Capítulo 21

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Bill gimió en silencio mientras lentamente empezaba a despertar. Todo su cuerpo dolía y apenas podía moverse. Demasiado agotado para enfrentar el día, enterró la cabeza bajo las almohadas, ignorando la suave mano que le sacudía el hombro.

-Bill, tienes que levantarte- dijo Tom en voz baja, pero Bill lo ignoró, dejando sus ojos bien cerrados. -Ya son casi las 5.

-Vete -gimió Bill, pero el trovador levantó la manta de su cabeza para que Bill abriera un ojo.

-No quiero- se quejó pateticamente, pero luego sus ojos cayeron sobre la bandeja de comida que estaba en una silla al lado de la cama. -¿Ese desayuno es para mí? - Preguntó sospechoso.

El trovador sonrió suavemente. -Ya que no puedo servir con eso del dinero, pensé que lo menos que podía hacer era traerte el desayuno a la cama-.

El estómago de Bill revoloteó ante las palabras del hombre; Tom había recordado lo que había dicho.

Repentinamente despierto, Bill se sentó en la cama y tomó la bandeja con una sonrisa vacilante hacia el trovador que volvió a la mesa para comer su propio desayuno. Tal vez ponerse a trabajar no era tan malo como había previsto inicialmente. Aunque todo su cuerpo le dolía por el trabajo de ayer, y no tenía ni idea de cómo sobreviviría este día.

Justo como ayer, Tom caminó con él a las puertas del palacio donde los guardias lo dejaron entrar para ir a la cocina; el escudero del rey no estaba aquí hoy.

Justo como ayer, pasó toda la mañana haciendo trabajos de cocina mundanos mientras intentaba no desmayarse, hasta las 2 de la tarde, cuando se le permitió salir con su cesta de comida que compartía con Tom para una temprana cena.

Y justo como ayer, se fue a la cama muy temprano, apenas capaz de registrar lo que estaba sucediendo.

~*~

Con el ceño fruncido, Tom se sentó en su pequeña mesa, observando al príncipe dormir a pesar de que sólo eran las 6 de la tarde. No podían vivir así. Bill era un desastre total y sólo habían sido dos días. Un príncipe que había pasado toda su vida sin hacer nada, simplemente no era capaz del trabajo de cocina.

Mañana le diría a Bill que renunciara. Él pararía este estúpido juego antes de que se le escapara completamente de las manos y rezaría para que el príncipe le perdonara.

Pero, ¿y si no lo hacía? ¿Y si realmente volviera a casa e iniciara una guerra con Begonia? ¿Y si acabaran siendo enemigos mortales?

Por millonésima vez, su mente cambió de opinión, yendo y viniendo. A tal punto estaba tan asustado de Bill descubriendo la verdad que tenía media mente de simplemente renunciar a la corona y fugarse con el príncipe - no es como si estuviera tan loco por ser un rey de todos modos... Podían huir juntos, a algún reino lejano donde nadie los conociera, y empezar una nueva vida como campesinos juntos...

'¡¿Oh dios, ¿en qué estoy pensando ?!' Tom se abofeteó mentalmente. ¿Pensaba seriamente en dejar su vida increíble, cómoda y rica para estar con Bill? ¿Ahora, después de saber cuán miserable era realmente la vida de un campesino? ¿Estaba realmente dispuesto a cortar madera para ganarse la vida?

La verdad triste era que él estaba, de hecho, dispuesto a hacer eso. Preferiría cortar madera y ordeñar cabras por el resto de su vida, que estar separado de Bill. Sí, era así de patético. Fue un triste hecho.

No. No podía decirle a Bill la verdad. Al menos no todavía... Pero entonces, ¿cuándo? ¿Hubiera alguna vez un momento en el que Bill no lo odiara por lo que había hecho?

Con un suspiro pesado, se acostó junto a su amado, escuchando su respiración profunda.

Tal vez la cosa más inteligente de hacer ahora mismo era nada. Tal vez debería esperar hasta que Bill descubriera la verdad y luego rogar perdón.

El Rey Pico De Tordo - TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora