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-¡Joder! Otra vez.- Alice se encontraba en un box, intentando llegar a una de las notas altas de su canción, y la verdad que por mucho que lo intentase, no le salía.

El día anterior habían tenido pase de micros, el cual fue denominado por los profes como "buñuelito", pero les habían afirmado a las chicas que podrían llegar a hacer un numéralo en la gala, eran muy trabajadoras y confiaban mucho en ellas.

Sin embargo, a Alice no le gustó para nada el hecho de que no le saliera la nota, y no pararía hasta dar con su resultado esperado.

O esos eran sus planes, cuando de repente alguien irrumpió en el box, Alice al tener los ojos cerrados pensó que sería Chiara, pero estaba equivocada.

-Hola, ¿podemos hablar?- Una Violeta vergonzosa la miraba con una pequeña sonrisa, haciendo que Alice se extrañara. No había hablado casi nada con ella, ¿qué querría de ella la pelirroja?

-Oh, ehm.., sí, sí claro.- Le respondió la francesa sorprendida. Ambas chicas fueron a las duchas con la excusa de que Violeta quería que Alice le ayudara a buscar su toalla. Al entrar en aquella habitación, ambas chicas apagaron sus micros, y Alice miró a Violeta expectante, pues pensaba que a la chica le caía mal.

-A ver...- comenzó la granadina- Quiero pedirte perdón por cómo empezamos al principio, tú me caes muy bien, tía, y creo que podríamos hablar más, lo siento por lo de I kissed a Girl y así, pero te juro que no estoy interesada en tu novia ni nada, solo es una de mis mejores amigas y ya.- La chica habló de sopetón, y Alice, con el ceño fruncido, sonrió.

-Tía, tranqui. Yo desde que entré aquí quería hacerme tu amiga, y de hecho pensaba que te caía mal.- Dijo soltando una pequeña risa.

-¿Perdón? ¡Yo pensaba que yo te sis mal a ti!- Ambas chicas empezaron a reírse.- Bueno, entonces todo ok, no?

-¡Claro!, todo perfecto. Amigas entonces. - Alice sonrió a la chica al responder, pero no se sentía del todo segura, pues al ver a Violeta, su sonrisa, sus ojos, su cara..., al fin y al cabo entendería que Chiara prefiriese a la andaluza antes que a ella. Al fin y al cabo, era más guapa, tenía mejor cuerpo que ella y seguro que no era inestable emocionalmente. Además, Chiara le había contado alguna vez lo graciosa que era la chica.

A Alice se le avecinaba una avalancha de inseguridades más grandes que la academia entera, pues desde ese momento, en su cabeza casi se podían oír las tuercas trabajando de todo lo que estaba sobre pensando.



———

Hora de la cena, y, oh sorpresa, Alice no se quería presentar. Desde su encuentro con Violeta, la chica había decidido ese bloqueo total para intentar componer, y la verdad que nada mal, alguna canción que otra le salió.

Estaba tan ocupada cantando en el piano de un box una canción de Taylor que, no se dio ni cuenta del timbre de la cena. Bueno, en realidad sí, pero decidió hacer oídos sordos. Chiara no se daría cuenta de que faltaba, estaba demasiado contenta con su canción, y la verdad que la entendía, y Alice estaba infinitamente orgullosa de ella. Pero por otro lado estaban sus padres, ya había vuelto a pensar en eso. Se subió la manga de su sudadera y vió la carnicería que tenía en su brazo al girar la muñeca. Se tocó la cicatrices, que llevarían me os de una semana cicatrizando, y recordó la pelea con su padre. Cómo por simplemente amar a alguien le habían hecho odiarse hasta a sí misma, haciendo que ella misma se dañara.
No era justo, no era nada justo. Ella solo quería a Chiara, estar con ella y quererla, pero..., si a Alice se le había provocado esas cicatrices, el padre de la francesa podría llegará. destruir a Chiara, y eso Alice no lo permitiría.

Se empezó a agobiar ella sola, buscando soluciones. Llegó a una conclusión: romper con ella. Igual no era lo más adecuado, pero bajo el punto de vista de la chica, era lo correcto.

Amarte para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora