Capítulo 14: El Juramento de Lealtad

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En un lugar oscuro y frío, los sub-líderes y algunos de sus miembros derrotados se encontraban encadenados en lo que parecía ser una prisión improvisada. Estaban sentados en sillas de metal, bajo la vigilancia constante de los ejecutivos de la organización de París e Italia, quienes llevaban a cabo su interrogatorio con paciencia calculada. Habían sido capturados tras la última batalla, y ahora se les pedía que eligieran su destino.

"Si colaboran con nosotros, sus vidas podrían cambiar. Están bajo nuestra custodia, pero les damos la oportunidad de una nueva lealtad," — dijo uno de los interrogadores con voz gélida, su rostro oculto en las sombras.

Los prisioneros, todos cabizbajos y con múltiples heridas, guardaban silencio. Ninguno de ellos parecía dispuesto a hablar, como si ya hubieran aceptado su destino. En especial, dos de ellos, Hiroshi y Takeshi, los sub-líderes, mantenían la cabeza en alto, sin mostrar miedo.

La puerta se abrió con un rechinido. Kazuki, ahora con una postura más firme y seguro tras su reciente combate, entró en la sala de interrogación. Sus ojos se posaron en los prisioneros, en especial en los sub-líderes, a quienes había enfrentado anteriormente.

"Escuchen," — comenzó Kazuki, su tono calmado pero firme, — "sé que siguen siendo leales a su organización, y respeto eso. Pero también saben que el mundo está cambiando. Si siguen este camino, solo los llevará a la muerte. Les ofrezco una oportunidad: únanse a nosotros. Cambien de bando. Luchen por algo más que por las órdenes ciegas de un líder que quizás ni siquiera se preocupa por ustedes."

Hiroshi levantó la mirada, sus ojos reflejaban una mezcla de dolor y convicción. Tras un momento de silencio, habló con voz grave.

"No entiendes nada, chico." — dijo, su tono cargado de resignación. — "Nosotros no podemos simplemente traicionar nuestra organización. No es solo una cuestión de lealtad, es algo más profundo. Nuestras vidas están atadas por un juramento. Si traicionamos, morimos. Y si no cumplimos con nuestra misión, también."

Kazuki frunció el ceño, intentando comprender las palabras de Hiroshi.

"¿De qué estás hablando? ¿Qué significa eso? ¿Es alguna especie de control mental o algo así?" — preguntó, intrigado.

Takeshi, el otro sub-líder, que hasta ese momento había permanecido en silencio, respondió con un tono solemne.

"Es el código del guerrero. Tal vez no entiendas nuestras tradiciones, pero somos más que simples soldados. Seguimos un código similar al de los antiguos samuráis. Si fallamos en nuestra misión o traicionamos nuestra organización, solo hay una forma de redimirnos: la muerte."

Los prisioneros inclinaron la cabeza en señal de respeto a esas palabras. El peso del honor y la tradición que llevaban era evidente. El destino que les esperaba si traicionaban era claro: el seppuku, una muerte honorable atravesando su pecho con una katana.

Kazuki dio un paso atrás, sorprendido. Aunque había oído hablar de códigos de honor similares en otras culturas, nunca pensó que las organizaciones modernas seguirían algo tan extremo.

"No puede ser," — murmuró Kazuki, — "están dispuestos a morir solo por seguir esas reglas arcaicas..."

Hiroshi lo miró con ojos serenos.

"Es más que reglas. Es nuestra vida. Hemos sido entrenados para servir, para luchar y, si es necesario, para morir por nuestra causa. Así es como nos liberamos de cualquier duda o miedo. Traicionar nuestra organización es traicionar a nuestra propia alma."

Kazuki suspiró, sabiendo que convencerlos sería casi imposible. Pero no podía rendirse aún.

"Debe haber otra forma. ¿Qué quieren de ustedes realmente? ¿Por qué seguir un camino tan cruel? Puede haber otra manera de pelear por algo más grande."

Takeshi se mantuvo en silencio por un largo momento, antes de hablar nuevamente.

"Hay algo que necesitas saber, chico. Tú sigues el legado de Lee, ¿verdad?"

Kazuki asintió lentamente, cada vez más intrigado.

"Entonces te diré algo que puede interesarte. Nuestro líder... el verdadero líder de nuestra organización, era el hermano menor de Lee. Ambos compartían un vínculo que nadie más entendía. Cuando Lee desapareció, su hermano tomó las riendas de nuestra organización. Pero no era como Lee. Era... mucho más oscuro, más ambicioso."

La revelación golpeó a Kazuki como un rayo. Lee tenía un hermano, y ese hermano ahora lideraba la organización que los estaba persiguiendo. No podía creerlo. Kazuki había conocido a Lee como alguien noble, un hombre que lo había inspirado a volverse más fuerte y justo. Pero su hermano parecía ser todo lo contrario.

"¿Por qué no me lo dijo nunca?" — preguntó Kazuki, más para sí mismo que para los demás.

Hiroshi se inclinó hacia adelante, mirándolo fijamente.

"Lee te dejó fuera de esto por una razón. No quería que te involucraras en los asuntos de su hermano. Pero ahora que estás aquí, no hay vuelta atrás. Si sigues este camino, terminarás enfrentándote a él. Y créeme, es alguien con quien no querrás luchar."

El silencio llenó la sala tras esas palabras. Los ejecutivos de París e Italia escuchaban atentamente, pero no intervinieron. La información que habían obtenido era valiosa, pero también peligrosa.

Hiroshi y Takeshi se miraron mutuamente, como si hubieran llegado a una decisión.

"No nos uniríamos a ti, ni a ningún otro. Pero te advertimos que esto no terminará bien para ti, Kazuki." — dijo Takeshi. — "Nosotros seguimos nuestro código, y tú sigues el tuyo. Pero recuerda esto: el líder al que enfrentarás no es alguien común. Él es un estratega, un maestro en manipulación y combate. Si decides seguir adelante, estarás caminando hacia tu propia destrucción."

Kazuki cerró los ojos por un momento, procesando toda la información. Luego, habló con voz firme.

"Puede que esté caminando hacia el peligro, pero no huiré. No soy el tipo de persona que se echa atrás por miedo. Si tengo que enfrentarme a él, lo haré. Y lo haré en nombre de Lee."

Hiroshi esbozó una sonrisa amarga.

"Entonces, que sea así. Buena suerte, chico. La vas a necesitar."

De repente, ambos sub-líderes, Hiroshi y Takeshi, se liberaron de las cadenas que los ataban, y antes de que los ejecutivos pudieran detenerlos, sacaron dos pequeñas katanas ocultas en sus ropas. Kazuki, sorprendido, intentó detenerlos, pero ya era demasiado tarde.

Con una sincronización perfecta, ambos se arrodillaron y realizaron el ritual del seppuku. Sus vidas terminaron en silencio, con la dignidad de aquellos que eligen morir bajo su propio código, su propio honor.

Kazuki quedó helado ante la escena, observando cómo caían al suelo.

Antes de morir, Hiroshi, con su último aliento, susurró una última advertencia.

"Cuando llegue el momento... y te enfrentes a su hermano... recuerda lo que aprendiste de Lee. Solo entonces... comprenderás."

Y con esas últimas palabras, los dos sub-líderes de la organización cayeron, dejando un silencio inquietante en la habitación.

Kazuki, abrumado por lo que acababa de presenciar y la revelación sobre el hermano de Lee, salió de la sala. Sabía que el camino que tenía por delante sería más difícil de lo que jamás había imaginado. No solo tendría que volverse más fuerte, sino que ahora cargaba con la verdad de que su próximo gran enemigo podría ser el hermano de su maestro, una sombra oscura que se cernía sobre él y sus aliados.

Mientras la puerta se cerraba tras de sí, Kazuki sabía que no habría marcha atrás. La batalla estaba lejos de haber terminado.

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