Kazuki caminaba hacia su casa después del entrenamiento. El sol comenzaba a ponerse, y las sombras alargadas de los edificios se proyectaban sobre la calle. Su mente estaba llena de las lecciones del día, con cada movimiento y palabra de Lee resonando en su interior. Sin embargo, había una paz dentro de él que no había sentido antes, una sensación de control sobre su propio destino.
Mientras giraba en una esquina, escuchó un grupo de voces familiares, risas que lo hicieron detenerse en seco. Frente a él, estaban algunos de los chicos que solían acosarlo en la escuela, y al centro de ellos, el líder del grupo, Marcos, el matón que más le había hecho la vida imposible.
Marcos era más alto y corpulento que Kazuki, con una sonrisa cruel que había llegado a temer. Al ver a Kazuki, sus ojos brillaron con la misma malicia de siempre, como si el tiempo no hubiera pasado.
—Vaya, vaya, si es Kazuki —dijo Marcos con un tono burlón, dando un paso adelante mientras sus amigos reían a su alrededor—. ¿Dónde has estado escondiéndote? ¿Creías que podías huir para siempre?
Kazuki sintió un nudo en el estómago, pero esta vez algo era diferente. No sentía el mismo miedo paralizante de antes. Las palabras de Lee resonaban en su mente: "La verdadera batalla no es contra otros, sino contra uno mismo."
—No estoy huyendo —respondió Kazuki con una voz más firme de lo que esperaba.
Marcos se sorprendió por la respuesta, pero su sorpresa rápidamente se transformó en desprecio.
—¿Y ahora qué? ¿Vienes a darnos una lección de valor? —Marcos se rió, pero había una pizca de inseguridad en su voz. Algo en Kazuki había cambiado, y él lo notaba.
Kazuki dio un paso adelante, sin apartar la mirada de Marcos.
—No estoy aquí para pelear contigo, Marcos. Lo que hacías antes... ya no me afecta como solía hacerlo.
Marcos frunció el ceño, molesto por la actitud tranquila de Kazuki. No podía entender cómo alguien a quien había intimidado durante tanto tiempo podía enfrentarlo de esa manera.
—¿De qué estás hablando? —gruñó Marcos, cerrando los puños—. Eres el mismo cobarde de siempre.
Kazuki respiró hondo, recordando las lecciones de Lee. Sabía que la violencia no era la respuesta, pero también sabía que no podía permitir que Marcos lo pisoteara de nuevo. Sintió la tensión en el aire, los ojos de los demás chicos observándolo, esperando a ver qué pasaría.
—No necesito pelear contigo para demostrar nada —dijo Kazuki con calma—. Ya no.
Por un momento, Marcos pareció a punto de arremeter de nuevo, pero algo en la mirada de Kazuki lo detuvo. Había una calma y una determinación que le resultaban desconcertantes. Sin decir una palabra, se apartó, con los dientes apretados por la frustración.
—Esto no ha terminado —dijo con un tono amenazante antes de darse la vuelta y alejarse con su grupo.
Kazuki se quedó allí, viendo cómo se alejaban. Sentía su corazón latiendo con fuerza, pero también una extraña paz. No había peleado, no había necesitado demostrar su fuerza con violencia, y sin embargo, había ganado una pequeña batalla. Una batalla contra su propio miedo y contra el poder que Marcos tenía sobre él.
Cuando llegó a casa, se sintió más ligero, como si una carga que había estado llevando durante años se hubiera aligerado. Se sentó y respiró hondo, recordando las palabras de Lee: "La verdadera batalla no es contra otros, sino contra uno mismo."
Kazuki se dio cuenta de que este era solo el comienzo. Marcos y los demás aún eran una amenaza, pero ya no era la misma. Ya no era el chico que se dejaba intimidar fácilmente. Había comenzado a encontrar su propio camino, y sabía que aún tenía mucho que aprender.
Mientras se preparaba para la noche, decidió que le contaría a Lee lo que había sucedido. Sabía que su maestro tendría algo que decir al respecto, alguna lección que lo ayudaría a seguir adelante. Pero por ahora, se permitió sentir un poco de orgullo. Había dado un paso más en su viaje, un paso hacia la persona que quería llegar a ser.
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¿Quieres morir o sobrevivir?
AksiyonKazuki Baldur ha conocido el sufrimiento y la soledad desde una edad temprana. Nacido en el pequeño pueblo de Elorrio, en el País Vasco, su vida ha sido una constante lucha. Con unos padres ausentes y una escuela llena de hostilidad, Kazuki ha apren...