F1 - One Shots

29: Mark Webber

‧₊˚✧Bajó al infierno pa buscarme y subió de nivel✧˚₊‧

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exclusive.mp3 by Emilia

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TW: Mención leve de alcohol, un poco de humillación, uso de lenguaje soez y explicito, diferencia de edad.

Recomendación: Evita leer si eres sensible a contenidos explícitos.

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Narra Mark

Estaba mal, todo esto estaba mal, pero ella es linda y yo he tenido su atención a mí al rededor por la cantidad suficiente de tiempo para saber como van a terminar las cosas para ambos, es poco profesional de mi parte, pero que Dios me crucifique por querer meterme entre las piernas de la hermana de mi protegido.

Pero Oscar me la había puesto en bandeja de plata, tan solitaria, pero carismática, con toda la personalidad extrovertida que le faltaba a su hermano mayor, con esa chispa que hipnotiza a cualquiera, demasiado fácil de obtener.

Tal vez es por eso que cuando entra con su vestido rojo parece que toda la fiesta se la queda viendo, Oscar a su lado parece forzado a estar aquí, incluso cuando toda esta mierda es para él rápidamente huye con su novia a una mesa, dejando a mi pequeña presa, sola.

— Alice Piastri — Murmuro cerca de su cuello tragándome su aroma a bocanadas enormes, tabaco y lilas, completamente adictivo como ella.

— Señor Webber — La pausa que hay entre el apelativo y mi apellido hace que mi pantalón se sienta apretado.

Su cuerpo brilla contra las luces moradas y azules, la azotea brillante hace un espectáculo a su alrededor, parece una obra de arte, con su vestido rojo que apenas le cubre el culo y los aretes que casualmente deje en su bolso hace unas horas.

— Me alegra que te gustase mi regalo — Mi mano se desliza hacia su oreja y puedo vislumbrar la piel erizada de su cuello, es una delicia, quiero enterrar mis dientes en el lunar que tiene en esa zona.

— Son hermosas piezas, aunque creo que son un poco lujosas — El sonrojo en sus mejillas es exquisito, tan inocente, pero atrevida, apuesto que si le abro las piernas va a resistirme el paso.

— No brilla más que tu — Su sonrisa se hace más grande al igual que el sonrojo en sus mejillas, mi dedo se desliza de la joya a su mejilla y cambio a mi pulgar para delinear su labio.

La forma en que sede ante mi dedo, sus labios abriéndose un poco, su mirada adquiriendo un tono cristalino, me aseguro de que nadie nos esté mirando y me inclino sobre su cuerpo para besarla, sus labios listos para responder a mis órdenes.

La beso hasta que creo que es suficiente y entonces la dejo ir, sus ojitos medio cerrados me dicen todo lo que necesito saber, sus labios rojizos y brillantes por el beso que acabamos de tener, me tientan a más, con ella siempre quiero más.

— Podemos irnos, a otra parte — Su murmullo es gasolina para mi sistema, me gusta lo deseosa que puedo colocarla.

— No vamos a ir a otra parte nena, aún no — Ella hace un puchero que la hace ver más inocente de lo que ya de por sí es, mi boca ansiosa por volver a esta sobre ella.