Miranda nunca peleó en serio contra Débora, solamente conocía un hechizo y la naturaleza de su magia era extraña para ella; una lágrima corrió por sus mejillas mientras sus manos sudaban sin parar.
Tomó su lanza y voló a ras del suelo que había creado Miranda, mientras aumentaba su velocidad seguía deshaciendo la magia que se regeneraba cada vez más rápido.
—¡Miranda! —gritó al punto que todos voltearon, incluso la aludida enderezó su cabeza para observarla mejor.
—¡Débora! —respondió con la misma ferocidad creando una lanza de luz idéntica y yendo al impacto con la menor.
La batalla era atroz, mientras Miranda creaba distintas armas y volaba lejos, atacándola de todos lados, Débora deshacía todo con su espada y buscaba el combate cuerpo a cuerpo con la mujer, mientras con su magia hacía volar todos los edificios a su alrededor y lanzar los trozos contra su enemiga.
Sabía que se encontraba en desventaja aunque ellos eran más, tanto había deseado que su antigua superior pelee en serio contra ella para medir su fuerza, que no sabía que su cuerpo temblaría y sudaría de esa forma; Miranda era peor de lo que imaginó tantas veces.
Si Débora debía definir un demonio, posiblemente pondría las cualidades de la mujer que estaba deshaciendo y rearmando todos sus ataques para redirigirlos.
Mientras árboles, ladrillos, cadáveres y todo lo que representaba materia pesada giraba alrededor de Miranda, Débora entendió que las mujeres que antes se habían conocido ahora estaban muertas en las profundidades de cada una.
No quedaba nada de las dos que alguna vez compartieron gremio, ahora podía confirmarlo.
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Desde el abismo
Fantasy¿Qué es lo justo? ¿Qué lleva a las personas a enfrentarse o aliarse con otras? En el reino de Lilian conviven diferentes gremios de hechiceros encargados de sostener un sistema que poco a poco se caerá a pedazos. Las personas del gremio del abismo f...
