El último descendiente (DESPUÉS DEL FINAL BUENO)

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En el vasto universo, en un rincón olvidado del planeta Súper Tierra, Blasius N/a se movía entre sombras y luces de neón, su vida como repartidor de pizza apenas le ofrecía lo básico para sobrevivir. Huérfano desde joven, había aprendido a valerse por sí mismo, navegando un mundo que a menudo le era hostil. Desconocía que su linaje estaba marcado por un legado de sacrificio y redención, que una vez había resonado en la historia de la humanidad.

Era un día cualquiera cuando, al realizar una entrega en KOI-4878.01, la curiosidad y la desesperación lo llevaron a un pequeño mercado. Un objeto brilló en su visión: una reliquia antigua, un artefacto que parecía contener la esencia de otro tiempo. Sin pensarlo, lo tomó y huyó entre la multitud, su corazón latiendo con fuerza.

Sin embargo, no contaba con Aitné Sánchez, una diplomática intergaláctica que, en ese momento, realizaba una investigación sobre el contrabando de artefactos antiguos. Al percibir el robo, activó su instinto de caza. Con una agilidad sorprendente, se lanzó tras él, atravesando calles y callejones, hasta que finalmente logró acorralarlo en un callejón.

—¡Detente! —gritó Aitné, con la determinación de una cazadora. Blasius, agitado y asustado, se detuvo y levantó las manos en señal de rendición.

—No quería robar, solo... solo necesitaba eso. Estoy solo en este mundo —respondió, su voz temblorosa.

Aitné, aún alerta, vio en sus ojos un reflejo de vulnerabilidad. Se acercó con cautela, estudiando al joven que parecía tener más historia de la que se veía a simple vista.

—¿Cómo te llamas? —preguntó, suavizando su tono.

—Blasius. Blasius N/a —respondió, y al pronunciar su apellido, Aitné sintió un estremecimiento. En sus archivos había rastros de ese nombre, un apellido que conectaba con el pasado de la humanidad y su ancestro, T/n.

—¿Tienes familia? —indagó Aitné, mientras el entendimiento comenzaba a florecer en su mente.

—No. Perdí a mis padres de pequeño. Solo tengo recuerdos vagos... —su voz se quebró, la tristeza invadiéndolo.

Aitné sintió una punzada en su corazón. Sabía que la historia de T/n había sido una de dolor, pero también de esperanza. Sin pensarlo, tomó una decisión.

—Ven conmigo. Quiero ayudarte —dijo, extendiendo su mano.

Blasius la miró con escepticismo, pero no tenía a dónde ir. La siguió, intrigado por la promesa de respuestas que la misteriosa mujer podía ofrecerle.

Tras una serie de entrevistas y revisiones de archivos, Aitné descubrió que Blasius era el último descendiente directo de T/n. Las piezas del rompecabezas encajaban, y el peso de la historia caía sobre sus hombros.

—Eres parte de algo más grande, Blasius. T/n luchó por un futuro en paz. Tu linaje tiene un significado —le explicó Aitné con fervor.

La revelación dejó a Blasius atónito. La conexión con su ancestro le ofrecía un sentido de pertenencia que nunca había tenido. Aitné, viendo su transformación, lo llevó a conocer a su tío abuelo, un científico anciano de 200 años.

Blasius N/a siempre había sentido que su vida carecía de significado. A sus 25 años, era un repartidor de pizzas en el planeta Súper Tierra, y aunque disfrutaba de su trabajo, a menudo se preguntaba si algún día haría algo realmente importante. Cuando conoció a su tío abuelo, Nicolaus Gutiérrez, no podía imaginar que su vida cambiaría para siempre.

Nicolaus era un científico, pero no uno famoso. Pasaba sus días analizando muestras de sangre en un pequeño laboratorio que, aunque lleno de artefactos intrigantes y equipos de última generación, carecía de la emoción que Blasius había esperado encontrar. El laboratorio tenía un aire de abandono; los proyectos de Nicolaus eran dignos, pero carecían de la atención que merecían.

Un Universo Desconocido (Solarballs x Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora