Capítulo 27: Remordimiento y Oportunidad

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   El remordimiento es algo peligroso, ese sentimiento de culpa autodestructiva, es lo más aterrador que alguien puede sentir, de hecho, ese sentimiento es el que te lleva a la tan temida depresión e incluso la muerte, o en el caso de los insectos, llevarlos a un lugar de remordimientos eternos, es decir, su propio infierno en las tierras inferiores.

● Gracias por venir, por mí — suavemente habla Ze’mer, al ver a Light, aparecer frente a ella.
● Gracias a ti, por enviarme lejos con la ayuda de la flor — sonríe la joven diosa y mirando a todos lados, consulta — ¿dónde está Moon?
● Creo que viviendo sus propios remordimientos — cuenta Ze’mer y continúa — cuando llegué aquí, nos unimos en un plano intermedio, gracias a las flores que están en su tumba, pero, no pasó mucho tiempo, cuando ella se quedó dormida y supe que estaba en esté lugar, y luego, caí yo.
● La buscaremos juntos — propone Light.
● ¿Puedes hacer eso? — pregunta esperanzado Ze’mer.

Light, sonríe y desde su interior aparece una mariposa dorada, sorprendiendo al misterioso insecto.

● No te sorprendas, soy una encarnación incompleta y necesito ayuda de la  esencia que conforma a la diosa — explica la sanadora.
● Su cuerpo mortal es demasiado frágil, así que debe contener la esencia de la diosa en otros cuerpos, para poder tenerlos dentro de si — piensa Ze’mer.
● Disculpa que interrumpa tu sueño, pero, esta oscuridad es similar a la del vacío — reverencia la sanadora a la dorada mariposa —… necesito encontrar a la hija de Dragón, ayúdame.

Dicha mariposa, asiente y enseguida, la densa oscuridad que los rodea, comienza abrirse, Light camina, tras ella, Ze’mer la sigue, pero, alguien camina tras el par.

● ¿Qué hará sino quiere irse? — consulta Light de la nada.
● Si Moon, no quiere irse, le pido que no me saque de aquí, puesto que, todo lo que ha ocurrido es mi culpa, conocía el porvenir y no hice nada — se comienza a entristecer el insecto misterioso — Isma, Ogrim, Moon, la reina, las polillas, y Dryya, no pude hacer nada por cambiar su destino.
● Tienes razón, no pudiste hacer nada, pero, ahora tienes la oportunidad de hacer todo — habla la ex diosa y con media sonrisa, prosigue — además, Dryya, te está esperando.

Estás simples palabras, hacen que Ze’mer, tome por los hombros a Light, sin ningún decoro.

● ¿Ella, está viva? — pregunta casi dudando.
● Creo que la flor, se guardó algunas cosas — sonríe la sanadora, asintiendo — por supuesto, pero, agradece a la Dama Blanca, ella, fue quien me pidió traerla de vuelta primero.
● Gracias, Radiance — susurra Ze’mer, cerca del rostro de la joven diosa, puesto, que de igual forma la abraza, para luego, corre hacía el iluminado lugar.

Y, Light al quedar, “sola”, en ese oscuro sitio, monologa, o eso, se supone.

● Siempre necesitando la luz de otros, ¿no Pálido? — habla Light, hacia la oscuridad tras ella.
● Siempre fui más brillante que tú — se defiende el antiguo rey.
● Es verdad, pero, mi luz es propia — lo encara la joven  diosa —… ¿o crees que, no leí los escritos de los Elder, en la tierra de las tormentas y algunos archivos de Monomon?

De pronto Pálido, comienza a reír.

● Aún sigues siendo muy astuta, lástima que escogiste a alguien más como compañero — insinúa Pálido — podrías, haber sido una gran reina a mí lado.
● Yo, prefiero ser una simple sanadora — responde Light y concluye, antes de ir tras Ze’mer — deja de atormentar a los cinco.
● Ellos, me fallaron — niega Pálido y finaliza, antes de desaparecer — nos vemos, querida.

La joven sanadora, solo niega con la cabeza, sin detenerse, hasta que ve a Moon, sentada en un columpio de espinas y a un Ze’mer, preocupado, intentando que baje, ya que, parece lastimada.

Hallownest; El Reino por Reconstruir (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora