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—¡Embuste, Madeline, yo los vi! —exclamó Vicky, su voz cargada de frustración y dolor

—Vicky, no es lo que piensas, te lo juro —respondió Maddy, su tono suplicante, desesperado

Vicky apretó los labios con fuerza, tratando de controlar el nudo en su garganta. Sus manos temblorosas se cerraron en puños, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer.

—Ma-Maddy... yo los vi —susurró, con la voz quebrada — acho n-no estoy ciega...

1 día antes
(en ingles)

¿Qué... qué haces aquí?

Diego. 

El mismo Diego que la había engañado. El que la hizo sentir pequeña e insuficiente. El que nunca la apoyó y la hizo dudar de sí misma.

Ahí estaba, parado en el umbral de su puerta.

Maddy reaccionó casi de inmediato y trató de cerrar la puerta, pero Diego reaccionó rápido, deteniéndola con una mano

Espera, Madeline. Solo quiero hablar contigo. 

Su tono era insistente, casi suplicante, pero a Maddy no le importaba. Su instinto le gritaba que lo sacara de ahí. 

Yo no tengo nada que hablar contigo. Vete, Diego. 

Empujó la puerta con más fuerza, pero él volvió a detenerla. 

Madeline, por favor. Solo cinco minutos...

—No, Diego. Déjame en paz.

—Solo cinco minutos. Te lo suplico. Después me voy si así lo quieres

Diego no era bueno para aceptar un no. Siempre supo manipular, insistir, desgastar. Y esta vez no era diferente

Maddy, cerró los ojos un segundo y respiro hondo, sintiendo su paciencia desmoronarse, intento contener la molestia creciente

¡Dije que te vayas! 

Pero Diego no se movió.

Insistió, una y otra vez, hasta que Maddy, harta, lo miró con una mezcla de fastidio y cansancio. Suspiró con irritación, sabía que Diego no se iría hasta que dijera algo.

Cinco minutos, ni uno más — cedió al final — Y después te largas

Diego asintió con una sonrisa, como si sintiera que había ganado algo, pero Maddy no le devolvió la sonrisa

Maddy, no sabes cuánto me arrepiento de todo. Sé que fui un imbécil, sé que te fallé... y lo peor es que me doy cuenta ahora, cuando ya es tarde pero te extraño

Maddy cruzó los brazos, observándolo con frialdad.

¿Y qué esperas que haga con eso, Diego? ¿Que me olvide de todo el daño que me hiciste solo porque ahora te sientes arrepentido?

No... pero quiero que sepas que cambiaría todo si pudiera. Fui un idiota. No valoré lo que tenía contigo, y ahora me doy cuenta de que nunca debí perderte. No hay nadie como tú, Maddy

Maddy soltó una risa amarga.

No me hagas reír. ¿De verdad tienes el descaro de decirme eso ahora? —su voz tembló de rabia— ¿Después de todo lo que hiciste? Después de cómo me trataste. Si de verdad me hubieras amado, no me habrías hecho todo eso. No me habrías pisoteado la confianza, no me habrías menospreciado cada vez que hablaba de mis sueños, no me habrías engañado con mi puta mejor amiga

INTERLINKED  ✉︎  Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora