Durante la semana siguiente, Bill logró caminar al palacio por su cuenta sin perderse y lentamente se acostumbró al trabajo de cocina que no era tan malo como había pensado inicialmente. Incluso se estaba acostumbrando a las largas caminatas desde su casa hasta el palacio, y a levantarse a las 4:30 de la mañana todos los días; Tom apenas tenía que despertarlo. Por supuesto, el hecho de que se había hecho amigo de Natalie le ayudó mucho porque le gustaba verla todos los días y charlar con ella sobre tonterías mientras David no les prestaba atención. SentÍa como si, por primera vez en su vida, finalmente tuviera un amigo.
Por supuesto que también tenía a Tom, pero eso era un poco diferente... Principalmente porque el mendigo le gustaba, de una manera mucho más que amigable, y eso lo ponía un poco nervioso. Después de todo, Bill nunca había estado enamorado de nadie y no tenía idea de cómo iba a manejarlo.
Ya se acercaba a finales de septiembre cuando Bill finalmente se creyó físicamente capaz de permanecer en el trabajo más tiempo de lo que tenía que, y decidió acercarse a David, después de que Natalie lo alentó mucho.
-¿Disculpe, chef David? - Bill dijo cortésmente después de que su turno había terminado y David estaba tomando un descanso.
-¿Qué pasa, muchacho?- El hombre preguntó bruscamente, levantando la vista de su almuerzo.
-Me preguntaba si tal vez se me permitía quedarme un poco después de mi turno para ver cómo usted prepara la cena. Sé que es un increíble cocinero y esperaba aprender algo. Me gustaría ser un gran cocinero como usted algun día. - Ojala que Natalie haya tenido razón con eso que David disfrutaba de la adulación.
El hombre levantó una ceja sorprendida y le dirigió una mirada escéptica. -¿Ah si?- Él asintió lentamente. -¿Y qué sabes de la cocina?
-Solo lo que he aprendido de usted, pero he estado leyendo algunas de sus recetas durante mi hora de almuerzo y las encuentro muy inspiradoras.- Por supuesto que Bill estaba exagerando - inspiradoras no era realmente lo que él encontraba las recetas a ser, pero como sea - él sólo quería dejar saber a David que por lo menos era capaz de leer.
-¿Oh enserio?- preguntó David aturdido, deteniéndose en su comida para mirarlo; obviamente Natalie había tenido razón después de todo.
-¡Oh sí, suenan maravillosas! ¿Las ha escrito usted mismo? - A Bill no le importaba, sólo quería aprender a cocinar, porque quedarse un chico de cocina por el resto de su vida estaba fuera de cuestión.
-¡Muy bien!- David empezó brillantemente, -ciertamente no todas ellas, pero debo decir que las mías son definitivamente las mejores- dijo con orgullo.
-¡No lo dudo! - Bill asintió con firmeza. -Mi favorito era el faisán tostado con setas silvestres y patatas italianas de perejil ¿Quién fue el genio al que se le ocurrió eso?- Preguntó sorprendido, sabiendo que había sido David porque su nombre había estado escrito en la parte trasera de la receta.
-¡Eso es uno de mis mejores platos!- David asintió con entusiasmo, señalando a una silla para que Bill se sentara. -¡Y uno de los favoritos del rey! - Añadió con orgullo.
-¡No me diga! Debe ser muy bueno entonces -continuó Bill mientras se sentaba. -¿Cuándo fue la última vez que lo preparó para él?
-Hm, hace un buen rato, en realidad, pero volveré a prepararla. ¡Natalie! - Gritó a Natalie, que se apresuró rápidamente: -¡Llama al cazador y dile que necesito tres faisanes para mañana!
-En seguida, señor.- Natalie asintió y salió, guiñando un ojo a Bill con una sonrisa brillante.
-Bill era tu nombre, ¿verdad? - David se dirigió otra vez a Bill. -Bueno, puedes quedarte mañana y te enseñaré cómo preparar el plato favorito del rey... Si lo haces bien, podría considerarte como aprendiz. Ahora vete a casa, te veré mañana temprano. - Dijo alegremente, dandole unas palmadas al hombro de Bill.
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El Rey Pico De Tordo - Toll
RomanceCuando el arrogante y superficial príncipe Bill rechaza y llama cruelmente a su pretendiente, el rey Thomas Trümper IV, "Rey Pico de Tordo", sus padres se enojan tanto que proclaman que Bill debe casarse con la próxima persona que se presente a las...