto, conscientes de que el tiempo se deslizaba entre sus dedos. En ese pequeño refugio de vapor, el mundo exterior parecía desvanecerse, dejándolas en un silencio cómplice, donde las caricias y las miradas decían más que cualquier palabra. Ninguna de las dos quería que ese momento terminara, aunque sabían que, inevitablemente, lo haría.

INTERLINKED  ✉︎  Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora