Tom se sintió un poco traicionado cuando Georg le dijo que Bill no quería verlo. Tom no quería nada más que ver la radiante sonrisa de su amado, pero Bill ni siquiera podía molestarse en subir al palacio para verlo.
Había sido el plan de Tom recibir a Bill en una gran audiencia donde él podría contarle a sus padres todo lo que había sucedido y declarar su eterno amor por él (y pedir perdón, por supuesto, aunque él había esperado que Bill no lo rechazara con la entera corte presente), pero de nuevo, Bill había arruinado efectivamente todos sus planes y buenas intenciones.¿Cómo podía Bill hacerle esto? ¿No le importaba en absoluto?
Durante las últimas semanas, especialmente desde que se había enfermado, había estado tan seguro de que Bill se preocupaba por él. Aun si Bill no lo dijo nunca con palabras, las acciones del príncipe hablaban volúmenes. Nunca se había quejado de tener que cuidar de Tom, sin importar lo agotado que estuviera o lo malo que se puso la terrible enfermedad de Tom. Siempre había estado allí para él... ¿Acaso solo estaba cumpliendo con su deber? ¿Y ahora que sabía que a Tom le estaban cuidando en otro lugar, ya no le importaba? ¿Tenía el príncipe la intención de regresar a su reino? ¿Y si ya se había ido? ¿Qué pasaría si nunca se volverían a ver? ¿Y si Tom había perdido la última oportunidad de decirle la verdad?
—¡Trudy!— Tom llamó, levantándose de la cama y tomando su abrigo contra el aire frío.
—Majestad, ¿qué puedo hacer para usted?— Trudy entró desde el vestíbulo de su habitacion, luciendo preocupada. —Los doctores dijeron que no debe levantarse, Majestad— murmuró torpemente.
—Estoy bien, Trudy. ¿Podrías por favor llamar a uno de los Gs para mí?— Tom comenzó a buscar su ropa en su guardarropa gigante que estaba lleno de tanta ropa que nunca podría usarla, ni en toda una vida.
—P-pero Su Majestad...— Trudy dijo vacilante.
—Vete, vete. Tengo que atender a algunas cuestiones muy importantes. Y me siento mucho mejor— le aseguró. Era verdad en cierta forma: tenía un nuevo plan y de inmediato le hizo sentirse mejor. Estaba decidido a impedir que Bill regresara a Geranea, sin importar el costo.
Trudy se apresuró mientras Tom se vestía con la mayor rapidez posible, con la ropa más simple que podía encontrar. No era como si pudiera cambiar sus harapos en medio de un bosque helado mientras estaba enfermo. Además... esas ropas no eran adecuadas para el invierno, enfermo o no.
Después de asegurarse de que se puso suficientes capas de abrigo, esperó a que los Gs finalmente llegaran. En el momento en que lo hacían, estaba tan caliente bajo toda la ropa que casi sudaba.
—Mi Rey, ¿qué está pasando aquí?— Preguntó Georg preocupado.
—No hay tiempo que perder. Vamos— dijo Tom decidido, levantándose y caminando por ellos hacia la puerta.
—¡Pero Su Majestad! —dijeron Trudy y Gustav al unísono, intercambiando una mirada incómoda después.
—No —dijo Tom firmemente, sacudiendo la cabeza. —Me voy.
Trudy resollo horrorizada, tapandose la boca con sus manos y dándole una mirada temerosa.
—Chicos— Tom asintió con la cabeza. Ninguno de los dos parecía muy convencido, pero lo siguieron hasta el pasillo.
—Debería estar en la cama, Majestad —dijo Gustav en voz baja una vez que entraron por el pasillo.
—¿No oíste a Georg? Bill dijo que me esperaría en casa— Por supuesto que Tom no tenía ni idea de si eso era cierto o si Bill solo dijo eso para que Georg lo deje en paz, pero estaba decidido a averiguarlo.
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El Rey Pico De Tordo - Toll
RomanceCuando el arrogante y superficial príncipe Bill rechaza y llama cruelmente a su pretendiente, el rey Thomas Trümper IV, "Rey Pico de Tordo", sus padres se enojan tanto que proclaman que Bill debe casarse con la próxima persona que se presente a las...