Capítulo 18: El Comienzo del Último Camino

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El sol apenas empezaba a filtrarse por las ventanas de la sala de reuniones, donde Kazuki, Elena, Marcos y sus nuevos aliados de Francia e Italia analizaban el mapa de los territorios controlados por los siete líderes de la organización. Cada uno de ellos era un pilar de poder, y derribarlos sería la clave para acabar con la red global de corrupción y violencia que controlaban.

"Nuestro primer objetivo es Ivan Drago," — dijo Kazuki, señalando con determinación el sector de Europa del Este. — "Es conocido por su brutalidad, pero su organización interna está debilitada."

Elena estaba claramente preocupada.

"Ivan no es un enemigo común. Hemos oído de su poder destructivo, y su red de mercenarios es temible. ¿Estás seguro de que este es el mejor primer paso?"

"Lo es," — respondió Kazuki con firmeza. — "Si derribamos a Ivan, el resto de los líderes empezarán a tambalear. Es nuestra mejor oportunidad para desmantelar la organización."

Después de preparar un plan de infiltración, Kazuki decidió dividir al equipo en dos grupos, para maximizar sus posibilidades y cubrir más terreno sin levantar sospechas. El equipo se dividiría en parejas:

Kazuki y Pierre, el experto en judo que había estado entrenando a Kazuki.Marcos y Julien, el luchador de técnicas francesas que complementaba a Pierre en combate.

La idea era buscar pistas sobre la ubicación de Ivan en diferentes partes de Praga, manteniéndose en contacto mediante dispositivos de comunicación. Ambos equipos estarían en constante comunicación mientras se acercaban a la fortaleza de Ivan, situada en una fábrica abandonada en las afueras de la ciudad.

"Mantengan los ojos abiertos," — dijo Kazuki. — "Ivan no es un tipo que tome riesgos, es probable que tenga trampas o guardias listos en cualquier esquina."

Mientras el equipo se dividía y comenzaba la búsqueda, la tensión crecía. Kazuki y Pierre se movían por las zonas industriales, mientras que Marcos y Julien exploraban los barrios más oscuros, donde los rumores de Ivan y su gente circulaban.

Marcos y Julien avanzaban a través de las calles oscuras del barrio marginal en Praga. Sabían que estaban cerca del objetivo, pero el aire era denso y lleno de tensión. De repente, un grupo de hombres trajeados, tatuados con los símbolos de la mafia rusa, los rodearon, cortando cualquier ruta de escape. Eran claramente los guardaespaldas de Ivan Drago, listos para enfrentarse.

Julien sonrió y se preparó para el combate, pero Marcos se quedó en silencio, recordando las lecciones de su maestro de antaño. Algo en el ambiente despertaba ese instinto que había perfeccionado en su duro entrenamiento.

Mientras los mercenarios avanzaban hacia ellos, Marcos no podía evitar que su mente viajara al pasado. Años antes, había sido entrenado por un hombre imponente, un ex-militar y ex-marine de los Estados Unidos llamado Jackson Barnes. Un hombre que había visto innumerables batallas, con cicatrices que cruzaban su cuerpo y una colección de medallas y trofeos que decoraban las paredes de su pequeña sala de entrenamiento. Barnes era conocido por su dominio del CQC (Close Quarters Combat o Combate Cuerpo a Cuerpo), un estilo que no era elegante ni bonito, pero era letalmente efectivo.

En uno de sus entrenamientos, Barnes le había explicado a Marcos las bases del CQC.

"Marcos, olvídate de las técnicas tradicionales de defensa personal. El CQC es diferente. Aquí no se trata solo de golpear o bloquear. Se trata de sobrevivir. Usamos todo lo que esté a nuestro alcance, armas, el entorno, incluso el cuerpo del enemigo en nuestra ventaja."

Jackson le enseñó los movimientos más importantes del CQC militar.

Neutralización rápida: La idea es eliminar la amenaza antes de que el enemigo pueda reaccionar. Los golpes se dirigen a las áreas más vulnerables: garganta, ojos, articulaciones, y la parte posterior de la cabeza.

"No busques el golpe más fuerte, busca el más rápido y preciso," — le decía Jackson, enseñándole cómo aplicar un golpe contundente a la garganta para cortar el flujo de aire del oponente.

Desarme: Un elemento clave del CQC es neutralizar rápidamente a un enemigo armado. Jackson le mostraba cómo, con un movimiento rápido, se podía desviar el arma del oponente, inmovilizar su muñeca y usar la propia arma del enemigo en su contra.

"La mayoría de las veces, no se trata de pelear como un héroe. Si puedes evitar que el enemigo dispare o use un arma, ya has ganado medio combate."

Uso del entorno: El CQC no es solo cuerpo contra cuerpo. Barnes enseñaba a Marcos cómo usar cualquier objeto cercano: una pared, una mesa, incluso el suelo, como herramientas para derribar y desarmar al enemigo. Esto incluía arrojar al oponente contra una superficie dura, o usar cualquier objeto como una herramienta improvisada.

Técnicas de control y sumisión: Una vez que el oponente estaba desarmado o debilitado, el objetivo era controlarlo. Jackson le enseñó cómo someter a un enemigo utilizando técnicas de agarre y control, inmovilizando sus extremidades y asegurando que no pudiera moverse.

"Esto no es solo pelea, Marcos. Aquí, o tú sobrevives o el otro muere. No hay espacio para el honor en el CQC."

El entrenamiento había sido brutal, pero le enseñó algo que nunca olvidaría: el combate real es crudo, y la mente es tan importante como los músculos. Barnes siempre insistía en que un buen combatiente de CQC debía pensar varios pasos adelante, anticipar los movimientos del enemigo y reaccionar antes de que ocurrieran.

Volviendo al presente, Marcos estaba rodeado por los hombres de Ivan Drago, pero algo en su postura cambió. Recordando las enseñanzas de Barnes, adoptó la calma de un luchador entrenado para sobrevivir, no solo para ganar.

El primer mercenario se lanzó con un cuchillo, pero Marcos, con la rapidez que había aprendido, desvió el brazo del atacante con un movimiento fluido, torciendo la muñeca hacia atrás en una llave de desarme. El cuchillo cayó al suelo, y sin dudarlo, Marcos lo pateó hacia Julien, quien lo atrapó y lo usó para neutralizar a otro enemigo.

Otro hombre lo atacó por detrás, pero Marcos se giró, usando la técnica de control y sumisión que Barnes le había enseñado. Atrapó al atacante en un agarre rápido, inmovilizando su cuello y desarmándolo en cuestión de segundos. Marcos lo lanzó hacia la pared cercana con un golpe seco.

Julien observaba con asombro cómo Marcos movía su cuerpo como una máquina de precisión, utilizando cada pequeño movimiento del enemigo en su contra.

Sin embargo, justo cuando parecía que tenían el control, apareció una nueva amenaza. Un hombre gigantesco, probablemente uno de los sub-líderes de Ivan, apareció en la entrada de la calle. Medía más de dos metros, y su musculatura era impresionante. Llevaba tatuajes que cubrían sus brazos y cuello, símbolos de los Yakuzas, pero trabajaba para Ivan.

"Ese es... uno de los mejores hombres de Ivan," — murmuró Julien, sorprendido.

El hombre, conocido como Takashi, era un experto en artes marciales mixtas y un rival temible. Sus movimientos eran rápidos a pesar de su tamaño, y su mirada estaba fija en Marcos, como si lo considerara una verdadera amenaza.

"Finalmente, alguien digno de mi tiempo," — dijo Takashi con una sonrisa siniestra.

Marcos, todavía recordando las lecciones de su maestro, sabía que este combate no sería fácil. Takashi era un oponente formidable, pero también sabía que con su entrenamiento en CQC, podría tener una ventaja si lograba acercarse lo suficiente para neutralizar su fuerza bruta.

El capítulo termina con ambos hombres en guardia, listos para iniciar un combate que pondría a prueba todas las habilidades que Marcos había aprendido bajo el entrenamiento de Jackson Barnes.

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