Amarte para siempre

20

Chiara la noche la pasó muy mal, no pudo casi ni dormir. A su lado se encontraba la francesa, que al despertarse vio como Chiara se encontraba mirando al techo con los ojos rojos.

-Ey, ¿estás bien, Kiki?- Le preguntó susurrando Alice, abrazándose a la contraria. En el momento en el que Chiara se abrazó a ella, se rompió.

-No puedo, no puedo seguir sin Vio, Ali.- Le contestó también susurrando la inglesa, abrazando con fuerza a la contraria. Alice notaba que Chiara se estaba poniendo tensa, le recordaba a ella en sus momentos de ansiedad, y por si acaso intentó calmarla.

-Tranquila, mi amor, yo estoy contigo, estoy aquí.-Le intentó tranquilizar Alice acariciando su espalda con cariño, notando como Chiara empezaba a temblar.- No te dejaría por nada del mundo.

Chiara se calmó poco a poco, gracias a las caricias de la francesa.

-Te quiero mucho, Kiki.- Le dijo la francesa, separándose de ella para darle un corto beso en los labios.

-Yo también te quiero, Alice.- Le sonrió la contraria, volviendo a abrazar a Alice.

----

-¡Todos arriba, vamos!- Noemí gritó abriendo la puerta de la habitación, acompañada por la música que les despertaba todas las mañanas.

Chiara al fin pudo dormir algo, gracias a que Alice no la soltó, y ahora se encontraban abrazadas, la inglesa aún completamente dormida. Alice se separó de ella y le acarició la mejilla con cariño.

-Kiki...- Le susurró Alice.- Despierta, vamos.

La inglesa le respondió con un gruñido cansado y abrazándose más fuerte a la francesa. Eso le hizo reír a la contraria, aunque tuvo que levantarse, porque si no les acabarían riñendo, eran las ultimas que quedaban en la habitación.

Chiara se acabó levantando a duras penas y las dos chicas salieron de la habitación a la vez.

Al llegar a la cocina y sentarse, Paul le preguntó riendo:

-¿Qué llevas en la camiseta?- Alice se miró la camiseta, en el hombro tenia restos de maquillaje rosa: Chiara.

-¡Kiki!- Le llamó Alice, fingiendo enfado, viendo cómo se giraba la inglesa desconcertada.

Chiara se levantó de su sitio al ver lo que señalaba la francesa.

-Perdón, anoche se me olvidó desmaquillarme.- Le dijo abrazando por el cuello a la aun sentada Alice, que se levantó para abrazarla mejor.

-No pasa nada, Keeks.- Le contestó sonriendo la contraria.- Solo quería que me abrazaras.- Chiara la volvió a abrazar contenta. Todos los compañeros miraban la escena con una tonta sonrisa en la cara, pues sabían que algo pasaba entre las dos chicas.

Cuando Alice se dio cuenta de que llevaban mucho más tiempo abrazadas que lo que deberían estar dos "amigas", se separó y se sentó de nuevo en su sitio, dejando un poco desconcertada a la inglesa, pero entendiéndolo al ver la mirada de miedo de la francesa.

Eso era algo que le dolía a la francesa, pero no se podía permitir que sus padres se enteraran de que le gustaba Chiara, una chica. No la aceptarían, y posiblemente la echarian de casa. Esa era una de las razones por las que no quería volver a casa por Navidad, no quería que volviera a pasar lo de la otra vez:

Febrero, 2015.

A Alice le había costado mucho hacer amigos, pero al fin tenía un grupito de amigos: John, Marta y Ester. Con Marta tenía una relación especial. Ella venía de Galicia, y el día que se conocieron se volvieron inseparables.