Parte sin título 31

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Kuyen y Dimas tuvieron que defenderse en el momento que pareció que los hombres se multiplicaron y los atacaron en manada.

Eran una enorme cantidad, incluso había caballeros atacándolos que les dieron aviso de atraparlos.

Espalda con espalda, ambos se habían desarrollado bien en la batalla, pero la enorme diferencia de número y que entre los otros habían algunos que destacaban por su destreza, no lograban equilibrar la balanza.

Los hechizos explotaban por todo el lugar con gran rapidez y una destrucción tan masiva que las personas de la capital eran capaces de percibir lo que se estaba gestando allí. El inicio de la guerra.

Kami y Legon corrieron al ver todo ese poder acumulándose a unos pocos kilómetros de la cabaña en la que se encontraban.

Al llegar notaron a los dos hombres peleando espalda con espalda contra hechiceros del clero.

Kami aprovechó para aplastar a los que se encontraban más cerca de sus compañeros, para luego unirse a la pelea.

—¿Qué sucedió? —preguntó mientras desviaba un ataque.

Legon estaba solo contra un grupo que se encontraba a la izquierda de ellos, mientras Dimas se acercó para combinar sus poderes.

—De repente se dieron vuelta y aparecieron más —respondió Kuyen.

La luna negra parecía no tener efecto contra esos tipos, lo que lo hizo pensar que tal vez ya murieron en algún momento.

Estaba en una clara desventaja con su magia si debía pelear contra cadáveres y le preocupaba Miranda que quedó sola en la capital.

Los cuatro estaban rodeados y parecía que se multiplicaban, ninguno era capaz de ir a ayudar a su compañera con posiblemente un panorama similar.

Desde el abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora