Sun Wukong: Black Myth #8

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Espero que les guste~

Nota: ¡Estoy entrando en periodo de eximentes! Por suerte, serán los últimos del año y tendré más tiempo en verano para escribir ^_^

En cuanto deciden que el descanso termino y se levantan, totalmente dispuesto a continuar su viaje, es cuando cuando todo a su alrededor solo para difuminarse. MK se eriza, tenso, observando como los tonos verdes y llenos de vida que venían con ese bonito paisaje en el que habían estado desaparecen, convirtiéndose en suelo de piedra oscura.

-Que calor~- hace una mueca ante la pesadez que de repente lo invade, con un calor notable que rosa lo abrumador. No hay sol, el cielo esta gris como si estuviera a punto de llover pero sin nubes o sensación de humedad, con los troncos y ramas de arboles pareciendo que habían sido quemados hasta quedar de un tono negro carbón, incluso había zonas en la que se veían llamas saliendo de entre las piedras. Un lugar muy raro y que solo empeora cuando unos extraños cuerpos, que solo aparecen de la nada y con un gemido digno de una peli de zombis, que se abalanzan sobre ellos. -Ah, este mundo es cada vez más raro- puede notar las posturas del mono y el cerdo, preparados para pelear, asintiendo para si mismo. Junta una cierta cantidad de poder entre sus manos antes de aplaudir, una onda ligera de tonos dorados saliendo disparada a su alrededor, logrando que aquellos seres extraños perdieran el equilibrio y eso parece ser suficiente para el par, que no dudan en lanzarse a atacar. Tao es ágil, pareciendo un poco más liviano y rápido en comparación a cuando apenas empezó su viaje, moviéndose con total facilidad para derribar a aquellos seres y sin siquiera rozar al gran jabalí de aspecto salvaje que enviste a los demás.

Es como si hubieran peleado juntos durante años. Es un poco extraño verlos pero al mismo tiempo, es genial en su opinión.

Cuando caen, al parecer derrotados, sus cuerpos de repente se elevan y MK no puede evitar erizarse, porque eso le recuerda mucho a una escena de terror de una pelicular con fantasmas pero no tiene mucho tiempo para pensar en ellos, no cuando esos cuerpos parecen deshacerse frente a ellos y flotan, formando una especie de humo rojizo que se retuerce por unos segundos y luego se aleja a gran velocidad.

-En serio, este mundo es realmente raro- eso y en este punto, se anota mentalmente que debe leer el bendito libro. En serio, tiene la sensación de que mucho de lo que a visto hasta el momento, allí debe estar y sinceramente, debía haberlo hecho mucho antes, no quedarse solo con las historias que le conto Tang toda su vida.

Esta algo avergonzado al sentirse como una especie de ignorante.

-Los seguiré- Bajie parece molesto pero el sucesor tiene la sensación de que el cerdo esta muy cansado a estas alturas y siente una punzada de tristeza por él. No tiene idea de cuándos ciclos ya a vivido hasta el momento y parece agotado, deseando que este fuera el último pero al mismo tiempo, luciendo como si estuviera resignado a tener que volver a empezar. -¡No se queden atrás!- avanza y su cuerpo también parece volverse humo.

-¡Oye!- el menor hace un puchero ligero al verlo alejarse, más preocupado que molesto al decir verdad, sintiendo una cierta ansiedad que se encarga de empujar lo mejor que puede. Bajie a vivido eso antes, no hay nada de que preocuparse, tiene que recordar eso. -Ahí va mi idea de que fuéramos todos juntos- bufo, intentando ignorar la preocupación que aun lo carcome. Quiere romper el ciclo, no quiere dejar que este termine y empiece uno nuevo pero no tiene muy en claro como hacerlo aun y eso es desesperante, en especial cuando recuerda que solo le quedan dos reliquias. Siente que se le esta acabando el tiempo. 

Tao tararea para si mismo, poco preocupado por Bajie porque lo a visto pelear y confía que podrá defenderse a si mismo pero sabiendo que en caso contrario, lo encontraría y lo rescataría una vez más, algo que parece repetirse mucho desde que lo conoció. Aunque su preocupación más grande de momento es el cachorro. No es tonto, puede ver como algo lo atormenta desde su encuentro con los demonios arácnidos y cree firmemente que va más haya de su obvio terror hacia esa especie. Puede ver la tensión en su pequeño cuerpo, su postura recta en señal de estar alerta y con la cola moviéndose un poco brusca si se descuida, con los ojos perdidos en la nada por segundos y mostrando una sonrisa temblorosa por otros. Algo lo esta molestando pero no tiene muy en claro que es y eso es un poco frustrante.

-¿Eh?- MK parpadea al sentir una mano en su cabeza, notando de reojo como Tao se arrodilla a su lado, mirándolo con confusión ligera pero terminando por cerrar los ojos con deleite ante las garras que de repente rascan su nuca. El mono es cuidadoso y el gesto es suficiente para que el menor se derrita un poco, sintiendo que parte de su tensión se desvanece por un rato. Solo dura unos segundos, como una especie de respiro antes de adentrarse aun más allí, y ambos lo disfrutan. -Hey~- le muestra una gran sonrisa cuando se detiene, aferrándose a su mano. Aun esta muy decidido a salvar a su amigo y se mantiene positivo, así que puede mostrar su actitud más brillante. Ya rompió un ciclo, esta seguro que puede romper otro. -Supongo que solo somos tu y yo otra vez, ¿eh?- el momo tararea, asintiendo con una pequeña y muy ligera sonrisa en su rostro que solo logra que la calidez en el pecho del menor crezca. -¡Hora de aventura!- alza los brazos como un niño, riendo cuando el otro lo alza, rápido en treparlo para poder acomodarse en su hombro y moviendo la cola con más animo. -Vamos~- señala hacia en frente, aunque no tiene idea de cual es el camino que deben tomar y Tao acaricia su cabeza una vez más antes de asentir, haciendo girar una vez su bastón antes de avanzar con grandes pasos.

Ya no hay vuelta atrás. Solo quedan dos reliquias para que el gran Sun Wukong pueda volver o bueno, eso según la historia de aquel mono anciano.

Siguen su camino. Hay un fuerte olor a quemado a su alrededor y entre más avanzan, más calor hace debido a como las llamas solo parecen aumentar en tamaño y cantidad, con un espeso humo que funciona como niebla, algo que dificulta ver más allá del brillante fuego en el suelo pero pueden escuchar una voz, femenina que suplica por ayuda al parecer y no tardan mucho en encontrar la fuente. Una zorra, literal, con una cuerda que ata sus patas y la mantiene colgada de lo alto de la rama de un gran árbol que esta en el medio del lugar. Habla de haber sido capturada por unos yokais, suplicando para que la ayudaran a liberarse pero antes de poder siquiera pensarlo, se escuchan voces siniestran y pronto, se ven rodeados.

-Oh, cielos...- hay una extraña y gran cabeza que rueda en el suelo, dejando a su paso un camino de fuego que parece apagarse después de unos cuantos segundos. Y hay algo mucho más grande que se eleva por encima de ellos, con una risa burlona y llena de maldad, una especie de mascara o cabeza con grandes cuernos y una larga melena que ondea con el viento. Para el menor, no es lo más loco que a visto hasta el momento pero aun así, cree que es muy bizarro. -¿Eh?- Tao llama su atención, luciendo serio, haciendo un gesto hacia el animal que aun cuelga y MK asiente sin dudar. -¡Yo me encargo!- salta, permitiendo que el predestinado se mueva libremente para encargarse de su repentino problema y se apresura a usar cada habilidad de mono que tiene en ese instante para poder trepar, dispuesto a liberar a la zorra. Ayudara a su amigo si este lo necesita pero primero, tenía que sacar a aquel ser de allí y alejarse un poco de eso.

En serio, ese mundo era muy raro y eso solo acentuaba el sentimiento de ser un ignorante. Iba a tener que leer ese bendito libro cuando volviera, sin importar cuanto le costara.

~Monkie Kid~ 7️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora