-20-

143 15 1
                                    

El ambiente era horrible, mucho diria Asta, el un muchacho que siempre buscaba ver lo mejor del mundo especialmente, no podia encontrar nada en lo absoluto, ni un chiste, ni una briza fresca que pudiera ayudarlo en un momento como ese.

Asi como los demas se sentia triste, impotente y muy decepcionado de su persona. El prometio ser el proximo rey mago, entonces, si lo prometio ¿porque no pudo ayudar al capitan que lo habia reconocido como un digno rival?, al unico que donde todos lo veian como un tonto y parlatan, el no lo vio asi, estaba Yuno, claro, pero aun asi, que un capitan de orden siendo de la realeza te reconociera, era sin duda, algo que daban ganas de llorar.

El capitan Fuegoleon habia desaparecido de un momento a otro y luego volvio pero esta ves sin un brazo y apunto de morir, si el siendo un capitan no pudo vencer, ¿que lo hacia pensar que el, un simple plebeyo podria hacerlo?.

Le gustaba la idea de superarse, siempre buscaba hacerlo, siempre sonriendo, siempre dando todo de si mismo, siempre ayudando a los demas, siempre decir la verdad sin tener pelos en la lengua, pero ser relativamente fuerte físicamente, no te asegura ser fuerte emocionalmente, podria ser desinteresado, podria ser despistado, podria ser muchas cosas, pero, ninguna de ellas lo salvarian de la ansiedad que puede sentir en secreto y la que siente ahora.

Miro a Noelle que estaba a su lado con una mirada perdida, y luego a Leolpold que estaba sentado con sus manos en su rostro, su espalda se movia mostrando que estaba sollozando.

Sus manos temblaban, habian sido botados de la habitacion, Owen estaba dentro y ellos fuera, lo que no calmaba para nada la ansiedad de tres adolescentes.

— El capitan Fuegoleon estara bien...— Noelle hablo temblorosa, tratando de sonar confiada, pero aun asi su voz se quebro— ¿verdad?.

—Claro!— Asta sonrio nervioso— Es el capitan Fuegoleon!.

Noelle vio algo de esperanza pero se esfumo al ver el estado de Leolpold, su mirada borroso y susurrando cosas incomprensibles, su mente la estaba carcomiendo, ella dio primeros auxilios pero aun si, ¿habia sido suficiente?, confiaba plenamente en los tratamientos de Owen. No dudaba de su capacidad, pero la espina estaba ahi, muy puntiaguda, sus manos no estaban dispuesta a sangrar, no ahora.

¿Habia sido suficiente?, Si Fuegoleon muere, ¿seria su culpa?. 

La historia de Noelle con Fuegoleon es algo larga, pero no complicada, es sencilla, demasiado diria ella, pero seria mentirse asi misma cuando cada que recuerda su niñez y Fuegoleon esta ahi no pude evitar sentir un amor que le falto en ese tiempo, no la malentiendan, es un amor diferente, un amor lleno de atencion, elogios y des ves en cuando una hermandad que siempre busco.

Recordaba con vives su niñez, no fue la mejor, incluso la odiaba pero Fuegoleon la hacia menos pesada, recodaba bien los momentos de atencion que le brindaba, los consejos, las palabras de confort que hacian ver a Fuegoleon como su otro hermano mayor. Un hermano mayor que siempre quiso y sigue queriendo.

Asta noto la distancia de Noelle, estaba en un callejon sin salida, no sabia que hacer, queria aprentar que la situacion no le afectaba pero lo hacia y mucho.

Vio a su amigo, Leolpold, su segundo rival sentado con sus ojos borroso, puso su mano en el hombro tembloro y sonrio.

Leolpold lo miro por segundos y volvio a mirar el suelo, se sentia tan pequeño, el queria ser como su hermano mayor, queria ser mas fuerte, queria superarlo, y sigue queriendo, pero, verlo tan palido, demacrado lo hacia temblar y mucho. El siempre vio a su hermano mayor ser fuerte incluso pensaba y sigue pensando que es un hombre de piedra, muy fuerte, resistente y muy dificil de romper, pero ahora estaba roto, haciendolo preguntar.

Mi hermoso deslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora