De las sombras de los árboles, Tom observó a Bill de pie en la penumbra. En realidad era él. La persona que había estado buscando durante tanto tiempo. Habían transcurrido siete años, durante los cuales había soñado con aquel momento, y ahora finalmente estaba aquí.
—Bill —susurró con voz ronca, apenas capaz de encontrar su voz.
~*~
Bill se giró en torno al silencioso susurro, observando una oscura silueta bajo unos cuantos árboles. Sabía quién era... No necesitaba ver su rostro para reconocerlo. —Tom —susurró silenciosamente, casi desmoronándose. Había tantas cosas que quería hacer, tantos insultos que quería lanzarle, pero en ese mismo momento no podía pronunciar una sola palabra.
Así que por un minuto o dos simplemente permanecieron allí en silencio, observándose entre el camino de la cocina. La corta distancia de unos cuantos metros parecía un océano de distancia e imposible de cruzar para Bill, que permanecía enraizado en su lugar, temiendo que incluso los movimientos más leves hicieran desaparecer el momento.
—¿Cómo has estado?— Tom finalmente preguntó con voz inestable.
—Bien. ¿Y tú?— preguntó Bill tranquilamente.
—Terrible. Te he echado tanto de menos que casi me enloquecí de dolor. Pensé que estabas muerto— Tom respondiò tembloroso.
Aunque Bill intentaba desesperadamente estar enojado por todo lo que el hombre le había hecho, se encontró incapaz al oír aquellas palabras que reflejaban perfectamente sus propios sentimientos. Era todo el incentivo que necesitaba para correr los pocos pasos entre ellos y envolver sus brazos alrededor de la persona que había extrañado por tanto tiempo.
~*~
Tom se sentía tan débil que sus rodillas casi se quebraron bajo el peso del príncipe alrededor de su cuello, y tomó todo su autocontrol para no empezar a llorar patéticamente. Lo había extrañdo tanto, no habían palabras para describir cómo se sentía en ese momento.
—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Dónde has estado? ¿Por qué me hiciste esto? ¿Como pudiste? Si te importé tan solo un poquito, ¿por qué me dejaste ir?— preguntó Bill desesperado, sosteniendo a Tom tan fuerte que apenas podía respirar.
—Lo siento— susurró, sin saber qué más decir porque no podía explicar esto en pocas palabras.
—Escápate conmigo— dijo Bill repentinamente, retrocediendo para mirarlo.
—¿...Qué?— Preguntó Tom confundido.
—Sé que juraste tu lealtad a tu rey, pero al infierno con eso... Todo esto es culpa suya. Se casa con la princesa Ria mañana de todos modos. Deséralo y ven conmigo... Podemos estar juntos - lejos de reyes y reinos. ¡Sólo nosotros dos!— Bill le rogó, mirándolo con esos hermosos ojos llenos de esperanza.
—No puedo— murmuró Tom adolorido.
—Sí lo puedes. Yo lo hice también. El rey Thomas tiene suficientes escuderos para cuidar de él—insistió Bill, pero Tom negó con la cabeza.
—No, Bill. Yo soy el rey Thomas.
~*~
Bill miró a su marido. ¿Estaba bromeando?
Cuidadosamente dio un paso atrás, tratando de evaluar la situación. ¿Tom estaba loco? ¿O era la verdad...? ¿Había estado casado con el rey todos esos años?
—Eres el Rey Thomas...— Dijo estúpidamente, incapaz de envolver su mente alrededor de eso.
—O Pico de Tordo - lo que quieras.— Tom sonrió débilmente.
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El Rey Pico De Tordo - Toll
RomanceCuando el arrogante y superficial príncipe Bill rechaza y llama cruelmente a su pretendiente, el rey Thomas Trümper IV, "Rey Pico de Tordo", sus padres se enojan tanto que proclaman que Bill debe casarse con la próxima persona que se presente a las...