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El ambiente era denso, lo suficientemente denso para que todo este en absoluto silencio desde el momento en el cual Charlotte irrumpió la habitación de los sobrinos de Noelle y sacarla junto a Asta casi corriendo, casi sin explicar era incómodo

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El ambiente era denso, lo suficientemente denso para que todo este en absoluto silencio desde el momento en el cual Charlotte irrumpió la habitación de los sobrinos de Noelle y sacarla junto a Asta casi corriendo, casi sin explicar era incómodo.

Noelle estaba sumergida en el mar de su cerebro donde los peces eran pensamientos que daban muchas vueltas a su alrededor y con cada corriente los peces se multiplicaban más y más.

Asta estaba igual, pero por su personalidad despistada su actuar era tomado por natural.

No era algo raro que Yami pensara que Noelle aparte de ser una niña de cuna de oro, era muy paranoica, y el lo notaba en su actuar y mirar.

Yami le gustaba ser observador exclusivamente con sus idiotas, aún más con sus chicas, todas tenían su propia valía y fuerza, pero aún así, eran delicadas para este mundo.

Sukehiro dió otra calada más a su cigarro y miro por última ves a su dúo plebereal para corroborar que sus ojos no estaban teniendo problemas de visión. No fue así, se encontró con lo mismo.

Asta tenía el mechón caído, y Noelle tenía la misma mirada como la primera ves que la acogió a petición de trenza de nariz.

Algo andaba mal.

-¿Que bicho les mordió?.

Yami no era muy doscil, ni sutil, ni suave. De hecho no era nada de las características con las cuales debería hablar ahora mismo.

Asta lo miro y jadeo confundido. Noelle apretó mas sus labios.

-Van a hablar?. No tengo todo el día. - su mirada paso por ambos y al ver su largo tiempo de respuesta miro su perímetro buscando a su cochero.

-No es nada!- dijo Noelle, y extrañamente Asta mantuvo silencio. Indicio de que no era nada, o tal ves los dos adolescentes decidieron llamar su problema nada.

-Mmm- acabo su cigarro, tampoco era conocido por mostrar mucho interés.- oh, cochero!, por fin llegas...

Mientras el extranjero se centro en hablar con el mago de teletransportación, Noelle y Asta decidieron mirarse por un largo tiempo.

-Noelle...¿Estás bien?- susurro.

La muchacha Silva trago seco y miro el piso jugando con un mechón de su pelo

-No lo se, ¿Como debería sentirme después de enterarme de...bueno...todo?

Asta asintió en silencio, el sabía la mayoría de la historia de Noelle, y sabía que la situación no era para nada fácil, no sabía que hacer o decir, ni siquiera sabia como actuar.

Sabía bien que la relación de los hermanos de Noelle no eran lo que se denominarían delicados, o amorosos, o atentos y mucho menos unidos. Y sabía lo que Noelle sentía cada que los veía, y hoy después de todo el problema había tenido muchas interacción con ellos, Nozel no estaba por lo que hacía todo ligeramente menos pesado, pero al estar con Nebra y Solid que eran los peores Noelle comenzaba a sudar y tener más sed de lo normal. El lo sabía, y sabía lo duro que fue convivir otra ves con sus hermanos, no fue de una forma tan verbal, era más basado en presencia y eso era suficiente para desubicar a la joven silva

Mi hermoso deslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora