Llevaba más de una hora tumbado en el césped perdido en sus pensamientos, cuando Ed abrió de nuevo los ojos, entornándolos para no mirar directamente al radiante sol de aquel espléndido día de verano. El resultado de toda aquella reflexión no había sido tan espléndido. Como siempre últimamente, cada vez que intentaba pensar sobre su situación acababa dejándose llevar por la euforia al recordar esos momentos cada vez más apasionados que pasaban juntos y terminaba en el mismo punto. Muy emocionado, pero sin respuestas. Básicamente, había llegado a las mismas conclusiones que las cien veces anteriores. O quizá más... ¿Cuánto tiempo llevaba dándole vueltas a la cuestión de Winry? Mucho más del que le gustaría, desde luego.
De repente, abrió los ojos sorprendido por una súbita revelación. ¿Y si el problema estaba justo ahí? ¿Y si lo estaba pensando demasiado? No era propio de él ser tan indeciso. Estaba yendo de puntillas porque se trataba de Winry pero ¿y era precisamente esa preocupación excesiva la que estaba haciendo las cosas más complicadas de lo que eran en realidad?
El aire fresco le había servido para poner en claro algunas ideas. La primera era que, a la vista de todo lo sucedido hasta ahora, debía renunciar a entender el amor y el deseo desde una perspectiva lógica. Ese enfoque le había funcionado bastante bien hasta ahora, pero se había equivocado al intentar aplicarlo a la situación en la que se encontraba. Simplemente, debía aceptar que el amor y la razón estaban en dimensiones diferentes, aunque igual de reales.
Quizá por la forma en la que habían vivido gran parte de su infancia y su juventud, enfrentándose a peligros que la gente normal ni siquiera podía imaginar, tanto él como su hermano se habían visto obligados a crecer a marchas forzadas. Aunque tenía solo veinte años, era más maduro que muchos adultos. El dolor y el sufrimiento que había soportado tenían mucho que ver con ello. Le habían enseñado una lección imposible de olvidar.
Ahora ya no podía usar la alquimia, pero esa habilidad le había ayudado a desarrollar muchas cualidades muy valiosas para la vida en general. Sus dotes de observación y su capacidad de análisis, razonamiento y deducción a la hora de tomar decisiones estaban mucho más afinadas que las de hombres que le doblaban la edad.
Además, era valiente, decidido y su curiosidad era insaciable. Tenía una habilidad innata para ver el mundo desde una perspectiva racional, para identificar las causas y consecuencias que explicaban porque las cosas eran así y no de otra manera. Después de pasar por tanto, también había desarrollado unos nervios de acero, que le permitían mantener la calma incluso si su vida estaba en peligro... Excepto si Winry estaba implicada, como había comprobado ampliamente.
Por otro lado, su etapa como alquimista también había mejorado sus habilidades físicas, dotándole de un cuerpo tan bien entrenado como el de un soldado de élite. Había perdido un poco de potencia de ataque desde que recuperó su brazo derecho, pero seguía en forma y su agilidad, su velocidad y sus reflejos eran excepcionales. Por fortuna, su vida ya no dependía de esas habilidades. Por desgracia, ninguna de ellas le era de ayuda en lo referente a la cuestión de Winry.
Ahora todas esas buenas cualidades, que tan valiosas le habían resultado para salir airoso de situaciones complicadas otras veces, no le servían de mucho. Winry había puesto su mundo patas arriba, desafiando toda razón. Como resultado, se sentía desconcertado. Esa era la causa principal de su inseguridad y su miedo pero ¿había una razón real para ello?
Los últimos ratos a solas con Winry habían resultado de lo más prometedores. Tampoco es que se hubieran explayado mucho hablando, pero habían hecho pequeños avances y ella estaba demostrando tener tanto interés como él en el tema. No le había dado ninguna razón para pensar lo contrario. De hecho, si intentaba mirarlo de forma objetiva, su actitud era más atrevida que la de él.
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La cuestión de Winry
RomansaDescubrir el amor con Winry está siendo una aventura muy emocionante para Edward, pero sus sentimientos se están descontrolando hasta el punto de volverle loco. ¿Cómo iba a manejar esa situación, totalmente nueva para ambos?