¿Qué era eso que iba a ser tan importante para sus planes de su futuro? Ed habría acabado enterándose de ello tarde o temprano, pero el asunto llegó a sus oídos por casualidad. O al menos, eso creía, porque como con todo lo que salía por boca de Pinako, era difícil estar seguro de si se trataba de un comentario que simplemente había surgido en la conversación o sus palabras escondían otras intenciones. En esa ocasión en concreto, Ed se inclinaba más por la primera opción, sobre todo teniendo en cuenta la forma en la que había reaccionado Winry.
Todo ocurrió durante la cena de un día cualquiera, cuando la abuela estaba hablando sobre la última llamada que había recibido de su buen amigo Dominic, con quien mantenía contacto frecuente después de la boda. Ed había tomado buena nota de ello, pero aún no había tenido coraje suficiente para bromear sobre el tema por miedo a salir escaldado.
—Por cierto, querida, Dominic me pidió que te dijera que Garfiel y todos tus antiguos clientes de Rush Valley te mandan recuerdos. ¡Por lo visto, te echan mucho de menos! Y también parece que algunos quedaron bastante descorazonados al saber que te habías casado —comentó, riendo—. También me preguntó si habías pensado en su regalo de bodas. ¿Aún no has decidido nada, hija?
La pregunta captó la interés de Ed al momento, que no había oído nada acerca de eso. No era el único regalo que había descubierto con retraso. Los buenos de Darius y Heinkel, por ejemplo, le habían dejado un enorme barril de cerveza negra que habían tenido la intención de compartir con él en aquella ocasión, ya que durante el tiempo que pasaron juntos Ed apenas se había sumado a sus brindis en un par de ocasiones, más por curiosidad que por otra cosa. Claro que después de abrir esa caja del demonio que tan amablemente les habían enviado los tipos de Briggs, ninguno de los dos tuvieron aguante para ello. Lo cierto es que a mitad de la noche ya se habían olvidado por completo de esa barrica.
Sin embargo, el regalo de bodas al que se refería la abuela no tenía pinta de parecerse en nada a un barril de cerveza.
La expresión de Winry se volvió algo tensa al escucharla y su respuesta sonó algo reacia:
—Es muy amable por su parte, pero la verdad, no creo que sea un buen momento para ello.
—¿Lo dices por el trabajo, niña? Ya te dije que no tenías que preocuparte por eso. Pude apañármelas sola perfectamente la primera vez. No veo porqué no podría hacerlo de nuevo.
—¿De qué estáis hablando? Ya que estoy aquí, sería genial que me incluyerais en la conversación, ¿no? —preguntó Ed, curioso.
—No es que sea un secreto —dijo Winry, sacudiendo la cabeza, aunque a Ed le dio la impresión de que hubiera preferido que no se hubiera enterado—. No te había dicho nada porque aún no había pensado en ello en serio. La cosa es que... ¿recuerdas que la primera vez que estuvimos en Rush Valley le pedí al señor Dominic que me hiciera su aprendiz?
—Y el señor se negó en rotundo, sí —afirmó Ed, que en ese momento había pensado que el robusto mecánico le recordaba mucho a su maestra.
—Pues parece ser que después de ver lo mucho que me entusiasma mi trabajo, decidió que podría aceptar mi propuesta y enseñarme durante un tiempo como regalo de bodas. No hubiera estado mal que lo hubiera pensado cuando aún estaba allí... Entonces me entusiasmaba tanto mi trabajo como ahora... —señaló ella, suspirando.
—¡Vaya! ¿No te alegras? —preguntó Ed, algo confundido al verla tan poco ilusionada.
—Sí que me alegro, pero... Justo ahora... En fin, aún no lo he pensado bien —contestó ella, confirmándole que no le apetecía mucho seguir hablando del tema.
La joven parecía tan incómoda que ni Ed ni Pinako quisieron seguir insistiendo, pero él no estaba dispuesto a dejarlo pasar así como así. En ese sentido, compartir dormitorio era muy conveniente, ya que les permitía hablar con total intimidad, así que decidió que sería mejor esperar a que estuvieran solos para volver a preguntar sobre ello.

ESTÁS LEYENDO
La cuestión de Winry
Lãng mạnDescubrir el amor con Winry está siendo una aventura muy emocionante para Edward, pero sus sentimientos se están descontrolando hasta el punto de volverle loco. ¿Cómo iba a manejar esa situación, totalmente nueva para ambos?