Mi hermoso desliz

-25-

Solid Silva nunca fue el hermano perfecto. Mientras Nozel se erguía como la imagen misma del éxito y Nebra se deslizaba con una perfección calculada, él siempre estuvo a la sombra, una sombra que nunca alcanzaba la luz.

Desde que tiene memoria, ha intentado ser alguien. En cada paso que da, busca la validación que nunca llega, el reconocimiento que se le escapa justo cuando cree alcanzarlo.

El segundo hijo Silva, desde una edad temprana fue expuesto a un mundo donde los ojos se posaban en el, miradas inquisitivas, casi críticas, como si el mundo esperara que replicara la inteligencia de Nozel o la astucia de Nebra. Cosas que nunca terminaban de florecer en él. Era listo, sí, pero no lo suficiente; fuerte, pero no tanto; audaz, pero nunca tanto como ellos. Sabía que podía llegar a ser muchas cosas, pero nunca sería ellos.

Nunca estaria a su altura

Siempre lo supo, el constante recordatorio que nunca sera ni la mitad de lo que son sus hermanos mayores lo hacia buscar desesperadamente la atencion, una y otra ves, no le importaba romperse algo con tal que lo vieran.

Podria tener la atención de las masas, cada que quisiera, pero no le interesaba el solo quería ser reconocido como un igual, tener la atención de sus hermanos mayores. No importaba el medio, el deseaba su atención.

El cansancio no le ha quitado las ganas, pero ha erosionado su paciencia. El deseo de destacar ha pasado de ser una necesidad sana a una obsesión que lo consume. Si nadie lo ve, si nadie lo reconoce, entonces se rebelará.

No importa los medio, no importa las acciones, nada de eso le importaba si no tenia la atención que anhelaba.

Lastima que la búsqueda desesperada de esa atención lejos de que sus hermanos lo reconocieran como igual, lo reconocieron como alguien impulsivo que no tiene ninguna pizca de autocontrol.

Entonces, cuando por fin creyó que sus hermanos lo habían reconocido por un igual, fue simplemente una ilusión. Una ilusión creada por el mismo.

Esa ilusión, como le gusta llamarlo, empezó cuando Nozel lo dejo acercarse a el cuando estuvo en cinta, se entero de pura casualidad, pero no le molesto al ver que Nozel confió en el después de eso.

De una forma extraña dejo que se involucrara mas en el tema de su apellido, no le llamo mucho la atención, y sigue sin hacerlo, pero le llenaba de una extraña sensación de satisfacción saber que contaban con el, que ahora lo veían. Y eso era suficiente.

Luego conoció a sus sobrinos. Al principio, cuando vio a los pequeños, su reacción fue casi de rechazo instintivo. Esos niños, aún frágiles y dependientes, le recordaban a polluelos desprotegidos que, sin embargo, lograban captar la atención de todos, especialmente de Nebra. Solid no comprendía qué era aquello que le despertaba tanto fastidio; tal vez era el simple hecho de que, ahora, él no era el centro de atención.

Y así fue como Solid volvió al inicio, donde otra ves, sus hermanos de manera casi discreta parecía que lo volvieron a ver desde arriba, como su sombra. La sombra que siempre fue.

Todo eso hiso crecer un desprecio irracional que trataba de disimular. Hizo lo posible por evitarlos, apareciendo y desapareciendo de los lugares donde ellos estaban. Pero, inevitablemente, había momentos en los que no podía escapar. A veces era cuando cruzaban miradas en los pasillos, y otras, cuando escuchaba sus risas mientras jugaban en el jardín.

Y sin darse cuenta esa barrera invisible que creo fue derrumbándose de a poco lo que provoco que sin querer los observara desde lejos, asegurándose de que no hicieran ninguna tontería o que nadie los lastimara. Luego, sin saber muy bien cómo, se fue acostumbrando a sus voces, a sus risas, e incluso a sus pequeñas travesuras.