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El sol se filtraba suavemente a través de las cortinas, iluminando la habitación con un resplandor cálido y tranquilo. Maddy y Vicky despertaron, sus cuerpos desnudos entrelazados bajo las sábanas, con las sonrisas de la noche anterior grabadas en sus rostros.

La cercanía de sus pieles, el suave ritmo de sus respiraciones sincronizadas, y el recuerdo de cada caricia y los momentos compartidos las habían llevado a perderse en la pasión la noche anterior. Ninguna necesitaba hablar; sus ojos decían todo lo que había que decir.

En ese refugio silencioso, el mundo exterior parecía no existir, y por unos momentos más, todo lo que importaba era ese instante íntimo.

Cuando finalmente se levantaron, el murmullo de las sábanas al deslizarse acompañó sus movimientos pausados, mientras comenzaban a alistarse. El día del show estaba a la vuelta de la esquina, y el ritmo frenético no tardó en apoderarse de ambas.

Vicky y su equipo trabajaban sin descanso, perfeccionando cada detalle para la gran noche. Los bailarines ensayaban coreografías, mientras Maddy observaba desde un rincón, aprovechando los momentos fugaces en los que, aunque rodeada de personas, Vicky encontraba instantes para mirarla o sonreírle.

En medio de ensayos y largas horas de organización, esos gestos suaves y cómplices seguían siendo su refugio en medio del caos. El aire estaba cargado de estrés y nervios, pero entre ellas, el vínculo crecía con cada pequeña mirada y sonrisa compartida.

Maddy sonrió sin darse cuenta mientras la observaba. Había algo hipnótico en la forma en que se movía con tanta seguridad y gracia entre los bailarines.

Cada gesto, cada palabra que salía de su boca, parecía llenar el espacio de energía. No importaba cuán estresante fuera el ambiente, ella siempre lograba inyectar esa chispa de diversión que hacía todo más llevadero.

De repente, Karina volteó a ver a Maddy, quien se sobresaltó al encontrarse con su mirada directa. Karina se acercó a ella con una sonrisa cómplice.

—Oye, Maddy, no me mates, bebe, pero tenía pensao' que en la siguiente parte de "ID" Miko y Senai you know bailen algo pegadas, so pueo' integrarlo? — Le pregunto Karina — Acho si te incomoda dímelo, y lo quito nena y no hacen na', tu dime

Maddy parpadeó un par de veces, desviando la mirada por un instante hacia Vicky, que seguía ensayando sin darse cuenta de la conversación. Aunque sentía un nudo de celos en el estómago, confiaba plenamente en Vicky y sabía que esto era solo trabajo.

—S-sí, está bien —respondió, intentando sonar firme, aunque su voz salió con una leve duda.

Karina sonrió, como si hubiera anticipado esa respuesta. Sin darle tiempo a arrepentirse, detuvo la música de golpe y llamó la atención de todos en la sala.

—¡Okay, atención! Vamo' a hacer una demostración pa' la siguiente parte de "ID" Maddy, acércate, no' vas a ayudar con esto.

Maddy abrió los ojos sorprendida, sintiendo de pronto el peso de todas las miradas dirigidas hacia ella. Tragó saliva y se levantó lentamente, sus pasos algo vacilantes mientras avanzaba hacia el centro del estudio. Apenas levantó la vista, encontró a Vicky mirándola con una mezcla de diversión y algo más intenso. Con los brazos cruzados y mordiéndose ligeramente el labio inferior, Vicky lucía una sonrisa traviesa que parecía decirle: Esto será interesante.

Maddy sintió un leve calor subiendo a sus mejillas, pero trató de mantener la compostura mientras avanzaba. Por dentro, sentía sus piernas temblar, como si el suelo bajo sus pies estuviera a punto de desmoronarse.

—Ven, Maddy —llamó Karina con una mezcla de firmeza y entusiasmo— Párate aquí, junto a Vicky

Maddy tragó saliva y respiró hondo, intentando calmar el nerviosismo que la invadía. Dio un par de pasos hacia el centro, hasta quedar al lado de Vicky, cuya cercanía era como un imán que acaparaba todos sus sentidos.

INTERLINKED  ✉︎  Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora