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Después de desayunar, subimos al cuarto para lavarnos los dientes y agarrar unas cosas antes de salir al ensayo. Mientras Vicky terminaba de revisar algo en su teléfono, me dirigí al baño.

—Espera tantito, voy a ponerme rápido el pupilente —dije, mientras lo buscaba en mi bolso.

Pero antes de que pudiera sacarlo, sentí su mano en la mía.

—No, déjalo —me dijo suavemente, mirándome con esa mezcla de firmeza y ternura que solo ella tiene.

—¿Estás segura? —pregunté, dudando un poco.

—Maddy, estás en Puerto Rico. Nadie te va a ver raro ni a juzgarte. Además, así te ve' perfecta, que te parece si deja' descansar tu ojo esto' días, ¿sí?

Me quedé en silencio, procesando sus palabras. Sintiendo que la seguridad en su mirada me envolvía. Con una sonrisa, asentí, sintiendo que, además de la seguridad que me transmitía, yo ya me sentía más cómoda con mis ojos al natural.

—Está bien —dije finalmente, con una sonrisa.

Vicky sonrió de vuelta y se acercó para darme un beso suave en los labios.

—Así me gusta. Ahora vamo', nos esperan

Sin pensarlo más, tomé su mano y salimos del cuarto.

Cuando llegamos al estudio de baile, el ambiente estaba lleno de energía. Los bailarines ya estaban ahí, calentando y preparando sus movimientos. Vicky me tomó de la mano y me llevó con ellos.

— Llegamo', acho espero que no me hayan extrañado mucho, les presento a Madeline —dijo, presentándome con una sonrisa— Maddy ello' son the best bailarines en too' el fucking mundo

Uno a uno, fueron presentándose: Karina, Melani, Javier, Javi, Pame, Senai, Alana y Alejandra. Todos tenían una energía contagiosa, y su vibra positiva me hizo sentir menos intimidada. En seguida me hicieron sentir bienvenida. Eran un grupo increíblemente diverso, lleno de talento y pasión por lo que hacían, lo que se notaba desde el primer momento.

Mientras Vicky se preparaba para ensayar, me quedé a un lado, observando. Verla interactuar con los bailarines y coordinar los movimientos de la coreografía era impresionante. Karina dirigía cada paso con una precisión admirable, mientras el grupo seguía el ritmo de la música y repetían los pasos hasta que quedaban perfectos.

No podía evitar sonreír cada vez que Vicky se giraba hacia mí entre canción y canción, guiñándome un ojo o haciéndome alguna pequeña seña que me arrancaba una risa. Ella estaba en el centro, liderando con la misma confianza y carisma con la que la había visto tantas veces.

Durante los descansos, aprovechaba para platicar con los bailarines. Todos eran tan amables y llenos de energía que, en poco tiempo, me sentí completamente integrada al grupo.

Karina, la coreógrafa, me explicó algunos detalles sobre las coreografías, mostrándome la importancia de cada movimiento y cómo todos los bailarines se complementaban perfectamente.

Melani, Javier, Senai y los demás se acercaban de vez en cuando, preguntándome cosas sobre mí. Nos reímos bastante, compartiendo anécdotas y algunos chismes divertidos. A veces, Vicky se unía en las charlas, haciendo que las risas aumentaran.

Las horas pasaron volando mientras observaba cómo todo tomaba forma. Era fácil notar que el equipo de Vicky no era solo profesional, sino también una especie de familia. El compañerismo entre ellos hacía que todo fluyera aún mejor.

Cuando Karina, anunció que por hoy habíamos terminado, todos se mostraron satisfechos con el avance.

— Acho po'l hoy terminamo', pero mañana seguimo' —anunció con una sonrisa.

INTERLINKED  ✉︎  Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora