Hacía un buen rato que Ed había terminado con todas las tareas domésticas pendientes y en ese momento, estaba sentado en el porche concentrado en engrasar su automail. Winry se había mostrado encantada de que al fin se hubiera decidido a prestar atención a sus consejos de mantenimiento, que nunca se cansaba de recordarle. Lo cierto es que ese repentino interés en conservar su pierna metálica en perfecto estado de revista no se debía tanto a la insistencia de la joven sino a ese incidente reciente relacionado con su cama, que le había recordado lo importante que podía llegar a ser no hacer ruido. Si eso ayudaba a que sus idas y venidas entre dormitorios fueran más silenciosas, no estaba de más.
¿O acaso estaba planeando algo que hiciera aún más ruido? Lo cierto es que no. Ed no podía negar que le gustaría poder hacer el amor con Winry cuando le viniera en gana, pero desde su última noche de pasión, los dos se habían relajado bastante. ¡Parecía mentira que lo hubieran conseguido! Reconocía que en algunos momentos seguía resultando difícil resistirse a la tentación, pero si tenía que elegir entre dormir solo o dormir con ella, aunque fuera sin ponerla un dedo encima, la decisión de Ed estaba muy clara.
Aunque, bueno, lo de "no ponerle un dedo encima" era más bien una forma de hablar... Después de considerarlo con calma, los dos habían acordado que sería mejor controlar sus ardientes (y ruidosos) arrebatos mientras no estuvieran solos en casa. Al fin y al cabo, la abuela ya había sido bastante generosa con ellos. Quedaba por ver cuánto tiempo serían capaces de mantener esa decisión si esta circunstancia no ocurría pronto...
Sin embargo, también estaban de acuerdo en que resultaba realmente difícil volver a dormir solos, así que Ed había continuado compartiendo la cama de Winry cada noche desde entonces. Y aunque no tuvieran intención de llegar hasta el final, ninguno de los dos veía nada malo en rendirse al placer de los besos y los abrazos del otro. Es verdad que estaban aprendiendo a tomarse las cosas con algo más paciencia, pero tampoco tanta como para mantenerse alejados estando tan cerca. El hecho de que se dejaran puesto el pijama ayudaba un poco, pero no era suficiente ni de lejos para contener su deseo del todo.
¡Era tan fácil dejarse llevar! En cuanto uno de los dos se entusiasmaba demasiado arrastraba al otro, así que más de una vez sus besos y sus caricias habían subido de tono más de lo conveniente. Normalmente se daban cuenta de ello cuando tenían que separarse por falta de aliento, con los ojos brillantes desbordantes de pasión. Ambos conocían bien esa mirada y hasta el momento había sido suficiente para que cayeran en la cuenta de que estaban perdiendo los papeles, recuperaran la cordura y se relajaran de nuevo, limitándose a mimos muchos más tiernos. Ed no podía negar que la situación era algo frustrante, pero sin duda valía la pena mientras pudiera seguir durmiendo con Winry entre sus brazos.
Pero en fin, ¡calma y paciencia! Porque al final, todo llega... Ed se lo recordaba cada mañana al ver la cara de la joven al despertar. Y precisamente porque quería minimizar los riesgos hasta que eso ocurriera, estaba invirtiendo tanto esfuerzo esa tarde en su automail, siguiendo las recomendaciones que tantas y tantas veces había ignorado hasta ahora. Claro que no pelear contra tipos capaces de romperlo en pedazos de un solo golpe ayudaba mucho, eso también había que decirlo.
Mientras se centraba en su tarea, esperanzado por las perspectivas futuras, Ed recordó las palabras que tanto le habían inquietado durante aquel desayuno lleno de sobresaltos que tuvo lugar unos cuántos días atrás. Ese "al menos" seguía chirriándole. Cuantas más vueltas le daba, más claro le parecía que Pinako sabía mucho más de lo que decía. Estaba seguro de que Winry tampoco había soltado prenda al respecto, pero tratándose de la abuela...
Cruzaba los dedos porque no estuviera enterada del cambio en sus hábitos nocturnos, pero si era así, hasta ahora no había dicho una palabra sobre ello. Si a pesar de saberlo, no había represalias... Bueno, ¿quién era él para rechazar tal generosidad? No obstante, Ed estaba casi seguro de que no iban por ahí los tiros. Por muy listo y discreto que se creyera, la abuela siempre iba un paso por delante. Más de uno, en realidad. Tantos que cuando él iba, ella ya había ido y venido cien veces.
![](https://img.wattpad.com/cover/376060731-288-k428076.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La cuestión de Winry
RomansaDescubrir el amor con Winry está siendo una aventura muy emocionante para Edward, pero sus sentimientos se están descontrolando hasta el punto de volverle loco. ¿Cómo iba a manejar esa situación, totalmente nueva para ambos?