Ninja's The Type Of Boyfriend's

🤍 ZANE- PROYECTO ESCOLAR 🤍

Zane es el tipo de novio que...

Harían un proyecto juntos...

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Zane y T/N caminaban por el pasillo de la escuela, libros de matemáticas en la mano. Ambos habían sido emparejados por el profesor para trabajar en un complicado proyecto de álgebra. Aunque ninguno de los dos lo sabía, los dos sentían algo especial por el otro, pero su forma de actuar tan natural hacía que sus sentimientos permanecieran ocultos.

— ¿Te parece bien si hacemos el trabajo en mi casa? —preguntó Zane, su voz serena y cálida como siempre.

T/N asintió, sonriendo con entusiasmo.

— Me parece perfecto. Quizá me ayudes a entender esos conceptos que aún no domino —dijo, con una pequeña risa.

Llegaron a la casa de Zane, un lugar moderno con muchos aparatos y dispositivos que T/N apenas podía imaginar para qué servían. El padre de Zane, un científico, vivía allí y era evidente que su trabajo ocupaba la mayor parte del hogar. T/N sabía que Zane no era como los demás; él era un robot creado por su padre, pero eso nunca le importó. Al contrario, lo hacía aún más especial para ella.

— Mi padre estará en su laboratorio la mayor parte del tiempo, no creo que nos moleste —comentó Zane mientras la guiaba hacia la sala de estudio.

Se sentaron en la mesa del comedor, dispersando sus materiales de estudio. Zane, siendo una máquina perfecta para procesar datos, era excelente en matemáticas, lo que hacía que T/N se sintiera agradecida de tenerlo como compañero de trabajo.

— Si multiplicamos esta ecuación por el factor común... —comenzó a explicar Zane, mientras T/N intentaba seguir sus explicaciones.

— Oh, eso tiene sentido ahora —respondió ella, mirándolo de reojo, admirando la forma en que explicaba las cosas con tanta paciencia y claridad.

Justo en ese momento, el padre de Zane apareció en la puerta. Era un hombre de mediana edad, con una bata blanca y gafas. Parecía ocupado, pero su rostro se iluminó al verlos.

— ¡Ah, Zane! Veo que tienes compañía —dijo el padre de Zane, caminando hacia ellos con una sonrisa amable—. ¿Necesitan ayuda con el proyecto?

Zane miró a T/N, buscando su aprobación, pero ambos sonrieron y negaron con la cabeza.

— No, gracias, papá. Estamos avanzando bien —respondió Zane.

— Pero gracias por ofrecerte —añadió T/N educadamente.

El padre de Zane asintió, satisfecho. Sin embargo, antes de retirarse, se detuvo un momento y los observó.

— T/N, si no tienes planes esta noche, ¿por qué no te quedas a cenar con nosotros? Me encantaría conocer a la amiga de mi hijo un poco más —dijo con amabilidad.

T/N se sorprendió un poco, pero sonrió, agradecida por la invitación.

— Me encantaría, señor. Gracias por invitarme —respondió, mirando a Zane, quien también esbozó una pequeña sonrisa.

— Estupendo. Prepararé algo especial para nosotros —dijo el padre de Zane antes de regresar a su laboratorio.

Cuando se quedaron solos nuevamente, T/N miró a Zane, divertida.

— Tu papá es muy simpático —comentó ella.

— Es un hombre brillante. Fue quien me creó y siempre se preocupa por mi bienestar —respondió Zane con cierta admiración hacia su padre.

La tarde avanzó, y mientras trabajaban en las ecuaciones, T/N y Zane intercambiaban más que solo respuestas de matemáticas. Había algo en su compañía que les resultaba cómoda, incluso con ese aire de nerviosismo que a veces los envolvía.

— Me alegra que hayamos sido emparejados para este trabajo —confesó T/N en un momento, rompiendo el silencio.

— A mí también —respondió Zane con una pequeña sonrisa—. Disfruto mucho trabajando contigo.

La cena llegó, y durante la comida, T/N aprendió más sobre Zane y su vida con su padre. Ambos compartieron historias y anécdotas, riendo por momentos y sintiéndose cada vez más cercanos.

Al final del día, mientras Zane acompañaba a T/N a la puerta, ella le sonrió cálidamente.

— Gracias por la tarde, Zane. Y también por la cena. La pasé genial.

— Yo también, T/N. Espero que podamos hacer esto de nuevo pronto —respondió Zane, sus ojos brillando con sinceridad.

Ambos se quedaron en silencio un momento, esa pequeña chispa entre ellos cada vez más fuerte, aunque ninguno aún se atrevía a decir lo que realmente sentían.

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