Ninja's The Type Of Boyfriend's

💙 JAY - CRIATURAS MITOLÓGICAS 💙

Jay es el tipo de novio que...

Está sería su reacción al saber que eres mitad criatura mitológica...

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Jay siempre había sentido que había algo especial en T/N. Había algo en su aura, en la forma en que parecía moverse con una gracia innata, casi como si deslizara por el viento. Pero, aun así, nunca había imaginado lo que estaba a punto de descubrir.

Estaban juntos en el borde de un acantilado, viendo cómo el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de naranjas y rojos intensos. Jay, siempre ansioso por llenar el silencio, estaba hablando sin parar, lanzando bromas y comentarios divertidos para mantener el ambiente ligero. Pero T/N estaba extrañamente callada, lo que no era habitual en ella.

—¿Estás bien, T/N? —preguntó Jay, inclinándose un poco hacia ella, sus ojos brillando con preocupación.

T/N lo miró con una pequeña sonrisa, pero sus ojos delataban que algo más pasaba.

—Jay... hay algo que debo decirte —empezó T/N, con una voz más baja de lo normal—. Y es algo que no sé cómo vas a tomar.

Jay la miró, sus bromas momentáneamente olvidadas. Sabía que, cuando alguien comenzaba con una frase así, las cosas eran serias. Su corazón comenzó a latir un poco más rápido, pero trató de mantener la calma.

—Oye, puedes decirme lo que sea. ¿Estamos juntos, no? —le aseguró, colocándole una mano en el hombro.

T/N asintió, pero el nerviosismo en su rostro no disminuyó. Había guardado este secreto durante demasiado tiempo. Jay la conocía mejor que nadie, pero había un lado de ella que nunca había mostrado. Y, ahora, sentía que no podía seguir ocultándolo más. No si realmente quería que las cosas entre ellos fueran sinceras.

—Lo que estoy a punto de decirte puede sonar... increíble, pero te pido que me escuches. No soy... exactamente humana, Jay.

Jay parpadeó, sorprendido pero no asustado. Después de todo, había visto tantas cosas increíbles y enfrentado tantos seres de otros mundos, que la posibilidad de que T/N no fuera completamente humana no lo perturbaba tanto como podría haberlo hecho tiempo atrás.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó, su curiosidad despertada por completo.

T/N respiró profundamente antes de continuar.

—Soy un Quetzalcóatl. —Las palabras salieron de su boca de manera suave, pero cada sílaba parecía tener un peso enorme—. Un ser mitológico, una serpiente emplumada. Mi linaje se remonta a las antiguas leyendas... y no soy como las demás personas que conoces.

Jay se quedó en silencio por un segundo, procesando la información. Quetzalcóatl. Había oído hablar de ellos en las historias antiguas, pero jamás pensó que una de esas criaturas pudiera estar justo frente a él, en la forma de la persona que amaba.

—Vaya... —fue todo lo que Jay pudo decir al principio. Luego, su típica sonrisa volvió a aparecer en su rostro—. Eso es... ¡increíble! Quiero decir, no lo esperaba, pero... eres T/N. Eso es lo que importa, ¿no?

T/N lo miró sorprendida, no por lo que Jay decía, sino por la facilidad con la que aceptaba lo que acababa de revelarle.

—¿De verdad? —preguntó, todavía insegura—. ¿No te asusta?

Jay negó con la cabeza rápidamente, acercándose un poco más a ella.

—T/N, he enfrentado a piratas genios, dioses serpiente, y robots malvados. Nada de eso me asusta más que perderte. Si esto es lo que eres, entonces quiero verlo. Muéstrame tu verdadera forma.

T/N lo miró con asombro. Jay realmente la aceptaba tal como era. Decidida a no ocultarle nada más, cerró los ojos y comenzó a transformarse. El aire a su alrededor se llenó de una energía vibrante, y de repente, su cuerpo comenzó a cambiar. Unas plumas brillantes, de colores verde, dorado y azul, comenzaron a cubrir su piel. Su figura se alargó y transformó, y donde antes estaba T/N, ahora estaba una majestuosa serpiente emplumada, flotando con gracia en el aire.

Jay miró con la boca abierta, maravillado. T/N era hermosa en su forma verdadera, una deidad viviente, y, sin embargo, seguía siendo la persona que amaba.

—Eres... impresionante —susurró Jay, sin dejar de mirarla.

T/N volvió a su forma humana, sonriendo suavemente mientras se acercaba a él.

—Y tú, Jay, eres el ser más valiente y maravilloso que he conocido. Gracias por aceptarme.

Jay la envolvió en un abrazo, riendo con alegría.

—Siempre, T/N. Siempre.

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