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💘 Confesion💘
El aire del bosque se sentía suave y fresco, como si la naturaleza misma supiera la importancia de aquel momento. Carlisle tomó la mano de Anahari con una delicadeza que pocas veces ella había experimentado en su larga vida.
Al bajar la mirada, se percató de que sus pies, como era habitual, estaban descalzos, y antes de que pudiera decir algo, Carlisle se inclinó ligeramente, envolviendo su brazo bajo sus rodillas y la levantó del suelo con suma facilidad.
Anahari soltó un pequeño jadeo de sorpresa. Nadie, desde que se había convertido en vampira, la había cargado de esa manera, con tanta ternura y cuidado, como si fuera la cosa más valiosa del mundo.
-No quiero que te lastimes
susurró Carlisle, con una sonrisa suave en su rostro y un tono que derritió las defensas de Anahari.
Ella suspiró, embriagada por el gesto. Por mucho tiempo, había sido tratada como una herramienta, una criatura peligrosa y poderosa, pero nunca como alguien a quien cuidar. Carlisle, con ese simple acto, le mostraba un lado de él que la envolvía en una calidez que no recordaba haber sentido desde su transformación.
Sin decir nada más, Carlisle corrió a través del bosque, moviéndose con velocidad vampírica pero sin dejar de protegerla entre sus brazos. Pronto, llegaron a un claro que Carlisle había encontrado hace tiempo, un lugar donde la luz del ocaso se filtraba entre los árboles, proyectando un resplandor dorado que acariciaba el ambiente de manera casi mágica. Era un refugio perfecto, oculto de las miradas del castillo Volturi, donde sabían que nadie los encontraría.
Con suavidad, Carlisle la dejó en el suelo, y sus manos rozaron la cintura de Anahari antes de alejarse con lentitud, como si no quisiera romper el contacto entre ellos.
Él se quedó quieto por un segundo, observándola con una mezcla de admiración y amor. Era un momento que había soñado tantas veces, pero nunca creyó que se haría realidad.
-Siempre soñé con esto...
susurró, sacando de debajo de su camisa una cadena que llevaba al cuello. Anahari lo miró con curiosidad, sin saber lo que planeaba.
Carlisle abrió la palma de su mano, revelando un viejo anillo de plata que brillaba a la luz del crepúsculo. Anahari lo reconoció de inmediato. Era el anillo que había perdido hacía tantos años, un objeto que, para ella, había desaparecido en el tiempo.
-Lo encontré hace mucho .
dijo Carlisle, observando el anillo como si fuera un tesoro invaluable.
-Desde entonces, lo he guardado conmigo, esperando el día en que pudiera devolvértelo. Este anillo ha significado mucho para mí. Era una promesa, un símbolo de todo lo que siento por ti.
