Capítulo 15

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-Oh. Sólo pensé... Como tienes un peluquero en el palacio y todo... -Tom trató con cuidado.

- ¡No soy tan inútil como piensas!- Bill exclamó repentinamente.

-Nunca pensé que lo fueras- dijo Tom en voz baja. -Has demostrado ser mucho más capaz que yo, y nadie puede ser bueno en todo.

El príncipe no dijo nada, y se limitó a mirar desafiante a sus pies. ¿Siempre estaba luchando tanto contra sí mismo? ¿Era su arrogancia tan fuerte que le prohibía ser amable y servicial? Por supuesto, admitir que no sabía cómo hacer algo tan simple como afeitarse, probablemente era peor, pero por otro lado, Tom conocía a muchos hombres en la corte que nunca habían tocado una navaja en su vida, así que no era la gran cosa.

Tom suspiró; esto era ridículo. -Yo tampoco sabía cómo hacerlo durante mucho tiempo, y mi papá siempre lo hizo por mí, pero un día tuve que aprender porque mi padre se negó a seguir haciéndolo.- En realidad había aprendido muy joven porque el barbero siempre lo ponía nervioso, y por supuesto su padre nunca había estado involucrado en eso, pero como sea.

- ¿En serio?- Bill dijo humildemente, dándole una mirada insegura.

-Sí. - Tom sonrió suavemente. -Si quieres, te puedo enseñar.

El príncipe parecía muy indeciso.

~*~

Entonces ahora tenía dos opciones: podía decirle al mendigo que se fuera al infierno porque podía hacerlo él mismo - a pesar de que el hombre obviamente sabía que estaba mintiendo - o podía simplemente no decir nada y aceptar su ayuda, lo que probablemente sería La opción más inteligente.

-Está bien- Bill finalmente suspiró, inclinando su cabeza humillado; acababa de admitir que no podía hacer algo... Eso era terrible. ¿Qué le pasaba? Bill le dirigió una mirada incierta, esperando un comentario sarcástico con respecto a su primera mentira, pero no llegó nada.

-De acuerdo- dijo el trovador con una cálida sonrisa, tomando una taza y poniendo el jabón de afeitar. -Primero mojamos el cepillo con agua caliente, pero asegúrate de sacudirlo bien porque demasiada agua no es buena. Luego mezclamos el jabón a fondo hasta que tengamos una espuma espesa y cremosa. -Explicó lentamente mientras hacía todo eso, y Bill le prestó mucha atención para que pudiera hacerlo la próxima vez. Había visto a su barbero haciendo esto un millón de veces, pero nunca lo había prestado atención antes.

Una vez que la espuma estaba hecha, el hombre la dejó a un lado y colgó el asentador de cuero en la silla al lado de él. -Es más cómodo si siempre afilas el cuchillo entre los afeitados, porque lo limpia y te permite rasurar más fácilmente. Es muy sencillo, simplemente lo sostienes firme - porque de lo contrario no afilará bien - y comienzas al lado lejos de ti.- El hombre demostró lo que quería decir , y poco a poco frotó la navaja primero hacia él, y luego lejos de él.

-El filo siempre se aleja de la dirección en la que te mueves. Y asegúrate de mantenerla así, o te cortarás a ti mismo- añadió, indicando cómo sujetar el cuchillo por el mango con el pulgar y el dedo índice en la base del filo. Bill asintió lentamente, aun tratando de recordarlo todo.

-Una vez que hayamos terminado con eso, sólo tienes que mantenerlo así para empezar a afeitarte- explicó pacientemente, sosteniendo su mano con la navaja para que Bill pudiera ver bien.

Después de que Bill asintió, el hombre dejó el cuchillo y tomó la taza con la espuma. - ¿Puedo?- Preguntó en su manera siempre agradable.

Bill volvió a asentir, apoyando la cabeza en el respaldo de la silla mientras el hombre colocaba la toalla alrededor de su cuello y luego le aplicaba la espuma en la cara, al igual que hacía el barbero de Bill.

El Rey Pico De Tordo - TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora